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Por otra parte, entre los actores no se produce esa duplicación del número de contratos que da la cifra total (salvo entre los extras de cine, donde la cifra se multiplica por nueve). Incluso hay un grupo, los actores de doblaje, donde el número de contratos desciende ligeramente. Claro que este dato está en concordancia con las cifras del sector del doblaje.

En efecto, en el doblaje, que es un sector bastante cerrado y, por lo tanto, estable, los contratos de 1997 a 2003 muestran un ligero descenso, con excepción de adaptadores y directores, que ven sus cifras multiplicadas por cuatro y nueve, respectivamente. Todo parece indicar que estas dos profesiones entran también en el ciclo de los contratos temporales, situación que, más bien, siempre había sido característica de los actores de este sector.

Otro grupo profesional que se sale de las cifras medias es el de los escritores. Aquí el número de contratos se multiplica por cuatro, cifra que es aún mayor para los críticos de televisión y para los adaptadores de textos para cine, teatro, radio y televisión.

Finalmente, los trabajadores que forman el equipo del director de cine se sitúan en la media de la industria, pero mediante el mecanismo de multiplicarse por tres el número de contratos de secretarias de rodaje y casi por cuatro el número de contratos de ayudantes de dirección, mientras se reduce fuertemente el número de contratos de directores. Este último es otro dato interesante. Los directores de cine, uno de los colectivos más beligerantes con el PP, tienen menos contratos, pero no porque su empleo sea más estable. Al contrario, como veremos a continuación, sufren más paro y demandan más empleo.

 

Demandantes de empleo

 

El dato más relevante en esta variable es que en el año 2003 se interrumpe su tendencia a la baja. La evolución, en efecto, nos dice que en 1992 había 9.843 personas demandando un empleo en la Industria Audiovisual, mientras en el año 1997 fueron 9.703 y en el 2000, 9.234. Sin embargo, en el 2003 la cifra sube a 11.343.

De ese total de 11.343 demandantes: 6.652 están en paro y otros 4.691 están insatisfechos con su situación laboral, o lo que es lo mismo, un 59% de los trabajadores que demanda un empleo está en paro en sentido estricto y un 41% desea mejorar su situación laboral. Dentro de este último porcentaje hay mucha casuística: personas que trabajan en la industria audiovisual pero quieren encontrar otro empleo dentro de ella; personas que desean entrar en esta industria, pero en ese momento están trabajando en otra cosa que nada tiene que ver con su demanda; trabajadores inscritos en un curso de formación, etc. En otras palabras, la resta entre demandantes de empleo y parados nos da el número de trabajadores que, sin estar en paro estricto, se muestran descontentos con su actual situación laboral. En concreto, si nos fijamos en la evolución de este grado de insatisfacción, tenemos que en el año 2000 había 4.141 trabajadores descontentos y que tres años después esa cifra se incrementa hasta 4.691. Por lo tanto, otra conclusión relevante es que sube el número de trabajadores insatisfechos con su lugar en el mercado laboral.

Para ser más exactos, la resta entre demandantes de empleo y parados nos da que, en términos absolutos, las personas más descontentas son aquellas a las que les gustaría ser contratadas como actor, taquillero de espectáculos, portero de espectáculos, locutor de radio y televisión o bien se encuentran en varios oficios relacionados con los estudios de formación profesional, como técnico de medios audiovisuales, operador de cámara de televisión o técnico de equipos de grabación de sonido.

 

Si tomamos por sí sola la cifra de demandantes de empleo y comparamos su evolución en el tiempo (1997-2003), vemos que, en términos relativos, los oficios que más han incrementado el número de demandas son los productores de programas de televisión, los infografistas, los comentaristas de radio y televisión, los creativos de dibujos animados y los directores de sonido. Todos ellos multiplican las demandas de empleo de 1997 por seis o más. Los ayudantes de dirección de cine, los montadores de vídeo, los productores de películas, los directores de montaje en rodaje, los editores-montadores de imagen, los técnicos de audiovisuales y los técnicos de laboratorio multiplican sus demandas por más de tres. También se incrementan las demandas entre actores especialistas de escenas peligrosas, controladores de imágenes en estudios, técnicos de doblaje o técnicos de efectos especiales de grabación de sonido. Suben, asimismo, las demandas de actores, escritores y directores, aunque, en términos relativos, son menores que las de los oficios mencionados.

 

En cambio, se reducen a la mitad las demandas de empleo en profesiones como director de laboratorio foto y cine, operador de equipos de sonido en estudios, operador de equipos de efectos especiales de audio, operador de equipos de imagen y luz en estudios, montador de películas en rodaje, montador de negativo en laboratorio, técnico de control de imagen, técnico de grabación de efectos especiales en imagen o técnico de video-tape. También descienden las demandas en otros oficios técnicos como operadores de cámaras de cine y de vídeo, montador de efectos sonoros o director de fotografía.

Por último, se mantienen iguales las demandas en oficios como secretaria de rodaje, repasador de película, taquillero de espectáculos, subalterno de espectáculos y operador de cabina.

 

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