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FILM REVIEWS



Biutiful:
Una mirada triste hacia la ciudad condal

Por Carlos Giménez Soria


T.O.: Biutiful. Producción: Menage Atroz, Mod Producciones e Ikiru Films (España-México, 2010). Productores: Alejandro González Iñárritu, Jon Kilik y Fernando Bovaira. Director: Alejandro González Iñárritu. Argumento: una historia original de Alejando González Iñárritu. Guión: Alejandro González Iñárritu, Armando Bo y Nicolás Giacobone. Fotografía: Rodrigo Prieto. Música: Gustavo Santaolalla. Diseño de producción: Brigitte Broch. Montaje: Stephen Mirrione.

Intérpretes: Javier Bardem (Uxbal), Maricel Álvarez (Marambra), Eduard Fernández (Tito), Guillermo Estrella (Mateo), Hanaa Bouchaib (Ana), Cheikh Ndiaye (Ekweme), Diaryatou Daff (Igé), Cheng Tai Shen (Hai), Luo Jin (Liwei), George Chibukwen Chukwuma (Samuel), Rubén Ochandiano (Zanc), Karra Elejalde (Mendoza).

Color – 147 min. Estreno en España: 3-XII-2010

 

Alejandro González Iñárritu es actualmente uno de los cineastas más prestigiosos del panorama cinematográfico. Desde su debut con Amores perros (2000), implacable crónica social de su propio país de origen, este realizador mexicano ha demostrado un talento singular para describir microcosmos afectados por la miseria y el sufrimiento. Esta ópera prima, que presenta una estructura narrativa de historias cruzadas en paralelo, está estilísticamente entroncada con las primeras películas de Quentin Tarantino –Reservoir Dogs (1992), Pulp Fiction (1994) y Jackie Brown (1997)– y recibió una merecidísima nominación al Oscar al Mejor film de habla no inglesa.

Tras su experimental segmento dentro de la obra colectiva 11’09”01. Once de Septiembre (2002), cinta comprometida con los impactantes atentados contra las Torres Gemelas, Iñárritu realizó su primera incursión en el cine norteamericano: 21 gramos (2003). La película, rodada íntegramente en inglés, recibió sendas nominaciones de la Academia de Hollywood en las categorías de Mejor actriz (Naomi Watts) y Mejor actor de reparto (Benicio Del Toro). Sin embargo, la consagración definitiva de este director llegó con Babel (2006), su tercer largometraje. Filmado en coproducción entre México, Francia y Estados Unidos, el núcleo del relato está integrado por tres dramáticos  episodios –con un montaje similar al de Amores perros– que reflejan la inseguridad y la impotencia del modo de vida ordinario en otros tantos países del mundo (concretamente, Japón, México y Marruecos). Este espléndido film se alzó con la estatuilla dorada a la Mejor banda sonora original, compuesta por Gustavo Santaolalla, y obtuvo seis nominaciones más, incluidas a Mejor película y director. A pesar del notable éxito que cosechó, Babel fue tildada de superficial por algunos sectores de la crítica.

La nueva producción de Alejandro González Iñárritu ha sido muy comentada, incluso antes de su estreno. El hecho de que Biutiful (2010) –título del cuarto largometraje del cineasta mexicano– haya sido filmada en Barcelona y otras localidades de la periferia (Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Hospitalet de Llobregat y Sant Adrià de Besòs, por destacar algunas) ha suscitado el interés de la prensa nacional y la opinión pública. Pues, en efecto, se trata de un film que muestra los serios problemas sociales que atenazan a una de las más importantes ciudades europeas. El propio Iñárritu ha comentado este aspecto en relación al tema de la inmigración, fenómeno creciente en la Ciudad Condal durante las dos últimas décadas:

Lo que convierte esta historia en algo diferente de todo lo que se ha visto antes es que mientras Estados Unidos es una tierra de inmigración donde la gente, o sus familias, han llegado desde alguna otra parte, y esa es la naturaleza de ese país, España no está acostumbrada a que las cosas sean así (…) Estados Unidos ha aprendido a integrar a todas estas culturas inmigrantes dentro de su propia cultura. Pero eso no ha ocurrido en España. No saben cómo hacerlo.

