IRON MAN 3: MARVEL SIGUE ADELANTE CON LA FASE 2 DE SU GIGANTESCO PROYECTO CINEMATOGRÁFICO

Por Francesc Marí i Company

T.O.: Iron Man 3 . Producción: Marvel Studios, Paramount Pictures (USA, China, 2013). Productores: Kevin Feige. Dirección: Shane Black. Guión: Drew Pearce, Shane Black, basado en los cómics de Stan Lee, Don Heck, Larry Lieber, Jack Kirby, Warren Ellis y Adi Granov. Fotografía: John Toll. Música: Brian Tyler. Montaje: Peter S. Elliot, Jeffrey Ford.

Intérpretes: Robert Downey Jr. (Tony Stark/Iron Man), Gwyneth Paltrow (Pepper Potts), Don Cheadle (James Rhodes), Guy Pearce (Aldrich Killian), Rebecca Hall (Maya Hansen), Jon Favreau (Happy Hogan), Ben Kingsley (El Mandarín), James Badge Dale (Savin), Paul Bettany (voz de Jarvis), William Sadler (Presidente Ellis), Miguel Ferrer (Vicepresidente Rodriguez), Shaun Toub (Ho Yinsen).

Color - 130 min. Estreno en España: 26-IV-2013.

 

La Fase 2 de Marvel ha empezado. Después de una Fase 1 un poco desorganizada y precipitada para llevar al cineLos Vengadores en 2012, un año más tarde se inicia la segunda parte del plan de Marvel y Disney para que los superhéroes invadan la gran pantalla. Empezando por el que tal vez es el personaje más potente de la franquicia, Iron Man, se inicia esta nueva etapa que culminará enLos Vengadores 2, y que nos presentará nuevos personajes como Los Guardianes de la Galaxia.

La historia empieza con la voz en off de Tony Stark, como si estuviera en el psicólogo contando su vida, o una parte importante de su vida, que empieza en Berna, Suiza, en la nochebuena de 1999, cuando conoce a Maya Hansen, una botánica muy sexy que le pide ayuda en su investigación, y que duda en dársela, además de passar por alto las ofertas de Yinsen -personaje que conocimos en Iron Man, y buen guiño para la saga-, y de Aldrich Killian. De vuelta al presente, y después de lo de Nueva York -por no decir después de Los Vengadores-, después del agujero de gusano y la invasión alienígena, Tony tiene ataques de ansiedad cuando oye hablar de ello, no duerme, tiene terrores nocturnos, y no para de crear. En un año ha llegado al MARK 42, cuando el último que conocimos en The Avengers fue el MARK VII, creando todo tipo de armaduras para todo tipo de situaciones. La cosa no va bien. Por otra parte un misterioso terrorista llamado El Mandarín, se dedica a poner bombas por Estados Unidos, que no dejan ningún tipo de resto para seguirle la pista, es por ello que el nuevo Iron Patriot, es decir, Rhodey vestido con la armadura de War Machine 2 -pintada con los colores del Capitán América-, se dedica a buscar y proteger los Estados Unidos de esta amenaza invisible que cada vez está más cerca. Además Pepper encuentra a un viejo conocido, Aldrich Killian director de A.I.M., un hombre que estaba completamente lisiado, pero que ahora da envidia por su vitalidad, y que pretende que Stark Industries financie y compre sus investigaciones. A pesar de la opinión de Pepper, Happy, el fiel guardaespaldas, decide investigar por su parte a Killian y a su misterioso chofer, pero mientras investiga, se salva por los pelos, pero gravemente herido -incluso no puede ver su serie favorita,  Downton Abbey-, de una de las misteriosas explosiones de El Mandarín en el Teatro Chino de Los Ángeles. Al ver herido a uno de sus mejores amigos, Tony monta en cólera y se enfrenta públicamente a El Mandarín, invitándolo a atacarle a él, y, por una vez, las fanfarronadas de Stark le pasan factura, ya que al poco es atacado en su propia casa, de donde consigue salvar a Pepper in extremis, dándole a él por muerto. Tras una huida un poco precipitada, Tony se encontrará en un pueblecito de Tennesse, con la armadura rota, sin JARVIS, y con la única ayuda de un niño inventor para enfrentarse y derrotar a El Mandarín.

Como sucede con las dos anteriores entregas, el hilo principal de la historia se basa, en parte, en el cómic The Invincible Iron Man: Extremis, de Warren Ellis y Adi Granov, cuyo argumento, y diversos personajes, han sido hábilmente modificados para poder dar el máximo de juego posible en la gran pantalla.

