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Documento 1

Sí habrá más penas, pero no olvido.

"En el país que pasó del "nunca más" al "punto final", los fantasmas de los "desaparecidos" hablan a través de unos peculiares "mediums": algunos de sus verdugos, que parecen no poder soportar más el tormento de la culpa. Sus palabras devuelven a la actualidad una herida que, en opinión de muchos, se cerró en falso.

La cascada de declaraciones de "reconocimiento" de las atrocidades cometidas durante la represión que siguió al golpe militar del 24 de marzo de 1976, han permitido conocer algunos detalles abrumadores, además de someter al país a una especie de "cura de conciencia". (...)

Una de las últimas revelaciones la proporcionó el jefe del Ejército argentino, teniente general Martín Antonio Balza, cuando reconoció el pasado 26 de abril en un mensaje solemne que el ejército "torturó y asesinó".

Los detalles espeluznantes relatados por diversos militares (entre ellos el método de "desaparición" consistente en arrojar al mar a detenidos vivos, torturados i sedados) han demostrado que los procesamientos iniciados en 1985, cuando los jefes militares de la dictadura fueron sentados en el banquillo, no agotaron la necesidad de la justícia.

Argentina debate hoy la existencia de una "lista de desaparecidos" que algunos creen que existe y otros niegan. Pero debate muchos más. El dolor de los familiares de las víctimas (entre 9.000 y 30.000 desaparecidos según las distintas fuentes, además de otro tipo de víctimas) no puede permitir el olvido, como tampoco lo puede hacer la dignidad de una sociedad que debe encarnar un futuro donde el respeto a los derechos humanos sea la norma inevitable.

Hay algunas cosas positivas. Aunque tardíamente, algunos estamentos (incluída la Iglesia) están reconociendo su cuota de culpa, por acción u omisión. Los culpables, libres desde hace ya muchos tiempo, gracias a las leyes de "Obediencia Debida" y "Punto Final" (dictadas por el gobierno de Alfonsín), y al indulto concedido a la Junta Militar por el president Menem, tienen más motivos para atormentarse, y es posible que permitan conocer nuevos detalles sobre los "desaparecidos".

Amnistía Internacional
Revista bimestral, nº 13, junio - julio de 1995.

 

 

 

Documento 2

La escuela de la muerte

El anuncio del derribo de la Escuela de Mecánica de la Armada reabre el recuerdo de los 5.000 argentinos allí torturados.

(…) La Escuela Superior de Mecánica de la Armada nació hace un siglo con el objeto de iluminar a los hombres decididos a comprender el misterio del mar, y está muriendo como la imagen más siniestra de toda la historia de la Argentina. Según los testimonios que la justicia recogió en 1985, cuando fuerons juzgados los nueve jefes de las primeras tres juntas militares, se calcula que cinco mil personas padecieron en la Escuela Naval. Muchas fueron secuestradas primero, torturadas luego y, en muchos casos, finalmente asesinadas. Esta fue la metodología instrumentada por las fuerzas armadas con el pretexto de combatir la violencia guerrillera que representaban en aquel momento, sobre todo, Montoneros (peronistas) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP-marxista).
Ese circuito tuvo en la ESMA un agregado: la "recuperación". Se entendía por ella la transformación, a través del terror y la tortura, del pensamiento de los cautivos que pasaban de ese modo a servir a quienes los mantenían prisioneros. La estrategia demoníaca tuvo éxito y deparó además perversas sorpresas. Existieron cientos de delaciones que sirvieron a los militares para consumar su masacre; también parejas y amoríos entre torturadas y sus torturadores.
Famoso y resonante fue el caso del director de la ESMA, almirante Rubén Chamorro, implacable represor, con una ex jefa montonera de quien se enamoró y a quien llevó a vivir a Sudáfrica una vez que concluyó la dictadura. También hubo quienes simularon quebrarse, convencieron a sus captores y alcanzaron la libertad con la promesa de que viajarían a Europa para reconstruir la dañada imagen del régimen militar. Una vez habían conseguido llegar a su destino denunciaron todas las atrocidades.
La mayoría, sin embargo, quedó atrapada en las mazmorras, un preámbulo de la muerte. Muchos se fueron en las mesas de torturas y otros quemados en gigantescas fogatas. ¿Cientos, miles? Fueron anestesiados, cargados en un avión y arrojados con vida a las oscuridades del río de la Plata, como admitió el ex oficial de la Armada Adolfo Scilingo, recientemente puesto en libertad en España. Tanta malicia tuvo como ideólogo principal al ex almirante Emilio Eduardo Massera, indultado por Menem pero condenado por la sociedad. (…)
La ESMA fue planificada para degradar al ser humano. Cada salón tuvo un destino: de interrogatorio, de tortura, de condena e, incluso, una maternidad donde muchas mujeres después de dar a luz fueron separadas de sus hijos y asesinadas. (…)
El epílogo de la ESMA quizás barra de los ojos colectivos la ofensa postrera de la dictadura militar. Pero la memoria seguirá persistente e inclaudicable.

