sitges_2005

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La representación española en la Sección oficial resultó mejor que la del año pasado, sin ser por eso redonda. La monja es la nueva apuesta de la Fantastic Factory. Junto a Dagon. La secta del mar (Stuart Gordon, 2001) y Romasanta (Paco Plaza, 2004), es la mejor película de este sello. Ópera prima del montador Luis de la Madrid, la cinta ostenta una dirección y acabado final, ciertamente superior a la media del género en nuestro país. No obstante, un débil y previsible guión –con algunos de los diálogos más bobalicones que hemos escuchado últimamente– estropea una película simpática. Oculto fue la otra película española a concurso. Las expectativas por la nueva cinta de Antonio Hernández eran altas, puesto que se trata de uno de los nombres más interesantes surgidos en nuestro panorama en los últimos años. A pesar del esfuerzo de su trío protagonista –del que destacan los estupendos trabajos de Laia Marull y una explosiva Angie Cepeda–, el interesante punto de arranque (¿pueden los sueños predecir nuestro futuro?) naufraga a la hora escasa de proyección, para acabar, de forma bochornosa, en un flashback ridículamente explicativo. Una lástima.

Por último, el cine norteamericano contó con cuatro películas, todas ellas –quizás con la excepción de The Jacket (John Maybury)– ajenas al mainstream hollywoodiense. La citada The Jacket, protagonizada por el indigesto Adrien Brody, fue una de las favoritas de público y crítica. Todavía me preguntó la razón. La cinta es una vulgar copia desvitaminizada de El efecto mariposa (The Butterfly Effect, Eric Bress y J. Mackye Guber, 2004), que sin ser una obra maestra, es francamente superior a ésta. Sin embargo, el tono de película fantástica para adolescentes del filme protagonizado por Ashton Kutcher, desvirtúa su propuesta, a favor de la presunta madurez de la insulsa The Jacket. The Wild Blue Yonder, del otrora interesante Werner Herzog, fue otra de las aportaciones de Estados Unidos. Posiblemente la más floja de las cintas a concurso. Mirrormask (Dave McKean), nueva obra de la factoría del difunto Jim Henson y con guión de Neil Gaiman, supuso el reencuentro con el mundo del desaparecido creador de Barrio Sésamo. Una cinta estimable, aunque lastrada por una historia poco consistente.

Hard Candy (David Slade) fue la gran triunfadora del festival. Ganadora del premio a la mejor película y al mejor guión, obtuvo elogios unánimes. La escabrosa historia y la excelente interpretación de sus desconocidos actores sorprendieron gratamente a los que acudimos a Sitges. Esperemos que algún avispado distribuidor cuente con ella para el próximo invierno, y la estrene claro está. No reventará taquillas, pero aportará importantes dosis de inteligencia, en una cartelera falta de ella. El Jurado fue bastante ecuánime: no dejó a todo el mundo contento, pero si premió a todas las cintas que se lo merecían. Posiblemente, el galardón más discutido fuera el de mejor actor. Personalmente, mi preferido era Lee Byeong-heon, el apuesto protagonista de A Bittersweet Life, que realiza un auténtico tour de force vengativo, pero únicamente obtuvo el premio a la mejor banda sonora. Está claro que nunca llueve a gusto de todos, por lo que los premios son los que son, y no hay vuelta atrás.

Como ocurrió en los últimos años, algunas de las cintas más interesantes que pudimos ver se encontraban en secciones paralelas, especialmente en Noves Visions –que se está mostrando como la alternativa a la Sección 0ficial– y Orient Express. En ellas disfrutamos de títulos como: Citizen Dog (Mah nakorn, Wisit Sasanatieng, 2004), la nueva y originalísima cinta del director de Las lágrimas del tigre negro (Fah talai jone , 2000), mezcla de Amélie (Les fabuleaux destin d'Amélie Poulain , Jean-Pierre Jeunet, 2001) y el universo de Almodóvar, pasado por la cultura tailandesa; Haze, una angustiante y macabra cinta del siempre inquietante Shinya Tsukamoto, Antartic Journal (Namgeuk ilgi, Yim Pil-sung, 2004), filme coreano de terror psicológico, Blood Rain (Hyeol uinu , Kim Dae-sung), detectivesca película al estilo de Seven (David Fincher, 1995), pero ambientada en la Corea de mediados del siglo XIX, o la explosiva cinta tailandesa sobre un asesino caníbal Zee Oui (Nida Sudasna y Buranee Rachjaibun, 2004).

Resaltar desde estas líneas el esfuerzo de los voluntarios de la organización del Festival Internacional de Cinema de Catalunya, que aguantaron las pataletas y súplicas de la prensa con buena cara en todo momento. Por último, me gustaría destacar, que pese a ser un certamen menor que San Sebastián o Valladolid, Sitges contó con una nutrida presencia de destacables nombres que pusieron su grano de glamour a esta edición: Jodie Foster, Quentin Tarantino, David Cronenberg, Viggo Mortensen, Park Chan-wook, Johnnie To, Ken Foree entre otros, y las estrellas nacionales: Alex de la Iglesia, Cristina Piaget, Elena Anaya, Goya Toledo, Laia Marull y los latinos Leonardo Sbaraglia y Angie Cepeda. Este año el Festival de Sitges ha tenido un buen nivel, aunque un tanto menor al del 2004. Siempre es difícil escoger una serie de cintas y mantener un cierto equilibrio entre las numerosas secciones que componen el certamen. A pesar de ello, las cosas se están haciendo bien. Faltan once meses y ya oigo a King-Kong acercarse a las playas de Sitges, la próxima edición nos espera.

