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El Centre de Cultura Contempòranea de Barcelona (CCCB) fue el lugar escogido para la presentación europea de Pasolini Roma, una estupenda exposición sobre la vida del fructífero artista desde que llegó a la estación de Termini acompañado de su madre Susana Colusi el 28 de enero de 1950 hasta su asesinato el 2 de noviembre de 1975 cerca de Òstia en causas aún no esclarecidas.

El recorrido estaba dividido en seis partes que a criterios de los organizadores corresponian a seis etapas vitales, creativas y cronológicas en la vida de Pier Paolo Pasolini (1922-1975), con un elemento central en cada apartado que representaba una especie de totem en la creatividad del personaje, de esta forma se podia observar in situ desde un efebo de la "fontana delle Tartarughe" de la Piazza Mattei, un elemento de la tumba de Antonio Gramsci, su vehículo o incluso una moviola entre otros objetos que iban centralizando el recorrido en el despertar creativo de un personaje quedando plasmada de esta singular manera la historia de amor entre el artista y la città eterna.

Como si de un viaje a través del cerebro del creador se tratara, mecanuscritos, dibujos, guiones o storyboards originales se desplegaban ante el público mostrando sentimientos que constituian y definian a Pasolini en la poesia, la política, el amor, el sexo, el compromiso social, la amistad, el cine, en definitiva, una vida apasionada que no dejaba indiferente a nadie, truncada por motivos políticos.

Como dicen los organizadores, hay una Roma anterior y una posterior a Pasolini, ya que sus escritos y sus películas fueron creando un nuevo imaginario de la ciudad.

Una esplendida exposición que a mi particularmente me ha acercado a un personaje al que ahora conozco más a fondo y que incluso me llevó a ir coleccionando los magníficos pósters en fondo burdeos con sus citas que ahora adornan una de las paredes de mi casa, y para finalizar dos elementos que me llamaron la atención: el panel con sus 33 denuncias ante la justicia y Nanni Moretti paseando con su vespa por esa ciudad y sus suburbios de camino a la playa de Òstia en donde el maestro fue asesinado, en un claro homenaje que le rinde en su film Caro diario.