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Alain Resnais y la Rive Gauche

Alain Resnais, a diferencia del núcleo de Cahiers, da gran importancia al papel del guionista en el proceso de creación cinematográfica. Muchas de las películas dirigidas por él parten de un texto escrito por un novelista, como son los casos de Marguerite Duras en Hiroshima, mon amour (1959), Alain Robbe-Grillet en L'année dernière à Marienbad (1961), Jean Cayrol en Muriel (1963), o Jorge Semprún en La guerre est finie (1966) y Stavisky (1974). Los dos primeros novelistas dirigirán posteriormente sus propias películas. Los escritores que trabajan con Resnais son conocidos como miembros de un grupo paralelo al de Cahiers du cinéma llamado Rive Gauche. Sus rasgos comunes son tan débiles como los de los miembros de Cahiers. Por buscar un paralelismo, se puede destacar la vinculación de estos escritores-cineastas con las oficinas de las ediciones du Seuil, donde publican algunas de sus novelas y ponen en marcha revistas o colecciones de libros. Todos provienen del Nouveau Roman, por lo que el salto al cine no viene dado tanto por cinefilia como por la búsqueda de un medio de expresión nuevo que les permita plasmar las inquietudes que reflejan en sus novelas. Entre las constantes temáticas de sus películas se encuentran las cuestiones relacionadas con la memoria y con los procesos mentales humanos en general.

Resnais obtiene su primer gran éxito con Hiroshima, mon amour (1959), gracias al Festival de Cannes. Dos años después estrena L'année dernière à Marienband (1961) que desencadena la misma expectación que Hiroshima. La siguiente película, Muriel ou le temps d'un retour (1963), no tiene una acogida tan entusiasta y tampoco La guerre est finie (1966) ni Je t'aime, Je t'aime (1968).

Entre los miembros más importantes de la Rive Gauche cinematográfica se encuentran Chris Marker y los dos escritores que trabajan inicialmente como guionistas de Resnais, Duras y Robbe-Grillet. Además de estos, se puede incluir en el grupo a otros cineastas como Agnès Varda o Henri Colpi, que también es el montador de las dos primera películas de Resnais.

Marguerite Duras, tras el descontento con las adaptaciones de sus novelas hechas por René Clement -Barrage contre le Pacifique (1958)-, Peter Brook -Moderato cantabile (1960)- o Tony Richardson -The Sailor from Gibraltar (1967)-, realiza su primera película en 1966: La musique. Previamente había escrito, además del guión de Hiroshima, mon amour, el de la película dirigida por Henri Colpi Une aussi longe absence (1961). Alain Robbe-Grillet sigue una carrera paralela entre literatura y cine, tomando como fuente de inspiración de las películas algunas de sus novelas. Su primer largometraje se titula L'inmortelle (1962), continúa con Trans-Europ-Express (1966) y L'homme qui ment (1968). Por su parte, Chris Marker es, además de cineasta, un reconocido ensayista y poeta. Experimenta con el lenguaje cinematográfico haciendo incursiones en distintos géneros y estilos. Entre los títulos de esta década se encuentran La Jetée (1962), Le Joli mai (1963) y Si j'avais quatre dromadaires (1966). Además es el coordinador de la película colectiva Loin de Vietnam (1967), manifiesto contra el 'imperialismo' norteamericano, en la que Resnais colabora con un episodio. Marker personaliza el cosmopolitismo y el compromiso político característico de los miembros de la Rive Gauche, que les hace ser diferenciados -por parte de la historiografía- de los redactores de Cahiers du cinéma.

La Nouvelle Vague sin grupo

Otros cineastas de la época realizan sus películas sin tener vinculaciones con ningún grupo o tendencia concreta. Esto no quiere decir que no haya que incluirlos bajo el amplio epígrafe de la Nouvelle Vague como directores que, además de estrenar películas en estos años, introducen novedades propias del movimiento que nos ocupa.
Louis Malle empieza los estudios en Ciencias Políticas en el I.D.H.E.C., pero los abandona para irse a filmar con el comandante Costeau, lo cual le permite obtener una 'Palma de oro' en el Festival de Cannes de 1956. En 1957 realiza la película Ascenseur pour l'échafaud. Desde ese momento inicia una larga y variada carrera como director en la que, en estos años, se encuentran títulos como Les Amants (1959), Zazie dans le métro (1960), Vie privée (1962), Le feu follet (1963), Viva Maria (1965) o Le Voleur (1967).

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