El primer libro es una importante tesis doctoral sobre la figura del cineasta ovetense Francisco Elías, que fue el pionero del cine sonoro en España, con la primera película “parlante” (El misterio de la Puerta del Sol, 1929), restaurada por la Filmoteca Española, y fundador de los primeros estudios de rodaje “sonoros” (Orphea Films, de Barcelona), en 1932.

Elías, que demostró su maestría como director en María de la O (1936), entre otros largometrajes (todos desaparecidos, a excepción de este título rodado poco antes de la Guerra Civil española), fue responsable del cine español durante el gobierno de la CNT en la Generalitat republicana, antes de emigrar a México. En la capital azteca siguió realizando películas, hasta que regresó a España en 1948, e intentó reintegrarse en la industria cinematográfica española. En 1954 realizó su última película (Marta), que se conserva.

En 1992, por mi gran amistad con este cineasta, tuve el honor de editar sus reveladoras Memorias –que me fueron confiadas por él a finales de los años setenta, cuando estaba realizando con su ayuda mi tesis doctoral sobre el cine argumental de la República–, que vieron la luz con las de otro gran pionero catalán (Memorias de dos pioneros. Francisco Elías y Fructuós Gelabert, Barcelona: CILEH).

Ahora, el doctor Enrique Sánchez Oliveira, profesor titular de Historia del Cine de la Universidad de Sevilla, acaba de publicar una monografía crítica sobre Elías y su obra, tras el estudio pormenorizado de las películas que rodó en México y el material que se puede encontrar en España sobre este maestro andaluz.

El segundo volumen –que, con el anterior, recibió ex aequo el Premio a la Mejor Investigación FILM-HISTORIA 2004– es una valiosa monografía sobre un tema apenas tratado en profundidad de la historia del cine español: la producción alemana de la España nacional durante la Guerra Civil.

Tras una serie de acuerdos cinematográficos entre el Gobierno nazi y el de Franco, algunos de los más reconocidos cineastas españoles se establecieron en Berlín para realizar películas de ficción; entre ellos, cabe destacar a los maestros Florián Rey y Benito Perojo, y a las “estrellas” Imperio Argentina y Estrellita Castro.

Bajo la égida de Joseph Goebbels, rodaron casi al final de la contienda fratricida El barbero de Sevilla y Suspiros de España (1938), de Perojo, Carmen la de Triana (1838) y La canción de Aixa (1939), de Rey; además de editar un largometraje documental en los laboratorios de Berlín (Romancero marroquí, 1938-39), entre otras producciones propagandísticas. Esa “aventura española” sería evocada recientemente por Fernando Trueba, en La niña de tus ojos (1998).

El estudio pormenorizado de tal relación político-cinematográfica ha sido ahora acometido con un buen aparato crítico (examinando documentos originales en Alemania y en los archivos de la Administración del Estado español, en Alcalá de Henares) por el autor, Manuel Nicolás Meseguer, que está realizando una tesis doctoral sobre este mismo tema y actualmente trabaja como investigador en la Universidad de Alicante.

Por tanto, estamos ante una espléndida doble recuperación de la memoria histórica de nuestro cine y del contexto que le vio nacer. Enhorabuena, pues, a ambos jóvenes autores.

 

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