Con la llegada del otoño los aficionados al cine saben que se inicia una nueva temporada cinematográfica. Es época de festivales. El pistoletazo de salida lo da Venecia, con su glamour y deseados filmes, que en ocasiones, no llegan a nuestras pantallas. Aquí, nuestros festivales son algo más modestos. A finales de setiembre e inicios de octubre se celebran dos de los más significativos. Por un lado San Sebastián –del cual encontramos una pormenorizada crónica en este mismo número– y el entrañable Festival de Sitges, dedicado al género fantástico.

Desde que Àngel Sala tomara las riendas del certamen, éste ha vuelto a mirar al cine que lo vio nacer y que le otorgó su fama entre crítica y público: el fantástico. Si de la edición anterior ya decíamos que era palpable el giro, o retorno, mejor dicho, del festival a sus orígenes; en esta edición se vuelven a cumplir las premisas del año pasado pero aumentadas, lo que es toda una satisfacción para los que amamos esta auténtica celebración de un género, en muchas ocasiones, menospreciado por un sector de la crítica. La edición de este año era especial. Celebraba el 20 aniversario del estreno de Terciopelo azul ( Blue Velvet , 1986) de David Lynch, uno de los cineastas idolatrados por los asistentes del festival. Sin embargo, la fiesta estuvo pasada por agua. Si bien se celebro una retrospectiva de la obra de este inclasificable autor, su última cinta –la esperadísima Inland Empire – no pudo ser exhibida en el festival por problemas con su productora Studio Canal , que ha obligado a Lynch a un nuevo montaje del filme para su estreno en Europa. Por otro lado, a pesar de que la organización lo intentó, David Lynch no vino a Sitges. Decepción mayúscula y tirón de orejas a la dirección del certamen, por prometer algo, que muchos pensaban casi imposible.

En cuanto a las películas a concurso, y en general por lo visto en otras secciones, se ha detectado un leve cambio de tendencias. Si en años anteriores la presencia asiática, tanto a nivel de cantidad como de calidad, había sido abrumadora, en esta edición el nivel de sus filmes, con excepciones que comentaremos, ha bajado ostensiblemente ¿Un simple bache o un filón que se agota? Su relevo lo ha tomado el Viejo Continente que ha aportado un buen número de cintas de gran calidad, mientras que Estados Unidos ha dado una de cal y otra de arena. El estandarte de la “revolución” europea ha sido Alemania. Sus dos películas a concurso en la Sección oficial han arrasado. Requiem de Hans-Christian Schmid ganó el premio al mejor filme y a la mejor actriz, merecidísimo, por la soberbia y sensible interpretación de Sandra Hüller. Grimm Love de Martin Weisz se llevó el premio a la mejor dirección, mejor actor, ex aequo, a Thomas Krestchmann y Thomas Huber, además de la mejor fotografía a Jonathan Sela. Requiem narra la historia de una joven universitaria alemana que a finales de los sesenta, a causa de una serie de problemas físico-psíquicos, sufrió un exorcismo. En la edición pasada del festival se estrenó El exorcismo de Emily Rose ( The Exorcism of Emily Rose , Scott Derrickson) que, evidentemente, es la misma historia. La cinta no estaba mal, pero Requiem es francamente superior. Parte de la prensa y público no se explicó que hacía la cinta en la Sección oficial, ya que de fantástica tiene poco, por no decir nada. El exorcismo es lo de menos –apenas de deja entrever hacia el final del filme– Lo que le importa al director es el retrato de un entorno opresivo, de la frustración de una joven en su lucha con una enfermedad, de las ganas de vivir de esa misma chica, etc. Requiem es una película magistral, posiblemente de lo mejor que se ha estrenado en los últimos años. Heredera del movimiento Dogma y del cine nórdico –Dreyer en especial– es viento fresco para el panorama cinematográfico. Aunque sólo fuera por su brillantísima puesta en escena y por la extraordinaria interpretación de Sandra Hüller, vale la pena apostar por esta película, que afortunadamente se estrenará en nuestras pantallas, aunque con un estúpido título: El exorcismo de Micaela . A buen seguro que se venderá como una historia morbosa y polémica, cuando nada de eso se encuentra en esta bella y dura cinta. Sin lugar a dudas, el mejor filme del certamen. De Grimm Love valen muchos de los adjetivos que he regalado a Requiem . La cinta gira en torno a la relación de dos hombres solitarios, tristes y desgraciados que ven en el canibalismo su redención. Basada en un caso real, que conmocionó a la opinión pública alemana, la cinta es un demoledor retrato de la soledad, la gran enfermedad de nuestro tiempo. Si bien tiene algún pequeño contratiempo –la presencia de una periodista norteamericana que sirve como hilo conductor de la narración– el filme es toda una joya, una extraña historia de amor que sobrecogerá a más de uno.

