Dedicamos un segundo número a presentar nuevas perspectivas sobre la cuestión del exilio, en las que indagar aspectos aún sin explorar suficientemente. Los trabajos aquí recogidos atienden a la condición del exiliado, a algunas figuras que, como la del «idiota», lo representan y a los lugares –las ruinas, las islas…– que habita, pero también a etapas determinadas y dimensiones, como la política, a las que el exilio abre, como espacio de «ciudadanía universal». Aspectos, todos ellos, que, por una parte, han marcado la obra zambraniana con rasgos inequívocos y, por otra, ponen de relieve su capacidad de diálogo con sus contemporáneos y con la filosofía de nuestro siglo.