The Lord of the Rings. The Return of the King (2003) culmina de forma magistral la trilogía que había iniciado apoteósicamente The Fellowship of the Ring (2001) y continuado con The Two Towers (2002). En ella podemos ver el desarrollo de las dos historias principales que se habían originado tras la división de La Compañía en el final de la primera entrega: por un lado, Sam y Frodo con la misión original de destruir el Anillo; por el otro, Aragorn, Legolas, Gimli, Pippin, Merry y Gandalf, que deben enfrentarse al ataque de Saruman contra Rohan, y al de Sauron contra Gondor.
Sinopsis argumental
Tras
destruir el poder del traidor Saruman, siervo del Señor Oscuro,
los protagonistas se dirigen a Gondor, para hacer frente a un inmenso
ejército de orcos y hombres. Mientras tanto, Frodo y Sam, en
compañía de la criatura Gollum, se preparan para adentrarse
en Mordor, donde se encuentra la meta de su viaje: el Monte del Destino,
donde debe ser destruido el Anillo Único.
Una
gigantesca batalla se libra ante la ciudad de Minas Tirith, donde se
encuentran Gandalf y Pippin. Resulta clara la abrumadora superioridad
numérica del enemigo, que además cuenta con armas de asedio
eficaces, criaturas monstruosas y el caudillaje del Rey Brujo de Angmar.
La providencial llegada de la caballería de los rohirrim hace
tambalear el ataque, pero los colosales elefantes de los hombres del
sur dispersan a estos valerosos auxiliadores, aunque las fuerzas del
Mal han perdido a su jefe supremo, el Señor de los Nâzguls.
Sin embargo, Aragorn, Legolas y Gimli, que habían tomado un camino
distinto, una senda subterránea, aparecen con un inesperado ejército
de espectros aliados, que barre la llanura de enemigos, salvando a la
ciudad y a sus defensores.
Frodo
y Sam, que han tenido que vencer a Ella-Laraña y otros peligros,
se encuentran muy cerca de culminar su misión. La oportuna movilización
de todas las tropas del enemigo para concentrarse en la Puerta Negra,
les permite abrirse paso hacia las mismas faldas del monte volcánico.