Francia contó con dos notabilísimos filmes a concurso: Ils (David Moreau y Xavier Palud) y Tzameti (13) (Gela Babluani). Ils fue el mejor filme de esta edición junto a las referidas cintas alemanas. Historia claustrofóbica y terrorífica, demuestra que el miedo, el terror, puede surgir en cualquier momento y de cualquier situación. Moreau y Palud demuestran ser unos maestros del suspense y la angustia en esta corta -74 minutos– pero intensísima película. Unos autores a seguir, que al igual que su compatriota y cultivador del género fantástico, Alexander Aja, tomarán en breve la senda de Hollywood. Tzameti (13) es una cinta dirigida por un georgiano afincado en Francia, Gela Babluani, que recordó a más de uno a Hostel (Eli Roth, 2005). Hasta bien avanzado el metraje no sabemos que pasa, pero cuando el director nos muestra el macabro juego en el que ha envuelto a su pobre protagonista, la angustia se apodera de nosotros. Tensa, macabra y sórdida historia que causó muy buena sensación entre la prensa y público. El vecino galo también presentó la última cinta de su Golden Boy , Michel Gondry, La science des rèves . Desgraciadamente, la cinta de Gondry es apabullantemente imaginativa, pero hueca. Se echa a faltar a su guionista, Charlie Kaufman. Aun así, la cinta contó con la simpatía del público y a buen seguro funcionará en taquilla, donde los seguidores de este autor son legión.

Pequeñas cinematografías europeas también tuvieron su lugar en la Sección oficial. Hungría, en régimen de coproducción con Francia y Austria, presentó Taxidermia ( Taxidermie , György Pálfi) un exceso escatológico que gustó a unos pocos y fue ignorada por la mayoría. La película estrambótica de la sección oficial. Escandinavia, con Noruega y Dinamarca, regaló dos interesantes propuestas: The Bothersome Man ( Den Brysomme Mannen , Jens Lien) heredera del cine de los Kaurismaki y Princess de Anders Morgenthaler. Esta última fue una de las sorpresas del festival. El cocktail de animación, más pornografía y abusos sexuales a menores, resultaba explosivo. Su director superó la prueba con creces. Aunque la cinta peque en ocasiones de un tanto sensiblera y fácil, no deja de ser una propuesta valiente, sensible y en ocasiones brillante; que dejará desarmado a más de uno, ante el triste panorama de la niña maltratada y su tío, personaje con un abrumador sentimiento de culpa, muy en la línea del cine de Paul Schraeder. Portugal contó con una pequeña pero excelente cinta: Coisa Ruim de los debutantes Tiago Guedes y Frederico Serra. Modesta pero muy bien realizada, Coisa Ruim es una cinta de terror psicológico que bebe de Suspense ( The Innocents , 1961, Jack Clayton) y Los otros (Alejandro Amenábar, 2001) aunque a diferencia de la cinta del cineasta español, es más sobria y menos tramposa. Si bien no es un dechado de originalidad, la cinta cae bien por su honestidad y por el buen hacer de sus actores.