PALMARÉS SECCIÓN OFICIAL

OFICIAL FANTÀSTIC
JURAT / JURADO / JURY
Blanca Li, Bill Plympton, Nieve de Medina, Elvis Mitchell i Àngel Quintana:

Millor llargmetratge/ Best Film/ Mejor largometraje

HARD CANDY de David Slade

Millor Curtmetratge / Mejor Cortometraje / Best Short Film
RESPIRE, de Wi Ding Ho (Taiwan)

Millor Direcció Artística / Mejor Dirección Artística / Best Art Direction
Dave McKean per MIRRORMASK

Millors Efectes de Maquillatge / Mejores Efectos de Maquillaje / Best Make Up FX
Jamie Niman per MIRRORMASK

Millors Efectes Especials / Mejores Efectos Especiales / Best Special Effects
Thomas Mulack per THE PIANO TUNER OF EARTHQUAKES

Millor Banda Sonora Original / Mejor Banda Sonora Original / Best Original Soundtrack
Dalpalan i Jang Yeong-gyu per A BITTERSWEET LIFE

Millor Fotografia / Mejor Fotografía / Best Cinematography
Keung Kwok Man per SEVEN SWORDS

Millor Guió / Mejor Guión / Best Script
Brian Nelson per HARD CANDY

Millor Actriu / Mejor Actriz / Best Actress
Lee Yeong-ae per SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE

Millor / Mejor / Best Actor
Lee Kang-sheng per EL SABOR DE LA SANDÍA (THE WAYWARD CLOUD)

Millor Director / Mejor Director / Best Director
Johnnie To per ELECTION

Premi Especial del Jurat / Premio Especial del Jurado / Special Jury Award
EL SABOR DE LA SANDIA (THE WAYWARD CLOUD), de Tsai Ming-liang (Taiwan)
Pel seu agosarat discurs estètic i moral en contra de l'alienació sexual / Por su atrevido discurso estético y moral en contra de la alineación sexual / For it's bold aesthetic and moral discourse against sexual alienation

