LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ. EL CINE EN LA MEMORIA DE LOS ESPAÑOLES (1931-1982).

Julio Montero y María Antonia Paz

MONTERO, Julio; PAZ, María Antonia
Lo que el viento no se llevó. El cine en la memoria de los españoles (1931-1982)
Madrid: Rialp, 2011, 222 pp. Col. Libros de Cine


E
stamos ante uno de los libros más importantes que se han publicado el año pasado sobre el cine español de nuestros amores (y dolores). Una obra de sociología del Séptimo Arte, que pasará a la historia como un trabajo de campo muy significativo. Me explicaré presentando antes a sus responsables.

Los autores son dos jóvenes catedráticos de Historia de la Comunicación Social de la Universidad Complutense de Madrid, María Antonia Paz y Julio Montero. Ambos ya demostraron su competencia con otro libro fundamental, El cine informativo (1895-1945). Creando la realidad (Barcelona, Ariel, 2000), que sería muy valorado por el especialista norteamericano Robert A. Rosenstone y recibió el Premio Film-Historia a la Mejor Investigación del año. Previamente, ya habían editado Historia y Cine: Realidad, ficción y propaganda (Madrid, Complutense, 1995), en el marco de una actividad que se transformaría poco después en las Jornadas Internacionales de Historia y Cine, que dirigen en su misma Universidad, y cuyas ponencias se publicaron en tres libros subsiguientes: Ver cine. Los públicos cinematográficos en el siglo XX, Por el precio de una entrada. Estudios sobre historia social del cine y El cine cambia la historia.

También al alimón, han seguido trabajando con profusión y rigor científico, dando a luz recientemente otra obra clave: La larga sombra de Hitler. El cine nazi en España, 1933-1945 (Madrid, Cátedra, 2010), una investigación original, que como otras dirigidas por ambos profesores –me refiero ahora a Un franquismo de cine. La imagen política del Régimen en el noticiario NO-DO, de Araceli Rodríguez, o a El descanso del guerrero. El cine en Madrid durante la Guerra Civil española y La narrativa invencible. El cine de Hollywood en Madrid durante la Guerra Civil española, de José Cabeza-, rompe algunos tópicos arrastrados en nuestra historiografía. De ahí que Lo que el viento no se llevó sea otra “pica en Flandes” de la bibliografía especializada española.

Con un título lleno de reminiscencias cinéfilas, Julio Montero Díaz y Mª Antonia Paz Rebollo pusieron en circulación durante el curso académico 2003-2004 a un grupo de estudiantes adelantados, que realizaron una serie de encuestas (nada menos que 1.785 entrevistas válidas) para dilucidar la incidencia del cine en la memoria del público español. Y el resultado es francamente revelador.

Tras comentar los objetivos de la muestra y la metodología en la primera parte (en los apéndices incluyen el cuestionario aplicado y los resultados de la encuesta), los autores se adentran  en los recuerdos de los años de la II República (1931-1936) para explicar las motivaciones de los espectadores, cómo y dónde se iba al cine, qué películas recuerdan de aquellos años. Asimismo, el público al que llaman los supervivientes rememora el período de la Guerra Civil española (1936-1939): cuál era la frecuencia de asistencia a las salas, los éxitos y las “estrellas” en la retaguardia, al igual que los filmes más valorados; que, como en la época republicana, destacan Nobleza baturra y Morena Clara, ambos de Florián Rey y con Imperio Argentina como gran protagonista.

A continuación, el binomio Montero-Paz resume la edad dorada del cine es España (1940-1960) y, tras contextualizar esos duros años, constatan cómo la gente iba al cine para olvidar la dureza de la vida, así como su no asistencia en la primera posguerra, por falta de dinero (22,6%) o ausencia de salas (34,6%) y falta de tiempo (11,3%), entre otras razones. También se hace hincapié en los lugares de asistencia al cine en el primer franquismo: salas de estreno (30,6%), reestreno (25,1%) o de barrio (30%), comparándolos con los años anteriores; al igual que se constata con quién se iba al cine durante ese largo período, o se trata de la incidencia del noticiario NO-DO y cuáles eran las películas que más recuerdan de aquel momento. Vuelve a quedar la primera Morena Clara (196 menciones), seguida de Lo que el viento se llevó (115) y Casablanca (76).

En el capítulo 7, que los autores titulan “Un lento declinar” (1961-1982), se estudia el tardofranquismo y la Transición, con los cambios que se dieron en la España dictatorial y los inicios de la actual era democrática. Aquí aparecen tablas por clase social, con quién se iba al cine, cuáles eran los géneros preferidos o las grandes películas que recuerdan, en este caso Ben-Hur (72 menciones), El Padrino (48), Los Diez mandamientos (22), West Side Story (22), o españolas como ¿Dónde vas Alfonso XII? (también 22 menciones), La violetera (19) y El último cuplé (13), por no citar más. Y entre los actores que más se recuerdan está José Luis López Vázquez (92,3% de los encuestados), seguido de Vicente Parra (80,7%) y John Wayne (78,8%), mientras las actrices aparecen encabezadas por la mítica Elizabeth Taylor (84,4%).

Finalmente, tras un agudo intento de síntesis y una cuidada biblio-hemerografía, los autores de Lo que el viento no se llevó. El cine en la memoria de los españoles (1931-1982) abren muy interesantes perspectivas para futuros investigadores; al tiempo que Julio Montero y María Antonia Paz confirman de algún modo lo que el profesor Rosenstone –de quien cabría considerar sus discípulos españoles– manifestó en 1997: “la Historia que cuenta el Cine se coloca junto a la historia oral y a la historia escrita”.

J. M. CAPARRÓS LERA

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