Y acabamos el repaso europeo con las películas españolas llevadas a concurso. Fueron dos: Los abandonados , el esperado debut de Nacho Cerdà, y La hora fría de Elio Quiroga. Ambas eran francamente mejores a las anteriores películas españolas a concurso. No obstante, estaban un escalón por debajo, siendo generoso, del buen nivel presentado por sus compatriotas europeos. Los abandonados es un proyecto apadrinado por Julio Fernández que presenta la esmerada factura de las últimas producciones de éste. La fotografía, diseño de producción, etc. son excelentes, al nivel de cualquier gran producción americana, pero lamentablemente Cerdà no lleva a buen puerto una historia que en su primera mitad era muy prometedora. La confusión, los efectismos, el aburrimiento, se adueñan de unos 50 cansinos minutos finales. Aun así, la cinta deja buen sabor de boca por el trabajo de Cerdà, un más que notable creador de atmósferas, que sabe urdir situaciones asfixiantes y aterradoras de la nada. Un joven autor al que merecerá la pena seguirle la pista. La hora fría estaba mejor resuelta que la cinta de Cerdà –cuenta con uno de los mejores finales del reciente fantástico español– pero se veía perjudicada por unos irregulares intérpretes y lo apurado de su presupuesto. Una buena película, aunque menor.

Estados Unidos exhibió siete filmes a concurso, la presencia más nutrida de la sección oficial y a diferencia de años anteriores con un nivel más que aceptable. Las películas estadounidenses estaban claramente alejadas del mainstream , eran cintas pequeñas, independientes, con la libertad creativa que ello conlleva. Entre sus autores destacan dos nombres propios, gigantes del fantástico: John Carpenter y Joe Dante. El primero presentó Cigarette Burns y el segundo, Homecoming . Ambas cintas forman parte de una serie de televisión, Masters of Horror , integrada por 13 episodios dirigidos por figuras del fantástico como Takashi Miike, Dario Argento, Tobe Hopper, Stuart Gordon o John Landis, entre otros. Cigarette Burns es un Carpenter menor, pero como siempre con el virulento sello de éste. Homecoming resultó ser superior. Historia de zombies y sátira política, Dante dota a la película de un corrosivo sentido del humor, así como una demoledora crítica de la situación actual del gigante americano. La sombra de la guerra en Irak y el 11S es alargada, como lo demostraron otras películas como Right at your Door (Chris Gorak), entretenida película sobre un ataque terrorista en Los Ángeles, Fido (Andrew Curris) notabilísima y divertida cinta de zombies domesticados o The Ungodly (Thomas C. Dunn), excelente filme cofinanciado por un pequeño productor catalán, que fue muy bien recibida y que hubiera merecido figurar en el palmarés. Pero la mejor de las cintas estadounidenses fue Brick (Rian Johnson). Homenaje a las novelas de Raymond Chandler y Dashiell Hammett, la película narra los entresijos de un instituto californiano y un misterioso asesinato, a la manera de la novela negra americana. Un filme original y fresco, aunque un tanto liado, como lo eran Adiós muñeca o Cosecha roja . Lo peor de la representación del otro lado del Atlántico vino de la mano de un funesto remake , Sisters (Douglas Buck), nueva versión del clásico de Brian de Palma.