Conviene tener presente esta comparativa entre ambos países que ha establecido el realizador mexicano a la hora de analizar la obra en profundidad. La cuestión de la inmigración es una problemática muy reciente en nuestro país a pesar de la rapidez con que se ha desarrollado, llegando a adquirir un status muy debatido. Sus efectos en la sociedad española no han sido aún debidamente valorados a causa del carácter incipiente de este fenómeno. Sin embargo, los Estados Unidos poseen una casuística diferente, ya que se trata de un país que ha ido configurando su actual sistema de vida con la paulatina llegada de los colonos europeos desde el siglo XVI. Ambos ejemplos son, por lo tanto, muy distintos y el estado del debate no puede equipararse. No obstante, Iñárritu aborda este tema de manera predominante en Biutufil, aunque sin dejar de lado la idiosincrasia propia del país donde se ubica la trama.

Por otra parte, el autor de 21 gramos también ha afirmado que su intención no era focalizar la problemática de la inmigración en la capital catalana. A pesar de que Barcelona es un claro exponente de ello y de que ha sido el escenario escogido por el cineasta mexicano para ambientar la acción de su último film, esta cuestión no es un aspecto exclusivamente local, como bien explica el propio Alejandro González Iñárritu en las siguientes declaraciones:

Este es un fenómeno que me ha sorprendido mucho, porque es algo que se viene dando en todo el mundo. En los últimos quince años, estos inmigrantes han llegado a todas las grandes ciudades occidentales. Toda gran ciudad de Europa está llena de paquistaníes, africanos y chinos, y gente que viene de países superpoblados y complicados que está tratando de encontrar alguna manera de sobrevivir, de llevar adelante sus vidas. Esto es algo que obviamente crea muchísima tensión.

Biutiful narra la historia de Uxbal (Javier Bardem), un personaje con cierta aura espiritual que lucha diariamente en el difícil entorno de los barrios bajos de la Ciudad Condal para poder mantener a sus dos hijos. Dotado de un don especial que lo conecta con la muerte y el más allá, este héroe trágico deberá hacer frente al cáncer de estomago que está segando su vida mientras trata de asentar los cimientos de su propia redención. La realidad hostil a la que se enfrenta pondrá fatalmente a prueba su capacidad para el amor y el perdón, situándole en circunstancias extremas de supervivencia.

Ésta es la primera vez en que el realizador de Babel no ha escrito el guión con su habitual colaborador, Guillermo Arriaga. En esta ocasión, los argentinos Armando Bo y Nicolás Giacobone se han encargado de hilvanar, junto a él, la trama de esta particular tragedia moderna. La presencia de una narrativa más lineal quizás se deba a la propia ausencia de Arriaga, escritor acostumbrado a alternar varias historias que tienen lugar en distintas localizaciones para reunirlas después en un clímax final. Biutiful se ubica por completo en la capital catalana y allí desarrolla su visión de un microcosmos multicultural. Con el empleo de un tono realista, cercano al naturalismo, el film muestra un contexto social radicalmente opuesto al que Woody Allen retrataba recientemente en Vicky Cristina Barcelona (2008), cinta menor del genial cineasta neoyorquino donde se exhibe una imagen cosmopolita y opulenta de la vida en la Ciudad Condal.

La diferencia procede principalmente del carácter descriptivo de ambas obras. Mientras que Allen insistía mucho en la configuración de un universo bohemio y hedonista, Iñárritu prefiere destacar el lado más dramático de la existencia que acontece en las grandes urbes. Su personal retrato de Barcelona alcanza la profundidad espiritual de un réquiem, un drama repleto de circunstancias adversas frente a las cuales destaca la aparición de un héroe trágicamente vinculado a la muerte. En ese sentido, el relativismo moral ante la realidad retratada oculta su faceta más desenfadada y cómica para erigirse como un verdadero monumento cinematográfico a la difícil redención de las miserias humanas.

Biutiful recibió dos nominaciones a los Oscar de Hollywood, en las categorías de Mejor película de habla no inglesa y Mejor actor. Finalmente, no se alzó con ninguna de ellas, pero tanto la Academia Española como el pasado Festival de Cannes premiaron el excelente trabajo de un Javier Bardem en pleno apogeo de su carrera artística, concediéndole respectivamente el Goya y la Palma de Oro a la mejor interpretación masculina. Galardones que cabría hacer extensivos a las notables cualidades fílmicas del último film de Alejandro González Iñárritu.

 

FILMHISTORIA Online, Vol. XXI, nº 1 (2011)

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Grup de Recerca i Laboratori d'Història Contemporània i Cinema