2.2 Presentación y objetivos
En Garage Olimpo se reflexiona sobre el tema de los desaparecidos, las miles de personas que sufrieron encarcelamiento, tortura y asesinato durante la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983. Estos hechos suceden en Buenos Aires y hay que situarlos dentro de las convulsiones políticas latinoamericanas de los años 70. Los países vecinos de Argentina estaban, también, gobernados por regímenes militares y sometidos a las coordenadas de un mundo bipolar en el que la guerra fría mantenía sus zonas de influencia.
Garage Olimpo no es la descripción de un centro clandestino de detención sino una síntesis de todos ellos. No es sólo la historia de Félix y María. Es la historia de los que desaparecieron y de los que lograron sobrevivir al horror. Nos habla de las heridas más profundas que abrió la violencia en toda la sociedad. De una pesadilla que vuelve del pasado y necesariamente se hace presente.
Mucho de la película está articulado sobre historias verdaderas. El atentado contra el jefe de la Policía Federal realizado por una amiga de su hija, Ana María González, montonera, posteriormente secuestrada y desaparecida. La apropiación de hijos y bienes de los desaparecidos. El papel colaborador de la Iglesia o al menos de una parte de ella. El caso de Mario Villani, que, estando detenido en la ESMA, se vio obligado a elegir entre reparar una picana o permitir que se utilizara un método de tortura todavía más brutal.
A pesar de utilizar datos verídicos, Garage Olimpo no es un documental sino un relato de ficción cuya línea argumental puede sintetizarse en la relación que se da entre una víctima y su torturador. La película consigue captar al espectador con aquello que cuenta, y lo hace partícipe, no lo deja escapar. Ello se consigue a través de una mirada que toma cierta distancia de su objeto. Las escenas de violencia se intuyen. La ausencia de la imagen obliga a tener los ojos abiertos. Permanece latente la conciencia de que hay algo inenarrable.
Esta película no pertenece al género épico sinó que revela el dia a dia, la cotidianeidad de una dictadura que veinticinco años después todavía no ha cerrado sus heridas.
