FESTIVAL DE SITGES 2013

Por Xavier Torrents
Enviado especial

Y un año más, del 11 al 20 de Octubre, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges: para muchos una de esas burbujas que permiten, una vez al año, olvidarnos durante diez días del mundo entero, de sus problemas, crisis y desastres. Y disfrutar del cine de terror, de la ciencia ficción, de zombies, vampiros, monstruos, aliens, psycho-killers, etc. Un festival en el que la comunidad fan, bloggera, cinéfila y crítica se reúne y aplaude, vitorea o (en ocasiones) silba los innumerables films que van pasando por las salas del Auditori, del cine Prado y del Retiro. Este año, no obstante, entre las clásicas cosas positivas de este festival, ha acaecido una corriente de irritación y molestia compartida por muchos acreditados de prensa enviados a cubrir estos días de cinematografía. Sin embargo es preferible dejar estas cuestiones de valoración para el final de este artículo, donde serán explicadas con la mayor precisión. Centrémonos ahora en lo más importante, lo más relevante, aquello sin lo que muchos de nosotros no podríamos respirar en este mundo: el cine.

Esta 46 edición ha sido ligeramente más descafeinada que la anterior –lo cual es lógico si pensamos que la del año pasado fue una de las mejores de los últimos años– y eso ha sido debido, por un lado, a la baja calidad de muchísimas películas del programa, y por otro al poco número de personajes famosos invitados. Aun así, este año hemos tenido la gran suerte de tener estrellas como Alejandro Jodorowsky, Takashi Miike, Álex de la Iglesia, Charles Dance, Mark Strong, Terry Gilliam, Eli Roth y Elijah Wood (este último el cual ya vino el año pasado y quedó tan encantado con el festival que ha vuelto con Grand Piano). En cuanto al palmarés de premios, un poco de todo como cada año: premios merecidos, premios no muy acertados y varios films que merecían ser premiados mucho más. Como mejor película venció Borgman de Alex van Warmerdam (para muchos un premio poco entendible, pues existían varios films como Cheap Thrills que lo merecían más), mejores interpretaciones femenina y masculina para Juno Temple por Magic Magic (excelente y maravillosa actriz) y Andy Lau por Blind Detective,

respectivamente. La mejor dirección se la llevaron Navot Papushado y Aharon Keshales por Big Bad Wolves, y el mejor guión lo ganó James Ward Byrkit por Coherence. El premio especial del jurado cayó en Only Lovers Left Alive de Jim Jarmusch y el gran premio del público fue a parar muy merecidamente al excelente documental Jodorowsky’s Dune de Frank Pavich.

A continuación, más que hablar de los films en general, vamos a reseñar brevemente aquellas películas más destacables, interesantes, brillantes y cautivadoras de esta 46 edición:

-THE DIRTIES (Matt Johnson): Una de las grandes películas de este festival. Se trata de un documental ficcionado centrado en el acoso y maltrato escolar que sufre el protagonista y su mejor amigo. Directo, coloquial y visceral, el film nos introduce perfectamente en ese mundo tan complicado y sufrido de muchos adolescentes. El humor y la sorna caracterizan la mayoría del metraje, con un protagonista excelentemente creado e interpretado que se gana desde el minuto uno la simpatía del público. Aunque lo mejor es la excelente sutilidad con la que poco a poco la película va navegando del simple humor y chiste a la reflexión, tristeza, compasión, desesperación y horror. 

- THE WORLD’S END (Edgar Wright): Divertidísima. Maravillosa. Una auténtica fiesta. Estamos ante el canto de cisne de las juergas por antonomasia. Edgar Wright nos vuelve a traer a nuestros queridísimos Simon Pegg y Nick Frost en esta película con la que no dejamos de reír en casi ningún momento. 108 minutos de carcajadas continuas. Una trama que se inicia con una reunión de la vieja pandilla de borracheras termina por convertirse en una batalla épica contra una especie de apocalipsis de la raza humana. Acompañando a un humor excelente y desternillante, el film también ofrece múltiples escenas de acción con grandes efectos especiales que hacen las delicias de todos. Una auténtica gozada. Y Simon Pegg es el único y absoluto King.

