LA PERVIVENCIA DE LA MEMORIA

Por RAFAEL DE ESPAÑA

 

Han pasado 70 años desde aquel 18 de julio de 1936 que tan decisivo iba a ser en la historia de España. Cada vez hay menos españoles que puedan decir que vivieron la Guerra Civil, pero es que la guerra no acabó en 1939: los años que siguieron conservaron el recuerdo de aquellos hechos horribles, y eso explicaría que en la actualidad personas que no llegan a la cuarentena, e incluso más jóvenes, hablen de la guerra como una vivencia propia.

¿Es bueno, a estas alturas, recordar todavía la Guerra Civil? De vez en cuando aparece en los medios alguna voz que llama a prestar atención a temas más actuales, dado que lo ocurrido hace tanto tiempo forma parte de un pasado que, por mucho que queramos, no vamos a poder cambiar. Hubo momentos en que se pudo cambiar, pero no se hizo, y echarle las culpas a los demás no siempre es útil ni justo.

También hay voces que claman contra la utilización de la Guerra Civil española como “negocio”, en el sentido de que tantos escritores y cineastas siguen recurriendo a ella como fuente de ingresos. Pero esto es relativo. Que se publiquen libros o se produzcan películas sobre la guerra es porque, en definitiva, sigue existiendo un público interesado. Cierto que no serán los jóvenes de 20 años, a los que lógicamente les tiene que resbalar algo que para ellos es casi antediluviano, pero hay un amplio sector de población algo más mayor para los que la guerra tiene todavía un significado. No en vano la España que ahora conocemos desciende directamente de lo que sucedió entre 1936 y 1939, y oyendo hablar a determinados políticos se tiene a veces la sensación de que realmente no ha pasado tanto tiempo.

Ciñéndonos al mundo del cine, que es el que nos interesa en estas páginas: ¿tiene sentido que todavía se estrenen películas sobre la guerra y sus consecuencias? ¿No hay otros temas más actuales a tratar? Indudablemente sí, pero de hecho ya se tratan; nadie puede decir que el cine español esté vuelto de espaldas a la realidad contemporánea y, además, las películas sobre la Guerra Civil ocupan un porcentaje bajo en el conjunto de la producción, aunque no se puede negar que se hayan convertido en una especie de “subgénero”, con todas las connotaciones que ello supone.

De todos modos, creo que el cine español va a seguir recordando la guerra durante bastante tiempo. Recordemos que los Estados Unidos también tuvieron su Guerra Civil y Hollywood la ha estado recordando continuamente y desde puntos de vista bien cambiantes. Si en 2006 hace setenta años que estalló la guerra de España, en 1915, cuando Griffith presentó en Los Ángeles su fundamental y controvertida El nacimiento de una nación , había pasado más de medio siglo del inicio del conflicto entre Confederados y Unionistas, y en 1939, cuando se estrena con éxito apoteósico Lo que el viento se llevó , más de setenta años.

Es decir, que no nos quejemos porque en España sigan apareciendo películas sobre nuestra guerra. Al igual que los libros de pura investigación histórica, los films también contribuyen a orientar (o reorientar) nuestra perspectiva sobre unos hechos que han marcado la historia reciente de nuestro país.