Desde los inicios de su carrera como realizador, el británico Michael Winterbottom se ha revelado como un cineasta enormemente versátil. Con admirable solvencia a la hora de abordar todo tipo de géneros, Winterbottom ha rodado, hasta la fecha, dieciséis largometrajes para la gran pantalla, que componen un amplio mosaico del ideario creativo planteado por este director en los estatutos de su productora Revolution Films. Eminentemente dispar tanto en la elección de sus temáticas como en sus planteamientos formales, este autor ha deambulado indistintamente entre el western telúrico (El perdón), el drama social (Go Now, Wonderland), la ciencia-ficción futurista (Código 46), el documento musical (24 Hour Party People) y el experimentalismo estético (9 Songs). Sin embargo, probablemente sea en el terreno del cine de compromiso político (Welcome to Sarajevo) donde Winterbottom ha dado a luz sus mejores obras.
Dos de sus películas han sido ya agrupadas en forma de díptico, debido a sus incuestionables similitudes narrativas y argumentales. Se trata de In This World (2002) y Camino a Guantánamo (2006), filmes que aportan una mirada crítica y, a la vez, humana sobre diversos conflictos acaecidos recientemente en países árabes (compartiendo, en todo momento, el punto de vista de sus protagonistas). Ambos están planteados como aproximaciones semi-documentales que alternan el testimonio con la recreación ficticia de los hechos y, en ellos, se emplean recursos expresivos cercanos a un estilo fílmico naturalista.
Su última película, A Mighty Heart (2007), podría haber sido catalogada junto a las dos obras citadas, pero hay en ella algunas características concretas que la alejan de la aparente imparcialidad del género documental. En primer lugar, el film lleva a cabo su acercamiento al mundo islámico desde una perspectiva occidental y se desarrolla, por tanto, a modo de contestación a las dos cintas anteriores, a pesar de que las tres están basadas en hechos reales. Por otra parte, la puesta en marcha del proyecto dentro de las imposiciones de los grandes estudios norteamericanos y la presencia de Angelina Jolie como principal protagonista confieren a esta producción un cariz más comercial de lo que generalmente viene siendo habitual en la trayectoria profesional de Michael Winterbottom. Gran parte del capital financiero procede en este caso de estrellas del celuloide políticamente tan concienciadas con los problemas humanitarios como el matrimonio compuesto por Brad Pitt y la mencionada intérprete del film. A este respecto, la propia Angelina Jolie realizó las siguientes declaraciones para la prensa:
Cuando participas en una película como Un corazón invencible es inevitable sentir que transmites un mensaje. En este caso, contra el fanatismo y la violencia. Es bonito participar en proyectos en los que puede cambiar tu manera de ver el mundo. En mi caso, rodar en India y Pakistán ha sido una vivencia reveladora, por la posibilidad de trabajar y convivir con gente de múltiples orígenes, culturas y religiones. Es uno de los grandes temas del film.