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Un año después de la aparición de Cahiers du cinéma se funda Positif que, con una postura de compromiso político vinculado a la izquierda, se convierte en el contrincante crítico de Cahiers. Tanto los miembros de Cahiers como los de Positif son cinéfilos eruditos que aspiran a una renovación del lenguaje cinematográfico y admiran el cine norteamericano, aunque tal admiración se focaliza en directores muy distintos. Los miembros de Positif dan una importancia primordial al contenido que, consideran, debe ser 'revolucionario' y a las innovaciones formales de otros dominios artísticos, con atención especial a los surrealistas. Los miembros de Cahiers toman como única referencia el mismo cine. Debido al tipo de películas que hacen cuando pasan a la realización cinematográfica, los miembros de Cahiers son acusados en las páginas de Positif de hacer un cine 'burgués' y no abierto a la realidad social, puesto que describen a la juventud y hacen un retrato de la sociedad de consumo y la liberación de costumbres, frente al compromiso político de los miembros de Positif. Estos ataques son sistematizados y condensados en un número especial de la revista titulado Feu sur le cinéma français22 y en el libro sobre la Nouvelle Vague de Raymond Borde, Jean Curtelin y Freddy Buache, cuyo prefacio está escrito por el fundador de Positif, Bernard Chardère.23 A pesar de estas críticas de los redactores de Positif, hay que apuntar que los componentes de Cahiers postulan una apertura a la realidad y critican el cine de Qualité, precisamente por su desconexión con la realidad social. Los jóvenes de Cahiers, por tanto, cuando hacen cine, sí se abren a la realidad, pero a la realidad que conocen, que es la del entorno de familias pequeño burguesas -en el sentido del término coloquial francés- en el que ellos han crecido.24

En Cahiers du cinéma se publican pocas críticas de las películas realizadas por los propios redactores. No prestan una especial atención a su propia producción, sino más bien al cine norteamericano. En cierta medida, esta reticencia a centrarse en la Nouvelle Vague se debe a la gran atención que el movimiento está acaparando en otras publicaciones, por lo que resulta innecesario para los miembros de Cahiers llevar a cabo la misma labor. Hasta 1962, cuando una tendencia capitaneada por Rivette y Doniol-Valcroze se impone a la línea Rohmer en el gobierno de la revista, no aparece un número dedicado íntegramente a la Nouvelle Vague.25

Entre los miembros de Cahiers du cinéma que pasan a la realización cinematográfica estos años no existe, como ya se ha dicho, una homogeneidad en el estilo. No se puede hablar, por tanto, de los miembros de Cahiers como de una 'escuela', sino más bien como de un grupo con vinculaciones en el ámbito de la amistad personal más que en el de la adscripción a un estilo cinematográfico. Frente a las diferencias y discrepancias, colaboran entre ellos para facilitar la realización cinematográfica de sus compañeros de revista, como ya se ha visto. Los vínculos entre estos realizadores se sintetizan en el intento de rodar la vida desde el punto de vista del amauterismo.

Jacques Rivette es el primero de los miembros de Cahiers du cinéma en aventurarse en el largometraje con Paris nous appartient, aunque no termina la película hasta 1960. En la década anterior trabaja como ayudante de Becquer y Renoir. Después del fracaso comercial de Paris nous appartient (1960), Rivette realiza La Religieuse (1966), adaptación de una obra de Diderot. La obra es prohibida en 1966, por lo que no se estrena hasta el año siguiente con un gran éxito comercial debido, en gran parte, al escándalo que ha suscitado.

Éric Rohmer debuta en el largometraje con Le signe du lion (1959), escrita en colaboración con su amigo Paul Gégauff, personaje que también influye considerablemente en la cinematografía de Chabrol. Le signe du lion es vista por muchos como un manifiesto de la Nouvelle Vague debido a las técnicas que Rohmer emplea en ella. Tras el fracaso de este primer largo, realiza en 1962 un cortometraje titulado La boulangère de Monceau, primera película de la serie Six contes moraux. Como Rohmer, al igual que sus compañeros, busca producir con presupuesto bajo, emplea técnicas de rodaje que se orientan a una ligereza y rapidez crecientes, una de cuyas medidas consiste en no hacer más de una toma en cada plano. En 1963 realiza La carrière de Suzanne y en 1966 La collectioneuse con la que obtiene un éxito que repite en Ma nuit chez Maud (1969). La serie se completa con Le genou de Claire (1970) y L'amour l'après-midi (1972).

