En la gran ciudad se encuentran con
la madre de Niña (Mariló) quien de buenas a primeras las
invita a vivir con ella, pero las jóvenes declinan la oferta instalándose
en un piso cutre de los suburbios. La madre acude a visitarlas con regalitos.
La vida nocturna les ofrece la entrada en escena de un joven trabajador
ruso, Olav, quien ha llegado a la capital como ilegal y curra haciendo
chapuzas en la construcción con otros espaldas mojadas del Este.
Resulta destacado, en comparación con otros filmes anteriores
como Las cartas de Alou, Bwana o Said, que este joven emigrante se exprese
enteramente en ruso con los personajes españoles, sin doblajes
o subtítulos. Los directores expresan con ello el dislocamiento
de la nueva realidad social de la inmigración de los trabajadores
del Este, su presencia en el lumpenproletariado urbano español
desde hace tan sólo unos años.
Las jóvenes malviven con trabajos marginales,
adaptándose a la nueva relación con la madre y con el
joven ruso hasta que aparece un nuevo personaje, Pepe, un camarero que
canta. En una fiesta con el quinteto la madre se sincera con su hija
confesándole "que nunca estuvo enamorada de su padre".
Niña, herida en lo más hondo, le contestó que por
qué nunca se le había ocurrido llamarla, a lo que Mariló
responde que: "Cada vez se me hizo más difícil".
El quinteto improvisado decide dar un nuevo rumbo a sus vidas. La madre
vende la peluquería en Madrid y compra una terraza de copas en
la Costa del Sol llamada "El Maya" donde, al parecer, todos
encuentran el paraíso buscado, libertad, dinero. Sin embargo,
la felicidad no es tan sencilla de encontrar, Trini y la Niña
se dan cuenta de que la madre va a su bola y controla las ganancias
del grupo de modo arbitrario, una mujer práctica. En pleno disfrute
del paraíso costero ambas amigas cogen dinero de la caja para
regresar a Madrid, la una para encontrar a Olav, el inmigrante ruso,
la otra, para ser madre. Uno de los turistas le pregunta a Niña:
"¿Hola, estás sola?", interrogante que pone
sobre el tapete al drama íntimo de unos jóvenes que provienen
de familias deshechas.