b) Vestuario y maquillaje:
Otro punto de interés es el vestuario y maquillaje de los actores, que de manera magistral inciden en mostrar la debacle del VI Ejército. Fiel a las imágenes y testimonios de la época, Vilsmaier viste a sus personajes con una mezcla de raídos uniformes y equipo ruso, sobreabundando las prendas de abrigo. Especial atención presta al calzado que en algunos casos son las inadecuadas botas de cuero alemanas que tantos problemas de congelación produjeron, como muestra en el caso del capitán Musk, y en otros son una especie de zapatos manufacturados a partir de jirones de tela.
En cuanto al maquillaje destaca su gran realismo, ya que se marcan en los rostros los efectos del frío y del hambre; las manos tumefactas y sucias, y el caso más extremo, el del capitán Musk con los pies congelados y con principio de gangrena.
c) Construcción fílmica:
Una vez planteado el marco y el estado actual de los protagonistas se desarrolla la escena, que por medio del uso de determinados planos parece dilatarse en el tiempo. Así, la secuencia arranca con un plano general en picado y con cierto carácter subjetivo que muestra el almacén en una estudiada perspectiva dando idea de la profundidad del mismo; este efecto se consigue al crear unas hileras de estanterías con cajas y el uso de iluminación cenital. Se pasa a un plano de conjunto en contrapicado que muestra a los protagonistas descendiendo la escalera, a un nuevo círculo del infierno, y cómo ocupan distintos espacios en el sótano.
A partir de ese momento la secuencia se construye con planos medios y primeros planos de larga duración en los que la acción se desarrolla dentro de campo y con uso de voz in, por lo que se desprende la importancia de los diálogos, destacando el particular estado de ánimo de Otto quien se dirige a sus compañeros y a sí mismo como “cadáver Rolo, cadáver Fritz, cadáver Otto”.
La situación siguiente muestra el estado interior, la psique, al que han llegado los protagonistas, y si bien el dialogo gira en torno a la supervivencia, cada uno de ellos optara por una salida:
Von Witzland y Reiser en colaboración con Irina acuerdan tratar de romper el cerco y pasar al otro lado de las líneas rusas.
Rohleder, junto al capitán Musk esperan el devenir de los acontecimientos y no descartan la posibilidad de continuar combatiendo.
Otto –el más pesimista del grupo– relata un sueño demencial en el cual lo matan, se descompone, se reconstruye y lo vuelven a enviar a luchar. Tras relatar este sueño, y ante la pasividad de todos, opta por suicidarse, dando paso a la idea de la muerte liberadora uno de los referentes por excelencia del cine alemán desde su época fundacional 46.
Imágenes de la derrota
Realizadas en años diferentes y mostrando diversos momentos de las derrotas alemanas, los tres realizadores han organizado el final de sus películas de manera semejante, retomando un icono cinematográfico de gran efecto desde que fuera usado por King Vidor en su film bélico The Big Parade (El gran desfile, 1924); se trata del tema de la piedad, y no es casual que los tres directores elijan este elemento para concluir sus respectivos films, puesto que este tema, desligado de cualquier significado religioso y llevado al terreno de lo humano y en especial en un género como el que es objeto de análisis, “suele resumir en un drama individual el sentimiento de una tragedia colectiva”47. De manera que, en estas tres películas, la reflexión sobre la muerte de los protagonistas es un símbolo de la caída y ruptura de la sociedad alemana tras la Segunda Guerra Mundial.