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<< 1 2 >> La representación española en la Sección oficial resultó mejor que la del año pasado, sin ser por eso redonda. La monja es la nueva apuesta de la Fantastic Factory. Junto a Dagon. La secta del mar (Stuart Gordon, 2001) y Romasanta (Paco Plaza, 2004), es la mejor película de este sello. Ópera prima del montador Luis de la Madrid, la cinta ostenta una dirección y acabado final, ciertamente superior a la media del género en nuestro país. No obstante, un débil y previsible guión –con algunos de los diálogos más bobalicones que hemos escuchado últimamente– estropea una película simpática. Oculto fue la otra película española a concurso. Las expectativas por la nueva cinta de Antonio Hernández eran altas, puesto que se trata de uno de los nombres más interesantes surgidos en nuestro panorama en los últimos años. A pesar del esfuerzo de su trío protagonista –del que destacan los estupendos trabajos de Laia Marull y una explosiva Angie Cepeda–, el interesante punto de arranque (¿pueden los sueños predecir nuestro futuro?) naufraga a la hora escasa de proyección, para acabar, de forma bochornosa, en un flashback ridículamente explicativo. Una lástima. Por último, el cine norteamericano contó con cuatro películas, todas ellas –quizás con la excepción de The Jacket (John Maybury)– ajenas al mainstream hollywoodiense. La citada The Jacket, protagonizada por el indigesto Adrien Brody, fue una de las favoritas de público y crítica. Todavía me preguntó la razón. La cinta es una vulgar copia desvitaminizada de El efecto mariposa (The Butterfly Effect, Eric Bress y J. Mackye Guber, 2004), que sin ser una obra maestra, es francamente superior a ésta. Sin embargo, el tono de película fantástica para adolescentes del filme protagonizado por Ashton Kutcher, desvirtúa su propuesta, a favor de la presunta madurez de la insulsa The Jacket. The Wild Blue Yonder, del otrora interesante Werner Herzog, fue otra de las aportaciones de Estados Unidos. Posiblemente la más floja de las cintas a concurso. Mirrormask (Dave McKean), nueva obra de la factoría del difunto Jim Henson y con guión de Neil Gaiman, supuso el reencuentro con el mundo del desaparecido creador de Barrio Sésamo. Una cinta estimable, aunque lastrada por una historia poco consistente.
Hard Candy (David Slade) fue la gran triunfadora del festival. Ganadora del premio a la mejor película y al mejor guión, obtuvo elogios unánimes. La escabrosa historia y la excelente interpretación de sus desconocidos actores sorprendieron gratamente a los que acudimos a Sitges. Esperemos que algún avispado distribuidor cuente con ella para el próximo invierno, y la estrene claro está. No reventará taquillas, pero aportará importantes dosis de inteligencia, en una cartelera falta de ella. El Jurado fue bastante ecuánime: no dejó a todo el mundo contento, pero si premió a todas las cintas que se lo merecían. Posiblemente, el galardón más discutido fuera el de mejor actor. Personalmente, mi preferido era Lee Byeong-heon, el apuesto protagonista de A Bittersweet Life, que realiza un auténtico tour de force vengativo, pero únicamente obtuvo el premio a la mejor banda sonora. Está claro que nunca llueve a gusto de todos, por lo que los premios son los que son, y no hay vuelta atrás.
Como ocurrió en los últimos años, algunas de las cintas más interesantes que pudimos ver se encontraban en secciones paralelas, especialmente en Noves Visions –que se está mostrando como la alternativa a la Sección 0ficial– y Orient Express. En ellas disfrutamos de títulos como: Citizen Dog (Mah nakorn, Wisit Sasanatieng, 2004), la nueva y originalísima cinta del director de Las lágrimas del tigre negro (Fah talai jone , 2000), mezcla de Amélie (Les fabuleaux destin d'Amélie Poulain , Jean-Pierre Jeunet, 2001) y el universo de Almodóvar, pasado por la cultura tailandesa; Haze, una angustiante y macabra cinta del siempre inquietante Shinya Tsukamoto, Antartic Journal (Namgeuk ilgi, Yim Pil-sung, 2004), filme coreano de terror psicológico, Blood Rain (Hyeol uinu , Kim Dae-sung), detectivesca película al estilo de Seven (David Fincher, 1995), pero ambientada en la Corea de mediados del siglo XIX, o la explosiva cinta tailandesa sobre un asesino caníbal Zee Oui (Nida Sudasna y Buranee Rachjaibun, 2004). Resaltar desde estas líneas el esfuerzo de los voluntarios de la organización del Festival Internacional de Cinema de Catalunya, que aguantaron las pataletas y súplicas de la prensa con buena cara en todo momento. Por último, me gustaría destacar, que pese a ser un certamen menor que San Sebastián o Valladolid, Sitges contó con una nutrida presencia de destacables nombres que pusieron su grano de glamour a esta edición: Jodie Foster, Quentin Tarantino, David Cronenberg, Viggo Mortensen, Park Chan-wook, Johnnie To, Ken Foree entre otros, y las estrellas nacionales: Alex de la Iglesia, Cristina Piaget, Elena Anaya, Goya Toledo, Laia Marull y los latinos Leonardo Sbaraglia y Angie Cepeda. Este año el Festival de Sitges ha tenido un buen nivel, aunque un tanto menor al del 2004. Siempre es difícil escoger una serie de cintas y mantener un cierto equilibrio entre las numerosas secciones que componen el certamen. A pesar de ello, las cosas se están haciendo bien. Faltan once meses y ya oigo a King-Kong acercarse a las playas de Sitges, la próxima edición nos espera. PALMARÉS SECCIÓN OFICIAL OFICIAL FANTÀSTIC JURAT / JURADO / JURY Blanca Li, Bill Plympton, Nieve de Medina, Elvis Mitchell i Àngel Quintana: Millor llargmetratge/ Best Film/ Mejor largometraje HARD CANDY de David Slade Millor Curtmetratge / Mejor Cortometraje / Best Short Film RESPIRE, de Wi Ding Ho (Taiwan) Millor Direcció Artística / Mejor Dirección Artística / Best Art Direction Dave McKean per MIRRORMASK Millors Efectes de Maquillatge / Mejores Efectos de Maquillaje / Best Make Up FX Jamie Niman per MIRRORMASK Millors Efectes Especials / Mejores Efectos Especiales / Best Special Effects Thomas Mulack per THE PIANO TUNER OF EARTHQUAKES Millor Banda Sonora Original / Mejor Banda Sonora Original / Best Original Soundtrack Dalpalan i Jang Yeong-gyu per A BITTERSWEET LIFE Millor Fotografia / Mejor Fotografía / Best Cinematography Keung Kwok Man per SEVEN SWORDS Millor Guió / Mejor Guión / Best Script Brian Nelson per HARD CANDY Millor Actriu / Mejor Actriz / Best Actress Lee Yeong-ae per SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE Millor / Mejor / Best Actor Lee Kang-sheng per EL SABOR DE LA SANDÍA (THE WAYWARD CLOUD) Millor Director / Mejor Director / Best Director Johnnie To per ELECTION Premi Especial del Jurat / Premio Especial del Jurado / Special Jury Award EL SABOR DE LA SANDIA (THE WAYWARD CLOUD), de Tsai Ming-liang (Taiwan) Pel seu agosarat discurs estètic i moral en contra de l'alienació sexual / Por su atrevido discurso estético y moral en contra de la alineación sexual / For it's bold aesthetic and moral discourse against sexual alienation
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