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FILM REVIEWS



Jacques Léonard, el payo Chac.
El fotógrafo que amaba los gitanos

Por Alfons Mas


T:O.: Jacques Léonard, el payo Chac. Producción: Curt Ficcions S.L. en coproducción con TVC y TVE (España, 2011). Producción: Sara de Lecea. Producción ejecutiva: Carmen Isasa (Curt Ficcions Curt Produccions), Jordi Ambrós (TVC), Andrés Luque (TVE). Director: Yago Léonard. Guión: Núria Villamazán. Fotografía: Carles Mestres. Música: Lisandro Rodríguez. Montaje: Pau Atienza. Postproducción y grafismo: Pau Valiente.

Blanco y negro/Color - 61 min. Estreno en España: 27-V-2011

 

Descubrimos la figura de Jacques Léonard, fotógrafo olvidado de la generación de Francesc Catalá-Roca, Xavier Miserachs, Leopoldo Pomés y Gabriel Cualladó, referentes imprescindibles para una nueva mirada de los fotógrafos españoles en la década de los cincuenta. Hijo de un criador de caballos nació en los alrededores de París, concretamente en Maisons-Laffitte en 1909, acabando sus días en L’Escala 1995. Como si fuera portador de un gen transhumante, recorre diversos lugares del mundo sin nostalgia por lo que va dejando atrás. Vuelca su entusiasmo en el cine, reclamado por los mejores directores franceses, llega a trabajar con Abel Gance, permitiéndole esto, viajar a Líbia, Algeria y Marruecos con los equipos de producción. A principios de los 40, tiene su primer contacto con España y se instala en Madrid. Cuando Arthur Kaps, empresario teatral judío vienés, le propone marchar con su compañía “Los vieneses” hasta Barcelona, lo acepta sin dudar, en Barcelona se siente a gusto con la ciudad y conecta con ella. Con Robert Lamouret, humorista que trabajaba en la compañía realiza una gira de dos años por Inglaterra, Australia, Grecia e Italia. Al regresar, antes de continuar hacia Estados Unidos, Léonard decide su siguiente paso, vivir en Barcelona y ganarse la vida como fotógrafo. En 1952 se enamorará de Rosario Amaya, una gitana de las barracas de Montjuïc que ejercía de modelo de pintores y era prima de Carmen Amaya. El noviazgo con Rosario tendría como lugar principal para sus  encuentros  Los Caracoles de la calle Escudillers.

Este pequeño esbozo autobiográfico que en el documental llega hasta el final de sus días, es uno de los tres ejes que nos muestra Jacques Léonard, el payo Chac. Las impresiones, las voces de sus familiares o de  aquellos que lo conocían, y el descubrimiento de su extensa obra fotográfica, son los otros dos ejes que  conforman la base para componer un retrato emotivo y minucioso del personaje.

Dirigido por su propio nieto Yago Léonard Saavedra, que hasta la fecha ha escrito y realizado diversos documentales como, Gitanas,  Alberto, emitidos en TVE en el programa “Gran angular”, Renacer, La Mina que yo quiero, El nuevo Sant Adriá y El tren, seleccionado como finalista al concurso de cortometrajes de TVE. Como auxiliar de decoración trabajó en el largometraje La Monja (2005) del director Luis de la Madrid, producido por Filmax. Con un guión de Núria Villazán, reconocida profesional del cine, licenciada en esta especialidad en San Antonio de los Baños (Cuba). Ha colaborado en múltiples proyectos de largometrajes, series de televisión, documentales y publicidad, alternando la dirección y el guión con el montaje. Destacados sus trabajos con Joaquín Jordá, como co-guionista en el largometraje Cuarteto (1998), como co-guionista y co-directora en Monos como Becky (1998-1999) y el guión conjuntamente trabajado para la película Carmen  (2001) de Vicente Aranda. Ha recibido el premio al Mejor Documental en el Festival de Roma por Machín, toda una vida. Entre 2002 y la actualidad trabaja como script, participando en películas como Inconscientes (2004), de Joaquín Oristrell, Tapas (2005), de Juan Cruz y José Corbacho o Elisa K. (2010) de Jordi Cadena y Judith Colell.

