1º

Mississippi Burning (1988) de Alan Parker representa una nueva aproximación a la situación del hombre de color en la sociedad norteamericana pero no desde el punto de vista de los prejuicios raciales sino desde las acciones violentas perpetradas por la organización fraternal del Ku Klux Klan contra los negros. El filme está basado en hechos reales, en el asesinato de; James E. Chaney, Michael Schwerner y Andrew Goodman durante el verano de 1964 cuando los tres jóvenes viajaron al estado de Mississippi para apoyar a los votantes de color en la campaña del CORE (Congress of Racial Equality).  Aparentemente los tres activistas sociales fueron detenidos por exceso de velocidad y conducidos a una comisaría en la ciudad de Longdale, condado de Neshoba, pero en realidad fueron asesinados por el policía Cecil Price y otros miembros del Clan, y enterrados en un terreno propiedad de otro miembro del KKK. Tras su misteriosa desaparición, dos agentes del FBI, John Proctor (Gene Hackman) y Harry Maynor (Willem Defoe) comienzan una investigación para encontrar a los culpables pero los agentes se encuentran con la hostilidad de la policía, la ley del silencio y el rechazo de buena parte de los habitantes que desde la pasividad cómplice 23 se niegan a colaborar en el esclarecimiento de los hechos. El acoso, las persecuciones e incendios de casas de hombres de color suponen el contexto en el que los policías federales intentan descubrir a los culpables. Después de varios intentos frustrados para romper el muro de silencio, el agente Proctor se ve obligado a utilizar “métodos sucios” para llegar al fondo del asunto y mediante una serie de interrogatorios cruzados consigue detener y enviar a juicio a los culpables. Sin embargo ninguno de los acusados lo fue por asesinato sino tan sólo por “violación de derechos civiles”.

Los agentes del FBI, satisfechos por su trabajo, abandonan el cementerio donde han sido sepultados los jóvenes activistas
Resulta difícil llegar a entender la raíz del odio racial pero mucho menos comprobar, a través de este filme, que en la historia reciente o incluso en los últimos años resulta frecuente la persecución sistemática y organizada “del otro” basada solamente en el color de la piel y en prejuicios que datan de la era de la esclavitud.

American History X proporciona un tratamiento del tema desde la perspectiva de un grupo neonazi que predica el odio racial en la sociedad norteamericana. El film comienza con violencia e igualmente acaba con ella, la gran compañera subliminal de todo el filme. Tras un intento de robar un coche en la casa de Derek Vinyard (Edward Norton) -uno de los líderes de un grupo neonazi- éste mata a sangre fría a los dos ladrones, dos jóvenes negros. La policía lo detiene y es condenado a prisión durante unos años. En el despacho del rector de una escuela secundaria, Danni, el hermano pequeño de Derek, es llamado a capítulo por haber escrito un ensayo de historia sobre Main Kampf. El rector, un viejo conocido de Derek, se ofrece como mentor exigiéndole (bajo amenaza de expulsión) que escriba un ensayo titulado: American History X o “La historia de Derek Vinyard”. Toda la obra es un largo flash back desde la juventud de Derek hasta el asesinato del hermano en la escuela. La raíz del odio racial había empezado en los comentarios racistas del padre, un bombero que fue asesinado por una pandilla de negros. El adoctrinamiento de la ideología neonazi por el editor Cameron y la asistencia de ambos hermanos a reuniones que fomentaban el desprecio al “extranjero” los convirtieron en instrumentos de un odio ciego. Sin embargo la estancia de Derek en la cárcel significó una transformación radical de valores. En un microcosmos dividido entre blancos y negros Derek descubre que el “White Power” es igual de feroz contra los blancos cuando éstos no se someten a la tiranía del grupo de poder. Su visión maniquea de la realidad cambia en una metamorfosis moral, también a través de la amistad mantenida con su compañero de trabajo de color y el apoyo del rector que le propone el regreso a una vida digna.  El ensayo de Danni, muerto por una espiral de violencia incontrolable, concluye diciendo:

El odio es demasiada carga. La vida es demasiado corta para odiar. No somos enemigos sino amigos. No debemos ser enemigos. Aunque la pasión intente destruir los lazos de cariño, éstos no deben destruirse. Los místicos hilos de la memoria se tragarán lo intocable como igualmente hará con los mejores ángeles de nuestra naturaleza. 24

El contexto español

Las cartas de Alou (1990), Taxi (1996) y Bwana (1997) representan tres filmes que examinan el racismo en el contexto español.  Montxo Armendáriz es uno de los primeros directores españoles que aborda el tema a través de los recuerdos y cartas que envía Alou, un emigrante de color, a su familia en África. El autor argelino Sami Nair señala en un libro reciente el fondo del problema del emigrante de color en Europa:

(…) la consecuencia más importante de la llegada a los países ricos de esas poblaciones pobres es ante todo cultural; reside en la radicalización del prejuicio racista respecto a los inmigrantes. Este prejuicio, manipulado solapada o claramente por algunas fuerzas políticas, se infiltra en las sociedades de acogida. Se infiltra en el derecho, en la ley, en el modo de mirar al otro, en la vida cotidiana; y condiciona radicalmente las relaciones con los inmigrantes. Se ha convertido en una suerte de conciencia espontánea, en unas ocasiones silenciosa y vergonzante y en otras, salvaje y declarada. 25

Alou, el protagonista del filme, escribe desde España a Mulai, su mejor amigo, y también a sus padres para expresarles sus sentimientos y vivencias en la nueva cultura. Después de un viaje en patera Alou llega hasta una playa durante la noche, espacio escénico en donde comienza y termina la historia. Su itinerario vital y laboral le lleva desde el sur al norte. Las primeras palabras que escucha en español, un idioma incomprensible para él, son las de un conductor que le grita:

- ¡Venga, fuera, aquí no puedes estar!

