Es cada vez más común y está cada vez más difundido, en la cotidianidad escolar brasileña, el uso de los recursos audiovisuales, lo que resulta de una traslación, hacia la educación formal, de un ambiente extraescolar en el cual proliferan las imágenes en movimiento. Brasil, sobretodo en las regiones sur y sudeste, está inserto en un contexto globalizado de fuerte penetración de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC). Redes telemáticas, aparatos multimedia, cine, vídeo, emisoras convencionales y alternativas de televisión, entre otros medios, representan canales privilegiados donde la imagen ocupa un lugar decisivo en el proceso de apropriación del mensaje por el receptor.

No estando dispuesta a competir con los mecanismos, cada vez más seductores, de los Media, la escuela los tiene incorporado a su práctica cotidiana, aunque lo haga espaciosamente, siempre con algún retraso, considerándose el remolino de novedades que surgen cada instante en el campo de las NTIC y las dificultades económicas por las cuales pasan las escuelas en Brasil.

En la enseñanza de Historia, la fuerza pedagógica de las imágenes ya se manifestaba desde hacía mucho tiempo. Primero, en las ilustraciones exhibidas en los libros didácticos que, con el pasar de los años, son cada vez más elocuentes y numerosas, tornándose importante factor de éxito o fracaso de las editoriales en el cruento combate anual que entablan por el mercado de los libros didácticos.

Pero también los recursos audiovisuales sirven, cada vez con más frecuencia, para la asignatura de Historia. Hoy está ampliamente difundido entre los profesores el uso de películas históricas comerciales 1, grabadas y exhibidas en vídeo, como recurso didáctico para la enseñanza de Historia, en todos los niveles. Películas como El nombre de la Rosa, La Misión, Carlota Joaquina, 1492: La conquista del paraíso, Guerra del fuego, Giordano Bruno, Braveheart, entre otros, dejan la esfera del entretenimiento y se tornan, por obra de los profesores de Historia, objetos de comprensión, análisis e interpretación en la clase.

Mientras tanto, el uso de las películas históricas comerciales en clase se ha revelado problemático en muchos sentidos, lo que hace que un recurso tan importante pueda llevar a prácticas pedagógicas inocuas, desaconsejables o incluso perniciosas para los alumnos.
Es muy común, por ejemplo, la utilización de las películas históricas comerciales como simple ilustración de alguna temática del programa, con lo que se rescatan, en la película, solamente los detalles que se relacionan con lo que fue tratado previamente en clase. La película termina por no agregar valor y contenido al programa. En estos casos, la nueva práctica pedagógica se revela solamente una forma renovada de transmitir y fijar información, desaprovechándose así las enormes potencialidades pedagógicas del medio. Además de esto, la exhibición de la película, hecha de esta manera, acaba por romper la dinámica de la clase, interponiéndose de forma incómoda, en medio de la ejecución del programa a ser desarrollado.

Otro problema presente en la utilización didáctica de los filmes históricos se refiere al riesgo de "estandarización" o patronización del saber. Los medios de comunicación de masas ejercen gran poder en la determinación del comportamiento del hombre contemporáneo. Entre los muchos maleficios provenientes de este poder desmesurado está el de crear el consenso en torno de representaciones mentales en las más variadas esferas de la vida humana. La modernidad fabrica y difunde sus mitos a través de los medios de comunicación de masas y, muchas veces, el profesor no está atento a esto cuando exhibe películas históricas para sus alumnos.

Los problemas anteriormente citados se revelan aún más graves cuando se considera el hecho de que los profesores muchas veces no se nutren de informaciones previas más detalladas sobre los filmes que exhiben y sobre los contextos históricos de los mismos. La riqueza de la película se pierde en una exposición pobre que no hace más que repetir lo que ya decían los manuales tradicionales.

Por esos y otros motivos, el uso de películas históricas en clase se resiente de la carencia de una metodología de la enseñanza que sea capaz de aprovechar todas las potencialidades del medio. Una metodología que incorpore la exhibición de las películas al proceso de enseñanza-aprendizaje de forma sistémica, óptima, eficaz, superando en definitivo el empirismo y la improvisación. En la cima de esta metodología de enseñanza ciertamente habrá lugar para la proposición de elementos teóricos y prácticos relacionados con una correcta selección de películas históricas comerciales.

La seleción de medios es un tema muy destacado en el ámbito de la didáctica. Hace ya algún tiempo los medios de enseñanza dejaron de ser considerados como simples objetos inmuebles de ayuda al profesor. Dejaron de servir sólo a la ilustración de la materia. Se tornaron, al contrario, instrumentos decisivos para una intervención mediada del alumno con la realidad, en un proceso que exige, cada vez más, la adopción de una postura crítica y activa de los alumnos ante los componentes simbólicos que los medios presentan. La selección de medios deja de ser la búsqueda por la más fiel representación de la realidad, para configurarse como un proceso complejo que debe tener en cuenta otras muchas variables.
Serán relacionados a continuación algunos factores que influyen respecto a la selección de las películas históricas comerciales que pueden ser útiles en este debate.

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NOTAS Y REFERENCIAS

1 Películas comerciales son, en este artículo, aquellos filmes producidos para su exhibición en los circuitos comerciales tradicionales, especialmente el cine y la televisión. Históricas no son solamente las narrativas basadas en hechos verídicos, sino también aquellas que, por su ambientación histórica, sirven para la enseñanza de la materia.