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Durante el avance por las ruinas de la ciudad, a uno de los soldados –Feldmann– se le dispara el fusil accidentalmente delatando la posición de los alemanes y provocando la respuesta rusa que ocasiona numerosas bajas. Tras detenerse el avance, el capitán Musk ordena a Feldmann que asalte un nido de ametralladoras con una granada, poniendo en marcha toda una serie de razones que dejan entrever un inhumano propósito: eliminar a Feldmann ya que es un elemento que entorpece a la compañía. El punto más importante del diálogo lo suponen estas palabras:

Capitán: ¿Quiere que su familia esté orgullosa de usted?

Feldmann: Sí, mi capitán.

Capitán: Muy bien. Así podrá enmendar el error de antes. Nosotros lo cubriremos

El soldado efectúa el ataque –suicida a todas luces– eliminando el obstáculo pero siendo abatido por el enemigo, tras lo cual el capitán sentencia fríamente: “Feldmann ha cumplido con su deber. Nos lo debía” 44 . De esta manera Vilsmaier organiza una secuencia de marcado antibelicismo al mostrar el carácter inhumano de los mandos que no dudan en eliminar y arrojar a acciones suicidas a sus propios hombres remarcando esta idea con un primer plano de Feldmann cuando es ametrallado.

 

La antesala del infierno

Si la derrota es ejemplificada en Das Boot con el hundimiento del submarino y en Die Brücke con la imagen del ultimo superviviente, en Stalingrad el director construye fílmicamente toda una secuencia donde se hace manifiesto el efecto que la derrota tiene para todo el colectivo militar –alemanes y rusos– y en concreto para cada uno de los personajes. Así, es interesante analizar la puesta en escena de esta secuencia que casi al final del film supone el momento más reflexivo de toda la película, máxime si se tiene en cuenta que la realización por unos momentos, parece retomar la influencia directa del teatro Kammerspiel.

 

a)  Escenario:

Primeramente, hay que mencionar el escenario donde se desarrolla la secuencia. Se trata de un almacén que había sido el acuartelamiento de la Feldgendarmerie, local de enormes dimensiones en donde se amontonan cajas de víveres y equipo militar, lo que supone un choque si se recuerda secuencias anteriores donde las imágenes habían recordado una y otra vez la carencia de víveres y equipo de invierno adecuado.

 

Este paradisíaco almacén supone un respiro para los desechos protagonistas, si bien primero –antes de disfrutar de las comodidades y alimentos que en él se encuentran– han de efectuar un viaje casi iniciático al bajar unas escaleras, elemento arquitectónico que remarca la sensación de vacío en la que se encuentran los soldados, y que simbólicamente figura “la diagonal, el descenso y el tránsito”45.

Este marco arquitectónico de austera presencia esta iluminado de manera tal que crea unos matices de claroscuro que subrayan el carácter casi irreal de su existencia. Aún más oscuro y tétrico resulta el cuarto en el que se encuentra prisionera Irina, espacio dominado por tonalidades azules que acentúan no sólo la frialdad del ambiente sino el uso que ha tenido dicha estancia: sala de torturas y violaciones.

La frase que pronuncia el capitán en la versión original alemana, la traducción al castellano suavizaba el dialogo al oírse: “Feldmann ha sido un valiente, ha cumplido con su deber”

b)  Vestuario y maquillaje:

Otro punto de interés es el vestuario y maquillaje de los actores, que de manera magistral inciden en mostrar la debacle del VI Ejército. Fiel a las imágenes y testimonios de la época, Vilsmaier viste a sus personajes con una mezcla de raídos uniformes y equipo ruso, sobreabundando las prendas de abrigo. Especial atención presta al calzado que en algunos casos son las inadecuadas botas de cuero alemanas que tantos problemas de congelación produjeron, como muestra en el caso del capitán Musk, y en otros son una especie de zapatos manufacturados a partir de jirones de tela.

En cuanto al maquillaje destaca su gran realismo, ya que se marcan en los rostros los efectos del frío y del hambre; las manos tumefactas y sucias, y el caso más extremo, el del capitán Musk con los pies congelados y con principio de gangrena.

c)  Construcción fílmica:

Una vez planteado el marco y el estado actual de los protagonistas se desarrolla la escena, que por medio del uso de determinados planos parece dilatarse en el tiempo. Así, la secuencia arranca con un plano general en picado y con cierto carácter subjetivo que muestra el almacén en una estudiada perspectiva dando idea de la profundidad del mismo; este efecto se consigue al crear unas hileras de estanterías con cajas y el uso de iluminación cenital. Se pasa a un plano de conjunto en contrapicado que muestra a los protagonistas descendiendo la escalera, a un nuevo círculo del infierno, y cómo ocupan distintos espacios en el sótano.

A partir de ese momento la secuencia se construye con planos medios y primeros planos de larga duración en los que la acción se desarrolla dentro de campo y con uso de voz in, por lo que se desprende la importancia de los diálogos, destacando el particular estado de ánimo de Otto quien se dirige a sus compañeros y a sí mismo como “cadáver Rolo, cadáver Fritz, cadáver Otto”.

