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A pesar de que múltiples detalles pasan desapercibidos en el visionado del espectador medio, hay que resaltar varios de ellos: por ejemplo, los trolls del Ejército de Mordor son de tres tipos: los de asalto y combate, los que cargan piedras en las catapultas y los que arrastran las máquinas de asedio. Para cada uno de ellos se ha usado una indumentaria distinta, de la misma manera que es encomiable el vestuario para cada clase de tropa combatiente: corsarios de Umbar, orcos de Mordor y Morgul, hombres del Este y haradrim del Sur. Las armas de cada uno de estos grupos han sido también diferenciadas, al igual que las de las tropas del Bien 2.

Las escenas bélicas están rodadas con abundancia de planos a vista de pájaro, esenciales en los enfrentamientos de masas, donde el uso de la tecnología ha resultado imprescindible. Otros planos aéreos verdaderamente impactantes han sido aquellos que muestran a los Nâzguls arrebatando soldados de las almenas y precipitándolos desde las alturas a la ciudad, donde se mueven como hormigas sus habitantes.

Uno de los personajes más logrados ha sido Gollum-Sméagol. En primer lugar hay que recordar que se trata de una creación digital, y en segundo que buena parte de su éxito estaba supeditado a un guión que debía de desdoblar su personalidad en dos caras opuestas. Podemos adelantar que se ha obtenido un resultado inmejorable, apoyado en imágenes espejo como el agua o en perfiles invertidos, logrando que el espectador captara la lucha interior de la pervertida criatura. Los gestos faciales de Gollum, ora inocentes, ora malignos, son memorables.

Menos éxito se ha tenido en explicar algunos personajes, como Denethor, el Senescal de Gondor, y padre de Boromir y Faramir. En la película se le presenta como completamente trastornado por la pérdida de Boromir, y desesperado por la fuerza del Enemigo. Sin embargo, no se explica que Sauron ha cautivado su mente a partir de un Palantir que existe en su palacio, cosa que la novela se encargaba de aclarar.

Entre los guiños cinematográficos no se deben de olvidar aquellos que recuerdan al génro de terror y gore. No por casualidad Jackson había firmado algunos trabajos en este campo antes de embarcarse en esta aventura de siete años en la Tierra Media. Otro atisbo lo encontramos en el general de los orcos, que tiene una cabeza del todo similar a la del ser deforme e infantil del film The Goonies (Richard Donner, 1985). Los conductores de los elefantes gigantes, en cambio, parecen haber sido tomados del Sacerdote de Khali que le intenta arrancar el corazón a Harrison Ford en Indiana Jones y el Templo Maldito (Steven Spielberg, 1984).

La película tiene un triple final, a saber: cuando el Ejército del Bien gana la Batalla del Pelennor; cuando se lucha ante la Puerta Negra y el Anillo es destruido; y cuando los protagonistas se despiden en los Puertos Grises. Hay quien cree que una vez resuelto el primer final, todo lo demás aburre o resulta cuando menos pesado. Otros creen que no hacía falta colocar el tercero, y que con la coronación de Aragorn en la ciudadela de Minas Tirith se pondría un cierre absolutamente magnífico. En este caso parece que ha primado la completa fidelidad que Jackson ha querido mostrar hacia la obra de Tolkien, donde los hobbits regresan a La Comarca y se explicitan los futuros de los protagonistas, especialmente de Bilbo y Frodo.ana Jones y el Templo Maldito (Steven Spielberg, 1984).

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NOTAS Y REFERENCIAS

2.Un estudio de dichas armas puede encontrarse en el libro divulgativo de SMITH, Chris: El Señor de los Anillos. Armas y batallas. Minotauro, Barcelona 2003.