T. O.: Tsotsi . Producción: Moviworld/Industrial Development Corporation of South Africa (GB-Sudáfrica, 2005). Productor : Peter Fudakowski Dirección: Gavin Hood. Guión: Gavin Hood; basado en la novela Tsotsi , de Athol Fugard. Fotografía: Lance Gewer. Música: Mark Killian y Paul Hepker. Diseño de producción: Emelia Weavind. Dirección artística: Mark Walker. Vestuario: Nadia Kruger y Pierre Vienings. Montaje: Megan Gill.

Intérpretes: Presley Chweneyagae (Tsotsi), Terry Pheto (Miriam), Kenneth Nkosi (Aap), Mothusi Magano (Boston), Zenzo Ngqobe (Butcher), Zola (Fela Ndlovu), Rapulana Seiphemo (John), Nambitha Mpumlwana (Pumla), Jerry Mofokeng (Morris), Ian Roberts (Capitán Smit), Percy Matsemela (Zuma).

Color - 94 min. Estreno en España: 24-III-2006.

Las películas sobre las pequeñas historias del día a día, no necesitan grandes producciones. Este es el caso de Tsotsi, donde se reflejan las miserias de la sociedad de Johannesburgo, de África y del mundo en general. Está basada en la novela que Athol Fugard publicó en 1980.

En la película se nos muetra la vida de Tsotsi (no es un nombre, es un mote que significa “ratero”), endurecido en las calles del ghetto. Este “gángster” de poca monta pronto experimentará un cambio radical en su vida, que le llevará a asumir todo el mal que ha provocado.

Tras una pelea con uno de sus compañeros de banda que había intentado indagar en su pasado, un Tsotsi enfadado se involucra en el robo de un coche y el secuestro accidental del bebé que estaba dentro.

Este es el “inicio del fin” de la vida que conoce de Tsotsi. Pronto tendrá que soportar que los miembros de su banda le giren la espalda (por su reacción al interrogatorio de “el profesor”) e incluso uno de ellos se plantée asesinarle. O que las bandas del ghetto vean felizmente la caída del joven y la policia lo persiga por los pequeños robos que ha cometido en el pasado y por el secuestro del bebé (hijo de una familia africana adinerada).

Tsotsi buscará la ayuda forzada de Miriam, una chica del barrio, viuda de un joven militar y mamá de un pequeño niño, que tendrá que ocuparse del “bebé de Tsotsi” e, indirectamente, del joven también. Pronto empezará una extraña relación de odio-aprecio, de maestra de la vida–alumno en redención.

Un detalle curioso y que ayuda a ver la evolución del personaje en la trama, es la amnesia que se autoimpone Tsotsi. Es la única forma que encuentra para salir adelante en el difícil mundo que le ha tocado vivir. Poco a poco, y gracias a las enseñanzas que Miriam le enseña de otra forma de entender la vida, Tsotsi irá recuperando recuerdos de su infancia perdida: una madre enferma (posiblemente de SIDA) y un padre borracho, decidido a curtir con asperezas y golpes la ya de por si dura vida sudafricana

 

Finalmente, tras un examen de conciencia, Tsotsi ve que es mejor futuro para todos es alejarse de los “malos hábitos” a los cuales estaba acostumbrado y empezar de nuevo con una nueva filosofia de vida. Pese a su intento de reinicio, la realidad le golpeará en el último momento y tendrá que sufrir su “penitencia”.

Aunque con una evidente carga moralizante, que cae a veces en los lugares comunes de lo que ya se conoce como “cine social” (género vanalizado en los últimos años), el film nos muestra una fábula del cambio que todo el mundo puede hacer, hasta en las situacione más adversas.

 

Como ya he comentado, el guión es conciso y contundente, pero simple. Con agilidad nos lleva por la vida y miseria del ghetto sudafricano. Pese a que en un inicio parece una pelicula que exclusivamente nos hará pensar, veremos a Tsotsi en algunas escena “tragicómicas” que algunos pueden ver como una mancha al guión y un medio de difundir un final moralizante.

El director de la película, con este primer largometraje “comercial” (antes habia realizado documentales sobre el SIDA en Sudáfrica) y su elenco de actores noveles (entre los cuales resalta el protagonista Presley Chweneyagae) consiguieron entre varios premios, el Oscar de Hollywood en la categoria de la Mejor pelicula en habla no inglesa.

 

Algunos críticos opinan que este premio se debe a que, pese a su carácter de denuncia, el film se queda en un lenguaje “politicamente correcto” tan aceptado en el mundo hollywoodiense.

Destaca una fotografia efectista, que resalta con realismo del mundo del ghetto gracias al formato Super 35mm usado en la grabación, y una banda sonora a cargo de Paul Hepker, Mark Kilian (Blind Horizon, el enemigo está dentro, Animatrix o Matrix Reloaded ) y Vusi Mahlasela, llena de música africana que infunde un fuerte ritmo a la película.

En conclusión, Tsotsi es un film más en el mundo del cine-denuncia, que no aporta grandes innovaciónes temáticas, aunque si visuales. Pese a ese lastre, la película se hace amable al espectador no demasiado exigente y ayuda a que poco a poco, se conozcan las realidades del mundo en el que vivimos.

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