Un claro ejemplo de las posibilidades expresivas de la música de cine se observa en las variantes que puede sufrir un mismo tema musical en función de la situación: puede sonar solemne en un momento determinado (nuestro protagonista recoge un premio), ser desalentador en otro (el protagonista es falsamente acusado y detenido), y acabar por resonar de forma positiva (nuestro protagonista vence a su oponente en un enfrentamiento personal).
A caballo entre las posibilidades que ofrecen las funciones ambientadora y expresiva se constituyen los llamados “temas musicales” o “leitmotiv”: pequeños elementos melódicos que identifican un personaje, y que evolucionarán a lo largo del film en la manera que lo haga éste. La técnica musical del “leitmotiv” fue creada en el siglo XVIII y desarrollada principalmente en el ámbito operístico en las obras de Richard Wagner. El concepto de “leitmotiv” es estéticamente más amplio que lo que después heredará la música cinematográfica. El leitmotiv wagneriano se conjuga con elementos melódicos, rítmicos, armónicos o tímbricos. Pueden mezclarse o variarse con entera libertad, hasta el punto de ser difícil, sin partitura, de distinguir los diferentes temas cruzados. La música cinematográfica ha adoptado esta técnica por su enorme versatilidad comunicativa. Sin embargo, en aras de su subsidiariedad con respecto a la imagen, el leitmotiv cinematográfico es más inmediato, más básico o directo, más pronominal. Se utiliza para identificar un personaje, y en menor medida, un ambiente o una situación. Su capacidad de adaptación hace que sirva al compositor para reflejar los diferentes estados de ánimo por los que pueda pasar el personaje al que representa.
Para lograr una adecuada función expresiva, el compositor pone en juego todos los parámetros musicales: orquestación, timbres, ritmos, sonoridades, tonos y modos. Su genialidad sabrá encontrar matices emocionales o psicológicos en cada instrumento, agrupación, ritmo, melodía, etc.
En este sentido, una buena colaboración entre el director del film, el compositor, el editor musical y el técnico de sonido, puede también sacar un gran partido de las posibilidades que ofrecen las nuevas técnicas de sonido en sala: sonido surround, multiplicación de canales individuales, etc.