Acabaremos el repaso de la Sección oficial con las cintas orientales. Cuatro se presentaron a concurso, todas ellas de autores consagrados: Big Bang Love Juvenile A ( 46 oku nen no koi ) de Takashi Miike, Exiled ( Fongchuk ) de Johnnie To, The Host ( Guimul ) la esperada nueva cinta de Bong Joon-ho y Time ( Shigan ) del aclamado Kim Ki-duk. Las mejores, The Host y Exiled . La nueva cinta del autor de Memories of Murder ( Salinui chueok , 2003) es una ejemplar película de monstruos y un más que acertado retrato de familia. Una de las mejores películas del certamen que, afortunadamente, cuenta con distribución y fecha de estreno. Exiled es una nueva vuelta de tuerca de Johnnie To sobre el cine de gángsteres. No habría extrañado que el director de Hong Kong se hubiera alzado por tercer año consecutivo con el premio a la mejor dirección, tal es el esmerado trabajo de éste. Cinta deudora de Jean Pierre Melville, contó con sonoras ovaciones en sus pases, y es que el cine de Johnnie To levanta pasiones. Certero, divertido, vibrante, brillante... Pocos directores actuales pueden decir lo mismo. Las películas de dos habituales del festival, Takashi Miike y Kim Ki-duk fueron un desengaño. La cinta de Miike aburrió. Su historia de homosexuales adolescentes, críptica y parsimoniosa apenas interesó, mientras que la comedia del autor coreano sorprendió, no por su excelencia, sino por lo fácil de su propuesta. Las obsesiones del cineasta están presentes en Time , pero de una manera burda e incluso torpe. Una lástima.

Al igual que otros años, el festival contó con numerosas secciones donde se pudieron ver buenas películas y obras no tan destacables. Lamentablemente, no hay tiempo para ver todo lo que interesa. Sería aconsejable que la organización intentara rebajar el número de títulos o de secciones, ya que, en ocasiones, el nivel de las cintas no es digno de un festival de sus características; además de que, como he comentado, no hay tiempo para visionarlo todo. De entre las cintas que destacaron en otras secciones mencionar Paprika la nueva obra de Satoshi Kon presentada en la Sección Anima't, Isolation , excelente mezcla de Alien, el 8º pasajero ( Alien , 1979, Ridley Scott) y Vinieron de dentro de... ( The Parasite Murders , David Cronenberg, 1975) ambientada en una granja irlandesa, con unas peculiares vacas mutantes, Edmond , nueva y excelente apuesta de Stuart Gordon en el fantástico, que fue vista en Noves Visions, o Renaissance (Christian Volckman), interesante filme de animación francés visto en la Sección Méliès, al igual que Isolation . En la misma sección se pudo ver una de las peores cintas del certamen, la inenarrable Moscow Zero , de la española Luna. Orient Express, la sección dedicada al cine asiático contó con películas de escaso relieve, aunque destacaron las excelentes Election 2 ( Hak sewui: yi wo wai gwai ) del brillante Johnnie To y la enfermiza Imprint de Takashi Miike, obra perteneciente a la comentada serie de televisión Masters of Horror .

Las premières de futuros estrenos fueron también numerosas, y estuvieron marcadas por la irregularidad, con la excepción de las excelentes Hijos de los hombres ( Children of men ) del mexicano Alfonso Cuarón, Black Book ( Zwartboek ) que marca el regreso de Paul Verhoeven a su Holanda natal y El laberinto del fauno de Guillermo del Toro, que abrió de manera espectacular el certamen. La película de Cuarón es una de las más destacadas que se han podido ver en esta edición de Sitges. A pesar de una historia apocalíptica que suena a vista, la brillantísima puesta en escena y las interpretaciones de Clive Owen, Michael Caine y Julianne Moore, jalonan esta cinta que a buen seguro será una de las destacadas del año, al igual que Black Book , el retorno de Paul Verhoeven a sus orígenes. Historia de espías, amoríos secretos, intrigas, ambientada durante la ocupación alemana de Holanda durante la Segunda Guerra Mundial, está íntimamente ligada a Eric, oficial de la reina ( Soldaat van Oranje , 1977) y al igual que aquella, es una película con un ritmo endiablado y la habitual buena factura y humor negro de su director. Destacaría el descubrimiento de su actriz protagonista, Carice van Houten, una presencia que dará que hablar. Dos de los platos fuertes de las premières fueron The Fountain , del cineasta de culto Darren Aranofsky y Scoop , el nuevo Woody Allen. The Fountain , al igual que el resto de la obra de su autor, es amada u odiada. Personalmente, me pareció pretenciosa, aunque brillante a nivel formal. Scoop es una nueva decepción en la obra postrera del magnífico Woody Allen. Lamentable comedia que hace añorar la anterior Match Point . El resto de las películas en la Sección Première fueron mediocres: The Wicker Man (Neill La Bute) horrible remake de la obra maestra del fantástico british , Pulse (Jim Sonzero), otro remake , en este caso de la genial Kairo (2001) de Kiyoshi Kurosawa –autor homenajeado en esta edición del festival– o Unknown (Simon brand), nueva vuelta de tuerca a Saw (James Wan, 2004).

