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La segunda versión que analizaremos es la propuesta por Camila, película dirigida por María Luisa Bemberg en 1984. Camila O'Gorman se convirtió en un personaje paradigmático, víctima del terror ejercido desde el Estado en los tiempos de la Organización Nacional. La película tiene como protagonista a esta suerte de heroína, una joven de una familia tradicional porteña muy vinculada al poder, que se enfrenta por amor a las instituciones y a la sociedad de su época. Como era propio de toda muchacha de su clase, su matrimonio ya había sido arreglado por su padre; pero Camila se resiste a ese destino y sueña con casarse enamorada. Ferviente católica y con un hermano sacerdote, la joven cumple con todos los rituales de la fe concurriendo a la iglesia y tomando los sacramentos.En su fiesta de cumpleaños le presentan al nuevo sacerdote de su parroquia: el padre Ladislao Gutiérrez, recién llegado de Tucumán y sobrino del gobernador de esa provincia. El conflicto queda insinuado a partir de ese encuentro: los jóvenes se ven envueltos en una pasión prohibida, "inaceptable", que intentan reprimir, pero el sentimiento los supera y deciden huir juntos. El padre de Camila indignado frente al "pecado" avala e incita la persecución que emprenden la Iglesia y el gobierno de Rosas, a los amantes prófugos.

Sin duda ambas películas abordan este período de la historia argentina desde lugares muy diferentes: la primera construirá una historia donde se privilegia lo institucional, más específicamente lo político, encarnado en las acciones y voluntades de los "grandes hombres". La segunda, en cambio, propondrá una reflexión sobre el pasado a partir de una historia de amor en tiempos de convulsión política, donde sus protagonistas rompen con todas las convenciones de su clase social desafiando a las instituciones tradicionales. Camila se acerca al pasado desde la indagación de la vida privada, y esta aproximación permite "respirar" la atmósfera pública de la época.

 

Deconstruyendo Juan Manuel de Rosas. Apuntes sobre narrativa, imagen y banda sonora

Los cascos de una tropilla al galope y acordes de malambo fundidos con un aire de milonga, presentan en el paisaje de la pampa al pueblo, de poncho rojo y cabalgando la llanura. Son los hombres de Juan Manuel de Rosas, los Colorados del Monte. Desde esa escena inicial el pueblo estará presente en todos los episodios recreados. Será soldado, sirviente, peón rural, testigo o simplemente muchedumbre. Prácticamente nunca escucharemos su voz, su expresión será a través del baile y la música, no así de la palabra. El tratamiento de la imagen refuerza esta idea: esa masa se presenta siempre a partir de planos generales, único encuadre que permite abarcar un conjunto en el que ningún personaje cobra protagonismo (así lo vemos en el ejército que atraviesa la pampa, en manifestaciones callejeras, fiestas populares, etc.). Ninguno de ellos participa o incide activamente en la trama de la película.

La segunda secuencia del filme se abre con la carta que José de San Martín10 escribió a Juan Manuel de Rosas, sobreimpresa en imágenes de un recinto "oficial" cuyo texto no ahorra alabanzas al Restaurador y ofrece respaldo a su gestión. Esta carta, sin duda, nos pone a José de San Martín como presentador del personaje principal. El indiscutido "Padre de la Patria" legitima a don Juan Manuel y nos anticipa una visión positiva del lugar de Rosas en la historia argentina.

El texto se cita sobreimpreso en imágenes de un solemne espacio institucional donde se lee:

"Boulogne Sur-Mer
6 de Mayo de 1850

Como argentino me llena de un inmenso orgullo ver la prosperidad, paz interior, el orden y el honor restablecidos en nuestra querida Patria; y todos estos progresos realizados en circunstancias tan difíciles, en que pocos estados se habrán hallado. Por tantos bienes realizados, yo felicito a Usted muy sinceramente, como a toda la Confederación Argentina.
Que goce Usted de salud completa, y que al terminar su vida pública sea colmado del justo reconocimiento de todo argentino, son los votos que hace y hará siempre a favor de Usted su apasionado amigo y compatriota.

José de San Martín"

Hasta aquí la línea histórica, fundacional, planteada por la película es José de San Martín (1778-1850)-Juan Manuel de Rosas (1793-1877). Sin embargo hay un tercer mojón en este camino, que nos lleva a otro tiempo: al presente de producción del filme. Hay otra figura aludida entre líneas, que sin ser nombrada "interactúa" abriendo las lecturas posibles de la obra. Podríamos decir que si un "fantasma" recorre la película, es el de Juan Domingo Perón (1895-1974) -el caudillo en el exilio-. Con este personaje queda completa la trilogía fundadora de la patria según la versión revisionista de la historia argentina.11

Lo cierto es que resulta imposible no advertir en la construcción que el director y el guionista hacen de Rosas, un cierto paralelismo entre el caudillo federal y el creador del peronismo. Se elige exaltar en el discurso de Rosas el nacionalismo (muy exacerbado para el aún no organizado Estado argentino) ligándolo al antiimperialismo y al industrialismo, tanto es así que Rosas en sus encendidos discursos parece anticipar la Tercera Posición12, sostenida por Perón en 1950.

Por su parte, el modo en que se representa la relación entre el líder del siglo XIX y el pueblo parece traspolar la visión que los sectores revisionistas tenían del peronismo, donde se pensaba en una masa conducida e interpelada por un gran líder.

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NOTAS Y REFERENCIAS


10. José de San Martín nació en Yapeyú, provincia de Corrientes en 1778. Su formación militar se desarrolló en España, luego regresó a la Argentina para participar en la luchas por la independencia. Fue una de las principales figuras del proceso emancipador americano, junto a Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins. Murió en Francia (Boulogne sur-Mer) en 1850.

11. El revisionismo es una corriente historiográfica que surge alrededor de los años 30, cuestionando a la historiografía liberal fundadora de la historia argentina. Postula el nacionalismo y el antiimperialismo. Aunque metodológicamente no introduce ningún cambio sustancial, desnuda la intencionalidad política de las escrituras de la historia, erigiendo nuevos héroes nacionales a la vez que desprecia los ungidos por el liberalismo.

12.Perón propone un modelo de desarrollo económico autónomo, basado en la industria nacional para el mercado interno, independiente del modelo estadounidense tanto como del soviético.