Yago Léonard llegó en el 2008 a Curt Ficcions con “un abuelo bajo el brazo,… un señor francés que estaba todo el día con los negativos y con su máquina de escribir”, y un proyecto que partía de la revisión que hicieron su padre Álex (el Loli) y su tío Santiago (el Tontón), del archivo que durante quince años permaneció oculto en un trastero. También se aportó un libro sobre los gitanos que nunca llegó a publicarse y ciento cincuenta páginas de su autobiografía desde los seis años, hasta el encuentro con Rosario.

En octubre de 2009 fue ingresado en el Archivo Fotográfico de Barcelona (AFB) un fondo integrado por 18.000 negativos, procedentes tanto de su práctica profesional como doméstica, sus temáticas son diversas ya que a través de Francesc Catalá-Roca colaboró con La Vanguardia y La Gaceta Ilustrada, pero lo que realmente hace que el fondo sea especial son los aproximadamente 3.000 negativos formato mediano, en blanco y negro, de temática gitana que realizó después de casarse. Estos negativos que reflejan la vida gitana dan al fondo una singularidad única, son fotos realizadas desde dentro, desde el interior de las propias barracas y que muestran una cronología que abarca desde los años 50 hasta los 70 del siglo pasado. 80 negativos han sido expuestos en la muestra de AFB que reseñamos en la sección de News.

El fondo aporta la documentación de una etnia minoritaria y un  lenguaje poético con el que refleja una realidad sin transmitir compasión y sin convertir lo mostrado en algo exótico dentro de la cultura franquista. Se sitúa de esta manera en oposición a la retórica utilizada por fotografías oficiales, siempre tomadas “desde fuera”. Los títulos en las carpetas de estos negativos demuestran una intención de documentar todos los aspectos de la cultura gitana: su territorio, fiestas, oficios, religión, encuentros, bailes, el ritual de la muerte…  El ser payo y francés, lo que le hacía más extranjero si cabe, un media pata, como le hubieran nombrado los gitanos del Somorrostro barcelonés, le sirvió a Jacques Léonard para desarrollar una forma libre y personal de mirada, desmarcándose de los prejuicios de sus colegas fotógrafos y la clase media barcelonesa.  

Para Jordi Martí i Grau, Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Léonard  

hizo una inmersión en un mundo que por más “progre” que fueran los otros fotógrafos, siempre lo miraban desde la otra orilla, y él estaba allí, o como cuenta su hijo Santiago: “…mi madre siempre venía con nosotros, por que si no en el Somorrostro no entrabas con una máquina de fotos pa coger  gitanos, porque te mataban allí mismo, en cambio mi madre conocía a todos…”

Sin caer en el sentimentalismo fácil, a través de la cámara de Yago, los hijos de Jacques van descubriendo de puño y letra de su padre, su identidad y los secretos de una vida agitada, llena de anécdotas y de viajes, que terminó al unirse a Rosario. Fue una persona discreta y poco habladora que procedía de una clase social muy diferente a la de su madre, un torbellino, criada bajo un simple toldo y más tarde en una barraca. Santiago: “Que se juntara mi padre con mi madre, muchas veces aún ahora nos preguntamos en la familia como pudo ser…mi padre meterse allí viniendo de donde venía él.”

El documental nos descubre a un nómada romántico, tocado por el amor, con una mirada diferente, profunda y hasta ahora desconocida, más allá del folclorismo habitual. Hay momentos de gran lucidez y momentos dura crítica, por ejemplo a las instituciones que decidieron crear como solución al barraquismo, el proyecto de la Mina. Contiene los elementos necesarios de un buen documental para que nos resulte atrayente: una temática interesante, un desarrollo rítmico fluido con gran aporte de datos, informaciones y anécdotas, y por último una buena realización. Destacar la banda sonora que ha creado Lisandro Rodríguez (Quemando suerte, Lágrimas de Armenia) que acompaña subrayando las imágenes con fuerza y delicadeza. Es un documento ágil, fresco que nos muestra una realidad muy mal tratada como es la realidad del mundo gitano. Una pequeña joya que es un placer descubrir.

Como escribió el biógrafo de Jacques Léonard, Jesús Ulled:

"Parece que Léonard hubiese querido perpetuar los últimos vestigios de unas costumbres y unos ritos que se pierden irremisiblemente con el fin del nomadismo, la característica más definitoria y al mismo tiempo más romántica de la raza."

 

FILMHISTORIA Online, Vol. XXI, nº 1 (2011)

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