Así pues, ha sido esta una edición de un buen nivel. Se han visto tres excelentes películas –las dos alemanas que acapararon galardones e Ils , la electrizante cinta de David Moreau y Xavier Palud– y un buen puñado de títulos superiores a la media, lo que habla bien de la salud del certamen. Según su director Àngel Sala, se han vendido 440.000 entradas, un 7% más que el año pasado y se ha recaudado un total de 280.000 euros, un 17% más que en la anterior edición. Aunque los números sean más que aceptables, todavía quedan detalles a corregir. El resbalón de esta edición con la no presencia de David Lynch y su última obra, la falta de exposiciones y publicaciones de referencia, el trato discriminatorio hacia una parte de la prensa – ¿Por qué se hace la distinción entre medios A y medios B? ¿No somos todos medios de comunicación? – la desorganización en ruedas de prensa, son aspectos que se deberían cuidar mucho más. La próxima edición promete mucho, por lo menos sobre el papel. Será el 40 aniversario del festival y para ello se dedicará el certamen a Blade Runner (1982), la obra maestra de Ridley Scott, y se organizará una exposición sobre 2001: Una odisea en el espacio ( 2001: A Space Odyssey , 1968, Stanley Kubrick) ¿Acudirá Ridley Scott? ¿Y Keir Dullea? ¿O un replicante? Todos estos enigmas serán desvelados en octubre del 2007. Hasta entonces, esperaremos ansiosos una nueva visita a Sitges.

 

 

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PALMARÉS SECCIÓN OFICIAL

 

OFICIAL FANTÀSTIC
JURAT / JURADO / JURY
Monte Hellman, Leticia Dolera, Carlos Losilla, Pilar Pedraza, Tom Schiller:

Millor llargmetratge/ Best Film/ Mejor largometraje

REQUIEM de Hans-Christian Schmid

 

Millor Curtmetratge / Mejor Cortometraje / Best Short Film
(Ex aequo)

A FOR(R)EST IN THE DES(S)ERT, de Luiso Berdejo

HANDYMAN, de Simon Rumley

 

Millor Direcció Artística / Mejor Dirección Artística / Best Art Direction
Are Sjaastad, per THE BOTHERSOME MAN

Millors Efectes de Maquillatge / Mejores Efectos de Maquillaje / Best Make Up FX
Jang Jin, per TIME

Millors Efectes Especials / Mejores Efectos Especiales / Best Special Effects
Jang Heui-cheol, per THE HOST

Millor Banda Sonora Original / Mejor Banda Sonora Original / Best Original Soundtrack
East, per TZAMETI (13)

Millor Fotografia / Mejor Fotografía / Best Cinematography
Jonathan Sela, per GRIMM LOVE

Millor Guió / Mejor Guión / Best Script
Sam Hamm, per HOMECOMING (Masters of Horror)

Millor Actriu / Mejor Actriz / Best Actress
Sandra Hüller, per REQUIEM

Millor / Mejor / Best Actor
(Ex aequo)

Thomas Krestchmann, per GRIMM LOVE

Thomas Huber, per GRIMM LOVE

Millor Director / Mejor Director / Best Director
Martin Weisz, per GRIMM LOVE

Premi Especial del Jurat / Premio Especial del Jurado / Special Jury Award
HOMECOMING (Masters of Horror), de Joe Dante