La situación siguiente muestra el estado interior, la psique, al que han llegado los protagonistas, y si bien el dialogo gira en torno a la supervivencia, cada uno de ellos optara por una salida:

•  Von Witzland y Reiser en colaboración con Irina acuerdan tratar de romper el cerco y pasar al otro lado de las líneas rusas.

•  Rohleder, junto al capitán Musk esperan el devenir de los acontecimientos y no descartan la posibilidad de continuar combatiendo.

•  Otto –el más pesimista del grupo– relata un sueño demencial en el cual lo matan, se descompone, se reconstruye y lo vuelven a enviar a luchar. Tras relatar este sueño, y ante la pasividad de todos, opta por suicidarse, dando paso a la idea de la muerte liberadora uno de los referentes por excelencia del cine alemán desde su época fundacional 46.

 

Imágenes de la derrota

Realizadas en años diferentes y mostrando diversos momentos de las derrotas alemanas, los tres realizadores han organizado el final de sus películas de manera semejante, retomando un icono cinematográfico de gran efecto desde que fuera usado por King Vidor en su film bélico The Big Parade (El gran desfile, 1924); se trata del tema de la piedad, y no es casual que los tres directores elijan este elemento para concluir sus respectivos films, puesto que este tema, desligado de cualquier significado religioso y llevado al terreno de lo humano y en especial en un género como el que es objeto de análisis, “suele resumir en un drama individual el sentimiento de una tragedia colectiva”47. De manera que, en estas tres películas, la reflexión sobre la muerte de los protagonistas es un símbolo de la caída y ruptura de la sociedad alemana tras la Segunda Guerra Mundial.

Die Brücke finaliza con un plano picado en el que se puede observar a Albert abrazado al cadáver de Hans y como al iniciarse un travellíng de retroceso, Albert arrastra el inerte cuerpo mientras el humo inunda el encuadre y el protagonista sale del campo, dejando al espectador en solitario con el drama que ha acontecido y con los restos de la batalla.

En Das Boot, tras el ataque aéreo del final, el corresponsal encuentra al capitán moribundo que observa impotente como el submarino se hunde en el muelle y cuando la nave desaparece bajo las aguas el capitán expira, siendo recogido su cuerpo por el corresponsal iniciándose un plano en panorámica vertical.

Vilsmaier hace algo similar en Stalingrad, al presentar a Von Witzland y a Reiser acurrucados en una planicie nevada y abrazados para mantener el calor. La frase “se está tan caliente” emitida con un hilo de voz por el teniente marca la muerte de los dos, mientras se va alternando –da manera académica– la gradación de planos, desde un primer plano hasta un gran plano general que se mantiene fijo durante unos segundos para pasar a un fundido en negro sobre los que aparecen los rótulos que informan del coste humano de la batalla.

El hecho de recurrir a un tipo de plano determinado ayuda a reforzar el discurso de la secuencia. Así, tanto el efecto de angulación en picado 48(Das Boot y Die Brücke) como el gran plano general (Stalingrad) transmiten la idea de unos seres humanos empequeñecidos, dominados no sólo por la coyuntura histórica en la que están inmersos, sino también por la propia estructura que ha generado la situación. Por otra parte, el gran plano general con el que concluye la narración de Stalingrad se revela como una metáfora de la desolación, de la ausencia de toda esperanza de alcanzar la salvación, como ya planteara con una construcción similar Von Stroheim en el clásico Greed (Avaricia, 1924) en el plano final del desierto, puesto que en este desierto nevado de la estepa rusa “el horizonte es su condena, el desierto su espacio para morir”49.

Junto a la estructura técnica hay que señalar que en todos los casos la muerte está presente en la conclusión de cada uno de los films. Esta presencia, que entronca con uno de los temas omnipresentes del cine germano, simboliza la realidad de la Historia: la derrota alemana.

 

 

DANIEL NARVÁEZ TORREGROSA es Doctor en Humanidades y Artes.Profesor de la Universidad Autónoma de Zacatecas (México)

e-mail: daniel_narvaez68@yahoo.com.mx

 

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NOTAS Y REFERENCIAS

 

44 Esta frase es la que pronuncia el capitán en la versión original alemana, la traducción al castellano suavizaba el dialogo al oírse: “Feldmann ha sido un valiente, ha cumplido con su deber”

45BALLÓ: op. cit. p. 107

46 Con relación a este tema, Fritz Lang –el gran maestro del cine germano manifestaba que los cineastas alemanes “han hecho de la tragedia un fetiche al proclamar su franca rebelión frente a las viejas respuestas y gastadas fórmulas, para oscilar de la ingenua dulzura y luminosidad del siglo diecinueve al extremo opuesto del pesimismo como finalidad en sí”. Cfr. EISNER, L. La pantalla demoníaca. Buenos Aires: Losange, 1955, p. 30.

47 BALLÓ, op. cit. p. 43

48 ST JOHN MARNER, T. Cómo dirigir cine. Madrid: Fundamentos, 1976, p. 178, señala que “el plano en picado capta una figura desde arriba y tiende a disminuir su fuerza o importancia, haciéndola aparecer como débil y vulnerable”.

49 BALLÓ, op. cit. p. 191.