1 Desde este punto de vista parece particularmente perspicaz el título Raza, Un ensueño del General Franco que dio Román Gubern a su estudio monográfico de Raza (1977). En las descripciones del franquismo que vienen de España circula la definición del régimen como autoritario , no fascista (v. el resumen de la polémica en Franco "Caudillo": mito y realidad de Alberto Reig Tapia (1996 ). Stanley Payne denomina el proyecto social de Franco semi-fascista ( The Franco Regime, 1936-1975 , 2000, 231). Paul Preston define el régimen de Franco como fascista a partir de un análisis político comparativo de la España franquista, la Alemania nazi y la Italia fascista ( The Politics of Revenge: Fascism and the Military in 20th-century Spain ). Michael Richards encuentra claras características fascistas en la primera etapa el régimen ( A Time of Silence: Civil War and the Culture of Repression in Franco's Spain, 1936-1945 (1998). Para Preston, el mismo título de Raza "reflejaba la fascinación con el nazismo que Franco sentía en aquel entonces" ( Franco. A Biography , 1993, 418, mi traducción).
2 Seudónimo de Francisco Franco. Para el resumen de las pruebas de la autoría de Franco, vd. Magí Crusells, Franco reconoció la autoría del guión al ingresar en la Sociedad de Escritores en 1964 ( Preston, Franco. A Biography , 417).
3 El papel mitógeno de las dos películas se hace particularmente claro a la luz de la observación que hace Nancy Berthier sobre el cine de la propaganda como campo discursivo que proyecta los discursos ideológicos preexistentes y, a la vez, produce nuevos discursos : “La spécificité du film de propagande comme champ discursif réside dans cette mixité originelle: il est à la fois vecteur d'un discours préconstitué—qu'il reçoit en amont--et, en même temps, créateur à part entière d'un nouveau discours—transmis en aval” ( Le franquisme et son image , 1999, 44).
4Julio Rodríguez-Puértolas, Literatura fascista española , 1986-87, v. 1, 337-39.
5El integrismo, que en España se articuló como partido político ( Partido Católico Nacional o Partido Integrista) en 1888-1889 en el seno del Partido Carlista y volvió a unirse con el movimiento carlista durante la II República, reclutaba para Franco sus partidarios más fieles de las filas de la FET y de las JONS. Elorza describe el integrismo como “Un estilo de pensamiento paseísta, que en nombre de un paraíso perdido (o de la capacidad para reconstruir el paraíso desde el determinado grupo humano) impone una confrontación, bien con la modernidad globalmente considerada, bien con un adversario actuante desde la misma, que es bien visto como agente de degradación” ( La religión política , 1996, 22).
6 Julián Casanova resume las distintas formas en la que la Iglesia católica pudo incorporarse en el régimen en la primera etapa (“Rebelión y revolución”, 112-16).
7 Sobre algunas interpretaciones fascistas de la comunidad histórico-cultural ( la razza ) y biológica ( Das Blut ), v. Michael Burleigh y Wolfgang Wippermann, The Racial State 1933-45 (1992) y Aaron Gillette, Racial Theories in Fascist Italy (2002).
8Según Julio Rodríguez-Puértolas, a pesar de cierta influencia de las teorías raciales en el pensamiento fascista español, en los textos fascistas de la posguerra la idea de la protección de la Nación se unía con las ideas de la Patria y del destino histórico del Imperio ( Literatura fascista española , 1986-87, v. 1, 337-39, 342-47 ). Según Nancy Berthier, la falta de precisión en las teorías raciales franquistas fue una de las razones por la que la película Raza fue recibida con muy poco entusiasmo en Alemania (9, 45).
9 " Francoism understood, to its advantage, the fetishistic nature of the cinematic apparatus, whose ultimate goal was to produce a submissive and unified cinematic subject who, by identifying with the camera's point of view, would identify with the state's ideology " (43). Agradezco a Alejandro Yarza sus comentarios sobre la primera versión de este artículo que me permitieron aclarar considerablemente las ideas y el estilo.
10 Agradezco a Magí Crusells la referencia a este valiosísimo artículo.
11 Mi comparación entre el cine nazi (especialmente la película El Flecha Quex , 1933) y Raza va a contradecir la opinión prevalente sobre el origen puramente soviético del lenguaje cinematográfico de Raza (Román Gubern, 122, Marsha Kinder, Blood Cinema , 457, Kathleen Vernon, 26-34). Escribe Vernon: "No obstante la alianza ideológico-cultural de España con la Alemania y la Italia fascistas--que estaba en el auge en 1940 y 1941-- las escenas más eficaces de esta película, por otra parte visualmente ordinaria, no vienen de los documentales nazi a là Riefenstahl, sino de Eisenstein" (33, mi traducción). Si bien, sin lugar a dudas, la influencia del montaje de Eisenstein es patente en Raza , el creciente conocimiento del cine popular pre-nazi y nazi y de su distribución en la España franquista permite (y exige) una nueva reconsideración de su impacto. Claro que en el cine nazi los encadenados y las sobreimpresiones también derivaban del montaje soviético, el cual, a su vez, venía sugerido por los encuadres del cine norteamericano ( Kuleshov on film , 50). Sin embargo, la propia síntesis visual de planos mediante los encadenados y las sobreimpresiones se oponía ideológicamente a la dialéctica del montaje soviético, según la cual la síntesis tenía que producirse en la mente del espectador y no en la pantalla. Como veremos, en la estética fascista este desarrollo del montaje soviético servía precisamente para controlar en la pantalla la dialéctica de la percepción y fijar los significados de la mitología nazi . Los libros de Rafael de España, El cine de Goebbels (Barcelona: Ariel, 2000) y de Rosa Álvarez Berciano y Ramón Sala Noguer, El cine en la zona nacional ( Bilbao: Ediciones Mensajero, 2000, especialmente pp. 215-18) permiten comprender mejor el lugar de la industria cinematográfica nazi e
12 Mi enfoque en los aspectos fascistas e integristas de los mitos del primer franquismo complementa lo que ya sabemos de los mitos personajes implícitos en Raza que equipara los problemas históricos de España con los problemas personales y familiares del Caudillo. Como han subrayado Elorza y Gubern, Raza se presenta como producto del deseo, por parte de un individuo neurótico y socialmente inepto, de compensar mediante una creación ficticia una serie de traumas infantiles y juveniles. Entre estos traumas, Gubern enumera el odio que Franco tenía hacia su padre — un militar mujeriego y dado a la botella que dejó a la familia cuando Franco era un niño—, el sentido de inferioridad física que sentía a causa de su baja estatura y su frágil constitución; y el fracaso del sueño profesional de Franco, el cual no pudo ingresar en la escuela de la marina, cerrada tras la derrota de la marina española en Cuba (11-13, 110-111). Por otro lado, Elorza encuentra en el subtexto cainita de Raza un deseo de sobrecompensación psicológica debido a la rivalidad de Franco con un hermano triunfador, Ramón, convertido aquí en personaje mezquino y traidor ("Mitos y simbología de una dictadura", 59-61). n la ideología franquista.