El director, Shane Black, uno de los elegidos de Joss Whedon para dirigir las películas precedentes a Los Vengadores 2, cumple con las expectativas del gran maestro de ceremonias de Marvel Studios. Si bien se echa de menos el estilo hardrock de Jon Favreau, con muchas más máquinas y menos elementos fantasiosos, el sustituto nos deja con un buen sabor de boca, ya que Iron Man 3 se nos plantea como una continuidad, siguiendo el hilo argumental iniciado en Los Vengadores en 2012. Especialista en películas de acción, como Arma Letal, Black era ya un viejo conocido de Downey Jr., al que dirigió en Kiss Kiss Bang Bang. Del mismo modo que el co-escritor de la película, Drew Pearce es el responsable de escribir Sherlock Holmes 3, también protagonizada por Robert Downey Jr. Por su parte el viejo director, Jon Favreau, a quien debemos mucho más de lo que creemos, ya que fue él quien inició esta locura de Marvel dirigiendo Iron Man en 2008, se guarda para él el personaje de Happy Hogan y un puesto como productor ejecutivo, como sucedió en Los Vengadores de Joss Whedon. 

Pero para que vamos a engañarnos, uno de los principal motivo, sino el único, por el que las películas de Iron Man funcionan a la perfección ante una gran variedad de público, es gracias a la carismática forma de interpretar de Robert Downey Jr. Una vez más borda el papel de Tony Stark, y a pesar de que en esta ocasión el personaje es más sufrido, sigue poseyendo es halo de graciosillo que tanto nos gusta.

Como en todas las películas de Iron Man, la actriz que le da las réplicas a Downey Jr. es Gwyneth Paltrow, pero en esta ocasión además de ser la niñera de Tony Stark y la damisela en apuros, se involucra con la acción al límite, incluso vistiendo una armadura de Iron Man, y de otras maneras que nos os spoilearé.

Como siempre, los malos de la cinta son dos. Tenemos a El Mandarín, interpretado por Ben Kingsley, que presenta a un personaje sobresaliente, que llega a dar miedo, pero que sorprende -no os diré como-, y a Aldrich Killian, interpretado por Guy Pearce, cuya interpretación es tal vez la más floja de todos los actores, ya que está un poco sobreactuado y resulta demasiado fanfarrón.

Otro de los personajes que sigue apareciendo en la saga de Iron Man, es el Coronel Rhodes, o Rhodey, interpretado por Don Cheadle, que tras sustituir a Terrence Howard en Iron Man 2, ya está completamente integrado en el papel. Del mismo modo que la voz de JARVIS, Paul Bettany, un personaje más importante de los que muchos creen -como se ve en el film-, ya se permite jugar más con su actitud británica, dándole aún más flema a su personaje informático. 

Una de las sorpresas en el reparto es James Badge Dale, conocido por muchos por protagonizar la serie de la HBO, The Pacific, en el papel de Robert Leckie, y por su participación en Infiltrados. En esta ocasión interpreta a Eric Savin (un villano llamado Coldblood) que en el cómic es un cyborg entrenado por los militares, pero en esta ocasión es el guardaespaldas de Killian, uno de los Extremis, cuando piséis las salas ya sabréis que es eso. 

Para la sorpresa del público, en esta entrega de Iron Man no aparece Samuel L. Jackson en el papel de Nick Fury, algo que no influye en el argumento ni en la calidad, pero sorprende su ausencia por su importancia en el gigantesco proyecto de Marvel. 

Como ya hemos comentado más arriba, a diferencia de las entregas anteriores, el elemento fantástico hace acto de presencia de forma notable, si hasta ahora Iron Man solo se había enfrentado -si exceptuamos lo sucedido en Los Vengadores- a otras máquinas, primero al Iron Monger de Obadiah Stane y después al Whiplash de Ivan Vanko, en esta ocasión se enfrenta a El Mandarín, un villano, muy poderoso, que tiene poderes sobrehumanos, más similares a los malvados de X-Men. Esto plantea una duda ¿qué vencerá la máquina o el poder? Ya que hasta ahora Tony podía recurrir a sus conocimientos avanzados para tener armaduras superiores a las de sus enemigos, pero, como veréis en la película, se enfrenta a unos seres que pueden fundir el metal -y no diré nada más-, y por lo tanto pueden destruir sus armaduras, y Iron Man, sin armadura, no deja de ser un tipo muy listo y muy rico con un electroimán en el pecho.

Esta película solo tiene una pega, algunos la considerarán una nimiedad, una tontería, pero realmente es un fallo, que por pequeño que sea, se nota. No estropea la cinta en ningún momento, pero se echa en falta. Un elemento que ha sido básico en la saga de Iron Man hasta ahora, incluso se utilizó en la entrada del personaje en Los Vengadores, pero que durante las más de dos horas de Iron Man 3, no se escucha ni una nota, y es la completa ausencia de AC/DC de la banda sonora.

A pesar del cambio de dirección en cuanto al estilo, Iron Man 3 sigue la estela de las dos anteriores situándose como un de los superhéroes cinematográficos más potentes de hoy en día, y, si lo hacen bien, continuará siendo el buque insignia de Marvel Studios. Para terminar una recomendación: quedaos en la sala hasta el final, hasta el último agradecimiento de los créditos, aunque los acomodadores os echen a patadas de la sala, manteneos firmes y aguantad, merecerá la pena, os lo aseguro.

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