S. Palacios, La Vanguardia, 11-01-1998

 

Documento 3

Argentina. Las cuentas pendientes.

(…) Pero no hay reconciliación posible si antes no se entiende por qué le pasó a ese país lo que le pasó, qué clase de comunidad era la argentina en 1976 y qué residuos de aquella comunidad sobreviven en la de ahora.(…)

Los debates han disimulado o soslayado el hecho de que en la Argentina cotidiana había algo perverso, enfermo, y que esa perversión puede seguir ahora, larvada bajo otros signos. Si todavía sigue discutiéndose con encono la dictadura de Juan Manuel de Rosas (1829-1852), la conquista de la pampa desértica que decidió en 1879 el exterminio de miles de indígenas, los bombardeos a la plaza de Mayo y los incendios de iglesias en junio de 1955, ¿por qué habría de esperarse una reconciliación obligatoria sobre lo que sucedió hace apenas un cuarto de siglo?. Los crímenes de 1976-1983 afectaron demasiadas vidas, desbarataron demasiados principios morales, corrompieron a la sociedad, pero, sobre todo, hicieron de la Argentina un país peor. Los males de ese pasado son, en buena medida, causa de los males de este presente. Quedan todavía demasiadas cosas por aclarar y por discutir antes de alcanzar la reconciliación. Nadie niega que sea necesaria, pero sin un franco debate previo, es prematura. (…)
Mientras no se entiendan las razones por las cuales la mayoría de los argentinos vivió con los ojos cerrados el terror cotidiano, como si fuera algo natural y necesario, la reconciliación es una empresa de fracaso. No hay futuro en paz sin una comprensión clara y franca del pasado. (…)

T. Eloy Martínez, El País, 24-03-2001

Documento 4

Colapso en el Cono Sur. Historia de un desastre.

Lejos de viejas opulencias.
Argentina llegó a ser uno de los países con una economía más próspera al final de la segunda guerra mundial.

(…) Porque una de las postales emblemáticas de la última década fue la de los maestros y profesores marchando por las calles reclamando mayor presupuesto para el sector. La Argentina que fue epicentro pedagógico regional, escenario de la principal reforma universitaria del siglo en el continente, en cuyas aulas se forjaron premios Nobel y escritores de renombre mundial, tiene, décadas después, pasmosos indicadores de deserción escolar y anafalbetismo.
Un millón de jóvenes no trabajan ni estudian en Buenos Aires. Muchos de ellos explotaron de bronca e impotencia en las últimas horas, fueron improvisados saqueadores, rompieron baldosas en la plaza de Mayo para responder a las tanquetas. Se les veía correr por la avenida Nueve de Julio, el bulevar que en épocas de añeja prosperidad -a finales de la segunda guerra mundial el producto bruto argentino era varias veces superior al brasileño, décadas después la tendencia se invirtió- soprendía a los turistas por su fisonomía europeizante. Allí quedaron destrozados numerosos comercios.
(…) El estallido social dejó también aflorar una inquietante xenofobia: desprecio a los orientales, dueños de la mayoría de los mercaditos, a los bolivianos que venden frutas y verduras, las peruanas que acaparan el servicio doméstico. Curiosa paradoja de un país forjado por inmigrantes. (…)
Sólo hay que caminar unas cuadras para toparse con Acindar. Era una acería estatal. La privatizaron durante los 90 y acaba de declararse en suspensión de pagos. Sus directivos culparon a la recesión. En otras calles céntricas quedaron retazos de un cartel que anuncia un nuevo espectáculo de variedades. Se llama Cantando bajo la deuda. (…)

A. Gilbert, El Periódico, 22-12-2001

 

Documento 5

"Argentina cierra bancos y oficinas de cambio por tiempo indefinido ante la falta de liquidez.
El Gobierno ultima un plan de urgencia para canjear los "corralitos" por bonos del Estado.
Las sentencias judiciales a favor de los "corralitos" han dejado sin liquidez a Argentina, que se ha visto obligada a cerrar hasta nueva orden el mercado de cambios. El Gobierno estudia una ley para cambiar los depósitos bancarios congelados por bonos del Estado a medio plazo para tratar de salvar la situación."

Ariel Cohen, La Vanguardia, 20-04-2002

Actividades:

Busca en los periódicos diversas notícias sobre la situación económica, social y política de Argentina. Toma notas. Ordenalas y haz una breve exposición.

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