- NEW WORLD (Hoon-jung Park): Otra de las mejores películas del festival. Park Hoon-jung dirige este film coreano que se enmarca en un cruce acertadísimo entre El Padrino e Infernal Affairs. El guión es una delicia para cualquier fan del género de cine de mafia, con una evolución del personaje protagonista absolutamente épica y magistral. La violencia está tratada de forma seca y visceral, e irrumpe en medio de la trama deteniendo una lírica visual que compone el ritmo ameno y continuo del film. Excelente e inolvidable; si tenéis la oportunidad no os la perdáis. 

- JODOROWSKY’S DUNE (Frank Pavich): Una auténtica suerte poder haber visto este documental en el Festival de Sitges. La película de Jodorowsky que nunca pudo ser y que seguramente si se hubiese hecho habría marcado un antes y después en la historia de la ciencia ficción. El documental está magistralmente realizado, con un equilibrio perfecto entre diálogos, voces en off, entrevistas y mucho muchísimo material de archivo de toda la preproducción que se hizo del film en su momento. Estamos ante un documental que sorprende, divierte, emociona (mucho), fascina y entristece; suena a tópico decirlo, pero lo tiene todo. Lo mejor: ver y escuchar a Jodorowsky en toda su salsa. 

- CHEAP THRILLS  (E. L. Katz): La que debió ser para muchos la ganadora de esta 46 edición del festival. Impresionante film que sorprende, divierte y horroriza a un espectador completamente contagiado y extasiado por la trama. Una trama que se podría resumir en ¿qué estarías dispuesto a hacer por mucho dinero? Los protagonistas serán los conejillos de indias de una pareja millonaria que establecerá un juego de apuestas. Al principio apuestas tontas, divertidas o gamberras, pero a medida que avancen los acontecimientos dichas apuestas se irán convirtiendo en algo espantosamente muy serio. Las interpretaciones son magistrales y la crudeza con la que todo está rodado se mete dentro de nuestros estómagos. ¿Lo mejor? Total y absolutamente todo.

- MUCH ADO ABOUT NOTHING (Joss Whedon): Joss Whedon (Los Vengadores, Buffy la cazavampiros, Firefly) nos trae una adaptación de la clásica obra de Shakespeare. ¿Extraño? Sí. ¿Fracaso? Todo lo contrario. Este film es una auténtica delicia que despierta vítores, risas y aplausos en el público. Recitando el texto original de la pieza teatral, Whedon acierta en ambientarlo todo en la actual millonaria vida de California y sus mansiones. Y acompañando a ello elabora una atmósfera de profunda e intensa ironía, con un cinismo y sencillamente una mala uva perfectamente equilibrados y austeros. Es una gozada de ver y disfrutar. Y destacar como añadido el que está hecho con casi nada de presupuesto ni tiempo (rodado en dos semanas), lo que hace aún más admirable su excelente resultado.

- MAGIC, MAGIC (Sebastián Silva): Interesante película sobre los límites de desequilibrio a los que puede llegar una mente dependiendo de la personalidad y el contexto con el que choque. Rápidamente desde el inicio desarrollamos una empatía directa con la protagonista por su situación de estar fuera de su elemento, rodeada de gente que no conoce y con la que no congenia. Pero lo potente del film es lo excelentemente que está desarrollada la evolución de acontecimientos que llevarán al personaje a límites insospechados.

- THE CONGRESS (Ari Folman): Con el recuerdo de la excelente Vals con Bashir –obra maestra donde las haya–, Ari Folman regresa con una película enorme y ambiciosa. Robin Wright (haciendo una interpretación magnánima) firma un contrato con una productora cinematográfica para que ésta la convierta en un personaje digital que pueda ser siempre usado en futuras películas. Mezclando imagen real con animación, el film se convierte en un viaje fantasioso e imaginativo sin igual. Folman nos regala una primera hora potentísima que, todo y que se diluye a mitad de metraje en un uso muy dilatado del tiempo cinematográfico, lo cierto es que repunta poderosamente hacia el final poniendo la guinda a una maravillosa historia sobre la identidad, la mortalidad y la condición humana. 

