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ADÈLE Y EL MISTERIO DE LA MOMIA, EL CÓMIC FRANCÉS COMPITE A DURAS PENAS EN LA GRAN PANTALLA CON EL AMERICANO

Por FRANCESC MARÍ i COMPANY

T. O.:  Les aventures extraordinaires d'Adèle Blanc-Sec Producción: Europa Corp., Apipoulaï, TF1 Films Production (Francia, 2010). Director: Luc Besson.
Argumento: basado en el cómic homónimo de Jacques Tardi. Guión: Luc Besson.
Fotografía: Thierry Arbogast. Productores: Luc Besson, Virginie Silla. Montaje: Julien Rey.

Intérpretes:Louise Bourgoin (Adèle Blanc-Sec), Mathieu Amalric (Dieuleveult), Gilles Lellouche (Inspector Léonce Caponi), Jean.-Paul Rouve (Justin de Saint-Hubert), Philippe Nahon (Profesor Ménard), Jacky Nercessian (Marie-Joseph Esperandieu), Nicolas Giraud (Andrej Zborowski), Laure de Clermont (Agathe Blanc-Sec), Gérard Chaillou (Presidente Armand Fallières).

Color – 105 min. Estreno en España: 27-VIII-2010.

Cuando los personajes del cómic americano empiezan a agotarse –Marvel dentro de poco empezará a recurrir a héroes y villanos secundarios, y DC apostará por la Linterna Verde-, el cine francés sigue dando vida a sus personajes de cómic, un estilo de historia de gran tradición en los territorios de Francia y Bélgica, liderados por Astérix –con tres filmes a sus espaldas- y Tintín –que dentro de poco tendrá una versión britànica de sus aventuras-, llega a las grandes pantallas de nuestro país Adèle Blanc-Sec y sus peculiares aventuras.

Luc Besson, prestigioso realizador de filmes de acción galos, como la saga Taxi (1998, 2000, 2003 y 2007) o El Quinto Elemento (1997), decide llevar a la gran pantalla un cómic o BD en francés -Bandes Dessinnées-. El cómic franco-belga ya hace años que llegó al cine, el primer intento fue Tintín y el misterio de las naranjas azules (Philippe Condroyer, 1964), que pasó casi desapercibido, pero fue con Astérix que los cómics franceses llegaron de forma más potente al cine. Mientras que la saga del héroe galo ya va por la tercera entrega, llega a los cines Adèle Blanc-Sec, protagonista de los cómics de Jacques Tardi, una joven periodista aventurera de principios del siglo XX que, en esta ocasión, viaja a Egipto en busca de la momia del médico de Ramsés II, para que ésta cure a su hermana víctima de un trágico -a la par que cómico- accidente de tenis, con el único handicap que es un médico que lleva muerto unos 4.000 años. La solución a este problema se llama doctor Esperandieu, un anciano profesor de Adèle, que tiene el conocimiento, y como se nos muestra después, la capacidad para resucitar a seres muertos, como la momia en cuestión. El problema viene cuando el profesor decide practicar antes de hacerlo con la momia, y lo hará con un pterodáctilo, que siembra el pánico en la ciudad de París.

El film destaca por la gran cantidad de escenas cómicas o surrealistas, como la salida de la tumba de la momia de Adèle, el accidente de la hermana de la protagonista y la panda de policías patosos que se encargan de solventar el misterio del dinosaurio volador, siguiendo siempre este estilo excéntrico que caracteriza a cierto cine francés.

Como sucede con algunas películas de acción galas -véase el caso de Arsène Lupin (Jean-Paul Salomé, 2004) y El pacto de los lobos (Christophe Gans, 2001)-, el comienzo es bueno y el argumento convence y engancha hasta que la  cinta se vuelve pesada y previsible a partir de los cuarenta y cinco minutos o la hora de duración. Pasando de ser un interesante film de aventuras a una pesada película más propia de tv-movies del sábado por la tarde en algunas cadenas privadas de televisión. A pesar de lo dicho anteriormente, cabe destacar muchos gags del film, que te arrancan alguna sonrisa que otra, perdonándose así la débil construcción del guión.

Otro fallo o punto negativo es el maquillaje de los actores que, a pesar de que es debido al deseo de parecerse a los personajes del cómic, peca por exceso, es tal esta desmesurada utilización de la caracterización que a Mathieu Amalric -conocido por ser uno de los últimos villanos de la saga James Bond en 007: Quantum of Solace (Marc Forster, 2008), por magníficos papeles en Mesrine: L'ennemi public nº1 (Jean-François Richet, 2008) o Munich (Steven Spielberg, 2005)- no se le reconoce haciendo del malvado Dieuleveult. Debido a esto lo que hubiera podido ser una versión europea de La Momia (1999, 2001 y 2008), acaba siendo un Mortadelo y Filemón a la francesa, no por ello debemos menospreciar el valor de la cinta en cuestión, ya que Adèle y el misterio de la momia es, con total seguridad, una de esas películas que obtendrán un cierto éxito de taquilla debido al deseo y a la necesidad de filmes para toda la família.

Un detalle que sorprende es que la historia convierte a la protagosnista, Adèle Blanc-Sec, en un personaje odioso, por una rebeldía desmesurada e injustificable, ya que por ser una mujer moderna y aventurera no es necesario ser testaruda, desagradable o traidora -porque en más de una ocasión abandona a sus compañeros en busca de su propio interés.

Aún más sorprendente es el hecho de que Luc Besson -director y guionista de la película- se haya involucrado en un proyecto como éste, ya que, a pesar de que sus filmes no acostumbran a tener argumentos muy profundos, son cintas de acción de gran calidad, pero en cambio ésta resulta ser superficial, con un guión más bien flojo, y unos actores que parece que se tomaron su participación en este film como un pasatiempo, llevando su interpretación a la sobreactuación. Incluso me sorprende que Jacques Tardi, que creó una serie de bd's sobre Adèle Blanc-Sec no viera que su obra había sido convertida en una película de serie B.

En definitiva, a pesar de los numerosos fallos o, mejor dicho, defectos que la hacen pesada y difícil de digerir, este film no deja ser una buena forma de pasar una tarde lluviosa de otoño, pero que otros días, de mejor tiempo, uno no piensa en ir al cine a ver esta cinta.

 

FILMHISTORIA Online, Vol. XX, nº 2 (2010)

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