No podemos, por último, sino hacer una referencia al destino de Luis, que encarna el de la pequeña burguesía madrileña, que si al principio de la película, y de la guerra, había preparado para su hijo un destino más próspero que el suyo, cuando todo termina sólo puede pedirle que acepte un bajísimo empleo. 12
En está línea interpretativa, la bicicleta viene a representar una adolescencia frustrada, prolongada indefinidamente por un franquismo que le obligará a comprarla, aunque esta vez para un uso muy distinto: la bicicleta pasa de ser un objeto de placer a un medio laboral y de subsistencia en la Dictadura. De esta manera, se prolonga la infancia del individuo en un régimen paternalista que le arrebata sus libertades.
Especialmente acertada es la parte en la que Luisito le dice a su padre que su madre esperaba que llegara la paz, a lo que el padre no puede más que contestarle:- "Es que no ha llegado la Paz, sino la Victoria".
Existen, sin embargo, una larga lista de denuncias de la situación que los vencedores han decidido aplicar, y que se encontraban en el libreto original, aunque son recortadas en la cinta. Estos cambios, que poco o nada tienen que ver con lo que sería una adaptación cinematográfica, son interpretados por Enric Ripoll i Freixes como una corrupción de la obra original, aparte de dar una imagen partidista y falsa sobre la guerra.13
La película, termina con la reflexión del padre de familia, en un tono profetizador:
- "Sabe Dios cuando habrá otro verano".