-WRONG COPS (Quentin Dupieux): Excelente comedia de humor gamberro, cínico y, en ocasiones, muy desagradable. Como seres perdidos en la inmensidad de lo absurdo, los agentes de la ley que protagonizan el film se mueven constantemente en un poso de ilegalidad e inhumanidad. El “todo vale” impera en esta película que, con una banda sonora notable, transforma un pesimismo radical palpable en una de las mejores sornas cinematográficas que se pueden ver hoy en día. 

- ONLY GOD FORGIVES (Nicolas Winding Refn): Winding Refn regresa con un tortazo en toda regla. Quien espere ver una secuela de Drive se va a llevar una decepción enorme con un film que baila mucho más al compás de Valhalla Rising que no al de la última película que todo el mundo disfrutó. Dicho esto, lo que nos encontramos en este film es una poesía visual magnánima, un lenguaje cinematográfico hipnótico y, lo mejor de todo, una sorna y humor que se ríen del propio espectador. Y ahí radica todo: Winding Refn nos toma completamente el pelo con este film, dando un tortazo a nuestra postura de creernos más listos que nadie y “saber” todo lo que acontece antes y después de lo que estamos viendo. Es una sorna a la forma de ver películas, de criticar películas, y de ser expertos de películas. El cineasta se planta ante eso con un film excelentemente rodado y con una trama que se acaba riendo en tu cara. Obra maestra.

- COHERENCE (James Ward Byrkit): Se trata éste de un film divertidísimo que te propone un juego con el que pasarlo en grande. Un grupo de amigos se reúne para cenar en la casa de ellos justo cuando un cometa está cruzando los cielos. De repente una serie de acontecimientos extraños empiecen a ocurrir revelando posibles múltiples universos paralelos. Lo bueno del film es que en seguida te das cuenta que no busca que te rompas la cabeza para entender lo que sucede, si no que te abroches el cinturón y disfrutes de la fiesta.

- ONLY LOVERS LEFT ALIVE (Jim Jarmusch): Con Jim Jarmusch siempre es difícil si uno no es fan de su cine. Porque él nunca juega, nunca engaña y siempre ofrece lo mismo: sujetos perdidos en el vacío del espacio que ocupan, deambulando, rodeados de rock, jazz o cualquier música, y, más que buscando su identidad, nadando entre la humareda de su “no ser”… Todos esos elementos que hicieron grande el cine de Jarmusch en films como Permanent Vacation (1980) o Mystery Train (1989) siguen presentes en esta nueva película. Y de hecho muy bien adaptados a los protagonistas (excelentísimos Tilda Swinton y Tom Hiddleston): una pareja de vampiros que llevan viviendo centenares de años. La vacuidad e inexistencia conforman su personalidad, vagando eternamente por las calles de un mundo plagado de seres autómatas, fríos y ridículos a los que ellos nombran “zombies”: nosotros. Maravillosa película.

- ENEMY (Denis Villeneuve): Impresionante. Magnánima. Imprescindible. Basado en la novela de Saramago, este film nos lleva por un recorrido intensamente kafkiano donde la dualidad del personaje y ambigüedad de la trama nos seducen e hipnotizan hasta el extremo. Con un excelente trabajo de ritmo, la película transcurre lentamente y a la vez inspirándonos un brillante nerviosismo constante. Se trata no solo de una de las mejores obras del festival, si no de una de las mejores del año.