François Truffaut, apadrinado por André Bazin desde muy joven, estrena su primer largo, Les 400 coups, en 1959. El éxito obtenido por esta obra en el Festival de Cannes posibilita la serie de películas cuyo protagonista es Antoine Doinel: un episodio de L'amour à vingt ans (1962) y los largometrajes Baisers volés (1968), Domicile conjugal (1970) y L'amour en fuite (1979). Tras Los 400 golpes, Truffaut dirige Tirez sur le pianiste (1960), adaptando una novela negra. En 1962 realiza Jules et Jim, donde se revela como un excelente director de actrices. Con Peau douce (1964), criticado en Cannes y mal acogido por la crítica y el público, Truffaut se desengancha del estilo del cine moderno.

Jean-Luc Godard es uno de los miembros de Cahiers con mayor número de películas dirigidas. Obtiene su primer éxito con À bout de souffle (1960), y continúa con Une femme est une femme (1961), Vivre sa vie (1962) y Les carabiniers (1963). El mismo año que Les carabiniers, estrena Le petit soldat (1963), que fue prohibida por la censura hasta el fin del conflicto de Argelia. Continúa con Le mépris (1963), Bande à part (1964), Alphaville (1965) y Pierrot le fou (1965). En los años siguientes realiza películas de orientación marxista que funcionan como anuncio de las revueltas de mayo del 68.

Claude Chabrol produce, gracias a una herencia de su mujer, el primer largometraje estrenado de la Nouvelle Vague, Le beau Serge (1958) con mucho éxito comercial. El otro gran éxito de Chabrol es Les Cousins (1959). El resto de su producción se convierte en una serie de fracasos iniciados por À double tour (1959) y continuado por Les bonnes femmes (1960), Les godelureaux (1961), L'oeil du malin (1962), Ophélia (1963) y Landru (1963). Acaba haciendo películas por encargo, sobre todo dentro del cine de géneros donde busca imitar a sus maestros del cine norteamericano, pero sin conseguir llegar a obras de calidad.

Jacques Doniol-Valcroze es cofundador de Cahiers du cinéma y su redactor-jefe tras la muerte de Bazin. En lo que se refiere a la producción cinematográfica, no tiene tanto peso como la de los otros jóvenes de la revista. En 1960 dirige L'eau à la bouche y en 1961 Le coeur battant, aunque su labor principal se desarrolla en el ámbito de la televisión. Junto a Pierre Kast, colaborador de Cahiers, comienza La bel âge (1960), pero no llega a terminarla con él.

Pierre Kast no es redactor fijo de la revista, pero colabora en ella a la vez que dirige cine. La historiografía no parece tener una postura definida sobre su pertenencia a la Nouvelle Vague. Jean-Michel Frodon la niega, mientras que Freddy Buache, Claire Clouzot y René Prédal, entre otros, la afirman.26 El compromiso político que mantiene desde su juventud con la izquierda, le diferencia del resto de los miembros de Cahiers du cinéma. Su gran obra se titula La bel âge (1960). Al año siguiente dirige La Morte-Saison des amours (1961) y en 1968 adapta una obra literaria en Drôle de jeu.

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NOTAS Y REFERENCIAS

22.Véase Positif, nº 46, junio 1962.

23.Cfr. Baecque, Antoine de, Histoire d'une Revue I, Cahiers à l'assaut du cinéma (1951-1959), Cahiers du cinéma, París 1991, pp. 141-146 ; Frodon, Jean-Michel, L'âge moderne…, op. cit., pp. 36-40.

24.Cfr. Curtelin, Jean, "Marée montante?", en Borde, Raymond y cols., Nouvelle Vague…, op. cit., p. 26.

25.Véase Cahiers du cinéma nº 138, diciembre 1962, especial Nouvelle Vague.

26.Cfr. Buache, Freddy, "La Nouvelle Vague au jour le jour", en Borde, Raymond y cols., Nouvelle Vague…, op. cit., p 67; Clouzot, Claire, Le cinéma français…, op. cit., p. 22; Frodon, Jean-Michel, L'âge moderne…, op. cit., p. 82; Prédal, René,"1958-1965 La Nouvelle Vague française"…, op. cit., p. 79.