Durante las primeras semanas de su periplo recoge y fumiga verduras en la costa hasta que en dirección a Barcelona, pasa por Madrid donde aprende el oficio de vendedor ambulante. En la capital, solo, sin dinero, con frío se encuentra con un paisano que le tiende una mano. En el nuevo “trabajo” aprende el nuevo idioma con facilidad y enseguida se encuentra con las primeras formas de intolerancia; en los bares los jóvenes se mofan de él, las chicas le hacen insinuaciones sobre su tipo “para consolar viudas, los camareros le ignoran, la suspicacia de la dueña de la pensión. Alou les escribe a sus padres: “Voy aprendiendo cómo entender a esta gente”.

En un bar Alou se diluye en un plural genérico, “vosotros que creáis problemas” y en el pueblo adonde llega le llaman “Baltasar”. Prosigue recogiendo fruta en la costa catalana, aprende a jugar al dominó (fichas blancas contra negras) en un bar. Su nueva residencia no es ni una casucha junto a un vertedero, una pensión barata o un banco, ahora es un túnel abandonado, su profesor de dominó (un marroquí emigrante como él) le aclara:

- Lamine: Yo vivo aquí. Este es nuestro sitio. Nosotros hueler mal olor y vivimos como animales y sucio, entonces nuestro sitio.

El trabajo que obtiene en la plaza del pueblo es la recogida de fruta y durante la pausa de la comida coge una pera de una caja. El ”patrón” le recrimina pidiéndole que la deje:

            - Patrón: ¡Eh tú, negro, deja esa pera!
            - Alou: Yo tengo un nombre
            - P: Me da igual vuestro nombre. Si queréis comer peras, cogedlas del suelo, ¿no me oyes?

En este largo viaje por el nuevo país no todo son sinsabores para Alou, sus paisanos le apoyan, mantiene una relación con Carmen y sobrevive. Por fin se encuentra con Mulai quien le abre su hogar además de ofrecerle un trabajo en una fábrica ilegal de ropa, trabaja por las noches y durante el día en un vertedero, recogiendo chatarra. En una nueva carta a sus padres les aclara:

Coso ropa, hace frío. El dueño de la fábrica le propuso a Mulai: ¿por qué no pedirles a los negros que trabajen por la noche?

Alou, Mulai, Carmen y Rosa, las dos parejas de amigos, almuerzan juntos e inician una conversación que resume las inquietudes de todos:

            - Alou: Éste no es mi país, no nos aceptarán nunca. Nunca te aceptarán.
            -Rosa: ¿Qué quieres decir?
            -A: Sí, tú sí y otras personas también pero mira a tu alrededor. Yo siento sus miradas
     clavadas aquí (señalándose en la frente) y sé que a los blancos no les caemos bien por
     eso yo en cuanto tenga dinero me largo a casa.

Este convencimiento de la desigualdad no debilita el sentido de la dignidad que Alou mantiene en todo momento, ni siquiera cuando el padre de Carmen le pide que deje a su hija, rechazan su intento de legalizarse o cuando se enfrenta a la deportación.Armendáriz enfatizar estos temas:

(…) Yo creo que Alou es el reflejo de la realidad que yo viví con ellos […] Por eso planteé la película como un largo viaje o como un recorrido de un sitio a otro donde él (Alou) va intentando buscar en todo momento un sitio donde poder vivir dignamente, recibiendo más apoyos y mejor aceptación en unos sitios que en otros. 26

El proceso de adaptación de Alou se produjo en unos años en los que en España no se había producido aún una emigración masiva, ni desde el norte de África, ni tampoco desde América Latina, en este sentido Marsha Kinder afirma:

With borders that were closed to foreigners for centuries, Spain is now drawing immigrants like a magnet with its peaceful conversion to democracy, its economic boom, its liberal atmosphere, and its prominence in the European Community 27

El guión examina casi todos los temas que sufre un emigrante, incluyendo el racismo; las dificultades de comprensión de una lengua y cultura distintas, la explotación ilegal de mano de obra barata, las pésimas condiciones de vida, la ley de extranjería, inseguridad, soledad y desprotección.La estructura de la narración es simple, un relato lineal que avanza a través de secuencias cortas, fragmentos de la realidad que examina en forma de elipsis a través de cuatro cartas leídas en off (dos a su familia, dos a su amigo Mulai). En el epílogo de la última carta Alou formula una pregunta que queda sin respuesta:

¿Por qué no me aceptan? ¿Por qué me tratan como si fuera un ladrón? Dicen que los negros venden drogas. Si algunos lo hacen no es razón para que nos acusen a todos, los incomodamos por eso nos echan. No les gustamos pero no nos dicen ¿por qué?

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23 Uno de los habitantes del pueblo responde a los periodistas que cubren la investigación: ”They come here (Mississippi) looking for trouble and they got it”.

24 Tony Kaye. American History X.


25 Sami Nair. Y vendrán los emigrantes en tiempos difíciles, Planeta, Barcelona, 2006, p. 278.


26 Aitor Yraola ”Entrevista con Montxo Armendáriz” en Film-Historia Vol.VI, Nr. 3 (1995) pp. 277-285.

27 Marsha Kinder. Blood Cinema, University of California Press, Berkeley, 1993, p. 283.