- BIG BAD WOLVES (Aharon Keshales y Navot Papushado): Película interesante y de una calidad muy potente. La trama se centra en la desaparición y muerte de unas niñas y del consecuente inculpamiento de un profesor. Sin haberse probado su culpabilidad, este sujeto será sometido a una terrible tortura por parte del padre de una de las víctimas. Humor negro, violencia y crudeza visual se citan en este film que juega constantemente con las expectativas del espectador y con el elemento ético. La cámara siempre funciona como un golpe seco en nuestras retinas, tanto en sus múltiples planos contrapicados durante la tortura, como en los planes detalle de elementos desagradables. Y es por eso mismo que resulta tan impactante el plano final de la película en la que la cámara, con un travelling lateral suave y melódico, pone ante nuestros ojos la imagen más incómoda y perturbadora de todas. 

A modo de conclusión, a la hora de hacer las consideraciones finales de un festival de cine como el de Sitges, uno siempre suele quedarse con lo positivo de todo ello: el gran número de películas que hemos tenido la suerte de ver, el material gratuito para prensa que siempre nos aportan, la capacidad de organizar correctamente los datos de los tantísimos acreditados que acudimos, las continuas y diarias notas de prensa que recibimos en nuestros correos para estar informados de estrenos, invitados, ruedas de prensa, etc. Pero este año ha habido una corriente de irritación durante los días del festival que, mientras diariamente disfrutábamos del programa, al mismo tiempo nos provocaba una continua e incesante molestia. ¿Qué irritación? ¿Qué molestia? En teoría todo iba a ser exactamente igual que el año anterior: pases de prensa libres (PPO) y luego pases a los que necesitamos entrada/invitación, para los cuales los acreditados de prensa disponemos de un cupo máximo de 20, y a los que debemos aplicar diariamente por internet. Hasta aquí todo correcto. El problema ha acaecido en este festival por dos vías: por un lado, el procedimiento informático matutino de reservar dichas entradas/invitaciones no ha funcionado ningún día correctamente para los acreditados de prensa B (prensa de medios no de primera categoría), impidiendo la reserva para los films más importantes –es decir, que para los films menos relevantes sí ha funcionado–; y esto ha ocurrido a muchísimos acreditados de prensa B. Por el otro lado, el programa del festival ha dejado sin pase de prensa libre (PPO) a películas de estreno que claramente siempre deberían tener un pase de este tipo para permitir a toda prensa acreditada cubrir el film en cuestión: por ejemplo, ni The Zero Theorem de Terry Gilliam, ni The Wind Rises de Hayao Miyazaki, ni Space Pirate: Captain Harlock de Shinji Aramaki han tenido pase de prensa libre/PPO. Esto hace que nos planteemos como acreditados que no podremos cubrir el festival de cine como querríamos. Obviamente que nunca se podrán ver todas las películas del programa, pero se debería tener la posibilidad de escoger entre todas ellas, para poder hacer la cobertura profesional y adecuada. Pongamos por ejemplo que desde el medio acreditado solicitan a su enviado que haga una cobertura especial del nuevo film de Terry Gilliam: dicho enviado podría acabar por informar que no ha podido hacerlo, no porque no haya querido verla, sino porque no haya podido. No caigamos en la malinterpretación, no hay ingenuidad aquí, siendo acreditado de prensa B se es consciente de ser de medios que no son de alto nivel, ni de primera categoría de prensa, eso está claro y no hay discusión alguna. El problema es que el festival acredite y prometa unas facilidades, y que luego sin embargo diariamente esas facilidades vayan reduciéndose a unas pocas. Porque lo que resulta irritante es que en muchos momentos de esta 46 edición los acreditados B nos hayamos ido encontrando con unos obstáculos que nos han hecho sentir, más que unos enviados especiales para cubrir un festival de cine, como una molestia para el propio festival. Entendemos que la prioridad para este festival es vender entradas y sobrevivir económicamente en un momento de crisis nada fácil para este tipo de celebraciones y organizaciones. Y nos alegramos más que nadie de que el Festival de Sitges venda muchísimas entradas y llene siempre las salas y prospere. Pero, aun así, para futuras ediciones debería solventarse esta incoherencia de prometer una serie de accesos y facilidades y luego ofrecer muchos obstáculos.

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