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FILM REVIEWS



Chico & Rita:
Tributo animado al jazz latino

Por Albert Margalef Molina


T. O.: Chico & Rita. Producción: Isle of Man Film, CinemaNX, Fernando Trueba Producciones Cinematográficas S.A. y Magic Light Pictures  (España – Gran Bretaña, 2010). Productores: Michael Rose, Martin Pope, Cristina Huete, Santi Errando y Antonio Resines. Director: Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando. Guión: Fernando Trueba y Ignacio Martínez de Pisón. Música: Bebo Valdés. Montaje: Arnau Quiles. Montaje de sonido: Pelayo Gutiérrez. Desarrollo de personajes: Marcello Quintanilha. Dirección de Animación: Manolo Galiana.

Intérpretes: Eman Xor Oña (Chico, voz), Limara Meneses (Rita, voz), Mario Guerra (Ramón, voz), Yaroldi Abreu (Chano Pozo, voz y música), Estrella Morente (Estrella Morente, voz y música), Freddy Cole (Nat King Cole, música), Jimmy Heath (Ben Webster, música), Pedrito Martínez (Miguelito Valdés, música), Michael Phillip Mossman (Dizzie Gilliespie, música), Amadito Valdés (Tito Puente, música), Germán Velazco (Charlie Parker, música).

Color – 94 min. Estreno en España: 25-II-2011

 

Sin lugar a dudas, hay algo en Cuba que nos enamora. En 2005 Benito Zambrano (Lebrija, 1965) nos presentaba, de la mano de Maestranza Films, ICAIC y Pyramide Productions, su particular Blues de la isla: Habana Blues. Esta coproducción  española-cubano-francesa mostraba, a partir de grupos como Free Hole Negro, Cuba Libre, Tribal y Habana Blues, entre otros, la historia de dos jóvenes músicos, Ruy y Tito - interpretados por Alberto Yoel y Roberto San Martín-, que intentan salir adelante en la Cuba castrista y triunfar con sus canciones, aunque esto suponga un exilio total de la isla.

Cinco años antes, otro director, Fernando Trueba (Madrid, 1955), presentaba, de la mano de artistas como Bebo Valdés, Chucho Valdés, Tito Puente o Chano Domínguez, Calle 54, particular homenaje al Jazz Latino. Trueba, director de películas como Opera Prima (1980), Belle Epoque (1992), La Niña de tus ojos (1998) o El Baile de la Victoria (2009), sabe que la importancia esta en la música, por eso reduce a lo mínimo la presencia de los músicos fuera de la escena, filmándolos en un entorno frío de una Nueva York nevada que sirve de contraste con la calidez de los ritmos que se escuchan.

Fernando Trueba cuenta que en 1980 un amigo le regaló un disco de Jazz Latino que cambió su vida. A partir de ese momento se convirtió en un adepto. Y su fidelidad lo impulsó a filmar en Two Much (1995) una secuencia de música que cerraba la película. De esa secuencia nace Calle 54, del deseo de reunir ante una cámara a un conjunto de grandes músicos del Jazz Latino. Y de ese deseo nace Chico & Rita, película ganadora del Goya a Mejor largometraje de animación del presente año. 

Diez años después, Trueba vuelve a reunirse con Bebo Valdés (La Habana, 1918) y Javier Mariscal (Valencia, 1950) -quien ya se había encargado del cartel y la creación gráfica de Calle 54-, para crear esta película-homenaje que transita por los caminos de la fusión musical que en los años 40 y 50 compartieron el bolero y el jazz. Y es que, Chico & Rita es, a palabras de Javier Mariscal, “una crónica de amores imposibles, como las letras de los boleros”.

De esta forma, una panorámica aérea de La Habana invita a adentrarnos en la crónica musical y sentimental que da sentido a la película. Un anciano limpiabotas recorre la fisonomía de una ciudad inundada de luz y gentes. En la soledad de su hogar, el anciano enciende un puro y sintoniza la radio: Radio Progreso. Reconoce perfectamente el bolero que está sonando, «Sabor a mí», el cual le hizo ganador del concurso de RHC Cadena Azul hace sesenta años. En ese instante, el espectador se adentra en un viaje al pasado sacudido de amor, movimiento, música y los ojos felinos de Rita que gobiernan toda la pantalla.

Estamos en La Habana de 1948. Chico, jovial retrato de aquel anciano limpiabotas, y Ramón, acompañados por dos turistas norteamericanas, entran en un club de baile. Suena “Bésame mucho”, de Consuelo Velásquez, interpretada por una joven cantante: Rita. La canción refleja una historia de amor imposible, de encuentros y desencuentros -“(...) quiero tenerte muy cerca, mirarme en tus ojos, verte junto a mí, piensa que tal vez mañana yo estaré lejos, muy lejos de aquí (...)”-, entre estos dos jóvenes músicos: Chico y Rita. Pero, es también la historia de amor entre dos ciudades: La Habana y Nueva York. Las dos ciudades son dos personajes más de la película, que conectan entre ellas como lo hacen Chico y Rita. Y es que, como aquel viaje fílmico dirigido por Wim Wenders (Dusseldorf, 1945), Buena Vista Social Club (1999), la música cubana tiene un estrecho vínculo con Nueva York. Y es precisamente aquella Nueva York nevada de Calle 54, que sirve de contraste con la calidez de los ritmos de Chano Pozo, Charlie Parker, Nat King Cole o Tito Puente, la que nos retrata la peculiar iconografía de Javier Mariscal.

Como en Fievel y el Nuevo Mundo (An American Tail, 1986), película de animación dirigida por Don Bluth (El Paso, 1937), Nueva York es una ciudad de ensueño, de esperanzas. Atrás queda todo. Nueva York significa empezar una nueva vida, pero nuevo no siempre significa mejor. La Habana retratada por Javier Mariscal es una ciudad de balcones abiertos y colores luminosos; pero el tono y el aspecto de la película toman un giro dramático cuando la acción pasa en Nueva York.

Jugando con trazos en negro, Chico & Rita es la crónica de una estrella que asciende, en Technicolor, desde el Malecón y parece ponerse en Las Vegas; dónde suena Lily por Estrella Morente -sin duda, uno de los mejores momentos de la película-. El resultado es tan atractivo como interesante. Fernando Trueba y Javier Mariscal consiguen hacernos olvidar que se trata simplemente de una película de animación. Su sensualidad, su música, su realismo, sus escenarios, su humanidad, su color. Su historia.

           
La historia de Chico y Rita es la historia de una canción, de dos ciudades -La Habana y Nueva York-, de los años 40; la historia de una generación, del cine, de una revolución. La historia de un amor. Pero es también la historia de Fernando Trueba, de Javier Mariscal, de Bebo Valdés; la historia de Chano Pozo, y de todos aquellos que dieron vida al Jazz. Porque Chico & Rita no es solo un tributo al siglo XX, es un tributo al Jazz Latino.                       

 

FILMHISTORIA Online, Vol. XXI, nº 1 (2011)

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Grup de Recerca i Laboratori d'Història Contemporània i Cinema