Por DAVID MARTÍNEZ LLAMAS

 


T.O: Die Zwartboek. Producción: (Holanda-GB-Alemania-Bélgica, 2006). Productores: San Fu Maltha, Jens Meurer, Teun Hilte, Jos van der Linden, Frans van Gestel y Jeroen Beker. Director: Paul Verhoeven. Guión: Paul Verhoeven y Gerard Soeteman. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Música: Anne Dudley. Montaje: Job ter Burg y James Herbert.

Intérpretes: Carice van Houten (Rachel Steinn/Ellis de Vries), Sebastian Koch (Ludwig Müntze), Thom Hoffman (Hans Akkermans), Halina Reijn (Ronnie), Christian Berkel (general Käutner), Waldemar Kobus (Günther Franken), Derek de Lint (Gerben Kuipers).

Color - 145 min.-Estreno en España: 2 -II-2007.


La Historia siempre se puede enfocar desde diferentes ángulos, un claro ejemplo de ello es la denominada Resistencia. Este grupo de resistente que actuaron durante la ocupación nazi de Europa.El siempre polémico Paul Verhoeven, nos muestra el ojo ciego que tienen todas las visiones y llega a la conclusión que todo ser humano, lo único que verdaderamente busca es su supervivencia.La idealización de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial está muy presente en nuestra cultura: Los aguerrid@s y habitantes de un país sometido al yugo dictatorial, reuniéndose en la clandestinidad luchando contra al opresión , bajo la bandera de libertad, etc. A todos los países les interesa tener en su “curriculum” un grupúsculo de gente así, pero si bien es verdad, los casos de Resistencia en muchos países fueron menores que los de colaboracionismo y delación. El propio Verhoeven manifestaría:

"Siempre me ha parecido curioso que los holandeses se hicieran los héroes cuando hablaban de su comportamiento con los judíos en la Segunda Guerra Mundial, cuando fuimos de los países que actuaron con mayor laxitud al respecto."

En este caso el director dirige la cámara al ocaso nazi en la Holanda ocupada, donde Rachel Stein (después será Ellis de Vries), una joven cantante de la burguesía judía holandesa se ve obligada a huir del país hacia un territorio alejado de la Ocupación. Tras ver como traicionan y matan a su familia, a otros judíos y casi a ella misma, Ellis sin saber como se ve inmersa en un plan de la Resistencia holandesa para resquebrajar el poder alemán en la zona.

De forma casual durante la misión, Ellis (Carice van Houten) entra en contacto con Ludwig Müntze (Sebastian Koch), oficial de las SS destinado en Holanda. Pronto, este primer contacto dará pie a una relación amorosa iniciada como parte del plan de la Resistencia, pero pronto será un sentimiento real e intenso para Ellis. Ninguno de los dos enamorados da importancia a la realidad del otro. Ella, judía, traidora a los nazis y con acceso a los entresijos de la central nazi en la ciudad. Muntzen, miembro del partido y obligado a mantener el orden en la zona y a luchar contra los resistentes, de los cuales Ellis es miembro.

Pero los planes de los dos bandos se verán afectados por la aparición de un traidor en las filas resistentes y por la hostilidad mostrada por las envidias dentro de los oficiales nazis. Muntzen intentará tranquilizar los ánimos nazis e impedir las represalias asesinas sobre la población, pero los actos de sabotaje y la intervención de otros organismos nazis (gestapo, etc.) le convertirán en traidor a sus compañeros y usado como cebo para Ellis y su grupo.

Finalmente conseguirán escapar, pero desatan una orgía de sangre a su alrededor que diezma a los resistentes, ahonda la ruptura del estado nazi y acaba con el encarcelamiento de Muntzen por parte de la multitud de “neo-resistentes” y anti-nazis que aparecen tras la caída del nacionalsocialismo.

Tras 5 años desde su última película americana (El hombre sin sombra) y 20 desde su ultimo rodaje en su tierra natal, Verhoeven vuelve a la palestra cinematográfica con este film que se aleja de sus últimos rodajes. La temática realista rompe con sus anteriores películas, aunque conserva esa ironía iconoclasta y rompedora que siempre le caracteriza. Políticamente incorrecto y cuidadoso con los detalles, compone un relato de aventuras alejado de idealizaciones románticas. Unas actuaciones soberbias (sobre todo la de la protagonista) y una recreación de los ambientes muy conseguidos. No abundan los escenarios y, por tanto, éstos tienen una fuerza importante en la película,

La temática tiene un origen real: existió una libreta negra donde fueron apuntados colaboradoes, etc., por un abogado de La Haya, y este tema rondó la cabeza de Verhoeven y Gerard Soeteman durante unos veinte años, hasta que quedó plasmado en un guión.

 

Paul Verhoeven no abandona sus grandes temas, usuales en el resto de films. Una violencia imperante, tanto fisica como moral, unas escenas de sexo “justificado” y tratado con naturalidad. Hasta se podría hablar de un estilo “verhoviano”:

No me gusta evitar la realidad, prefiero serle fiel. Y si eso supone cruzar ciertos límites, no es problema mío. El problema lo tiene quien juzga. Aunque tengo que reconocer que en El libro negro me he contenido. Quizás sea porque me he hecho mayor, pero lo cierto es que en este caso cualquier desnudo o escena de violencia está plenamente justificada en el guión.

Es esta justificación lo que ayuda a definir mejor a los personajes, sin perdernos en problemas de formas, ni velos que nos distraigan de la acción. Los personajes tienen sus matices, cosa que les hace más humanos. Dándole mucha importancia al papel de la mujer, con un gran poder, tanto físico como intelectual y visual

Si bien, una de las pequeñas críticas es que, mientras los actores protagonistas transmiten veracidad al espectador, muchos de los extras y actores “del fondo” no dan ese sentimiento a la película; es mas, su actuación se ve forzada e irreal, cosa que a veces desacredita el esfuerzo del film.

Ganadora del premio honorífico del Festival de Sitges, algunos la han visto como una continuación de lo ya iniciado en Eric, oficial de la reina, pero en versión femenina y crítica. Paul Verhoeven reitera su fascinación por el género femenino y reivindica el epíteto de “género” fuerte para ellas.

En resumen, El libro negro recupera la esencia de un gran director, el cual muchos veían en el pozo hollywoodiense. Sobresalen, pues, las actuaciones de los dos protagonistas, con un guión impactante y sorprendente.