2.
La zona gris, una visión norteamericana del Holocausto
El
film de La zona gris discurre en el complejo de Auschwitz Birkenau,
con sus tristemente famosas cámaras de gas y sus hornos crematorios
-dos millones de judíos encontraron la muerte en sus instalaciones-:
"En 1942-1943 Birkenau llegó a ser el principal campo
de la muerte para los judíos de Europa" 1.
Esta vez, de nuevo, la cámara retrata uno de los hechos singulares
que acompañan a todo estremecedor relato histórico. Se
trata de la visión de los judíos húngaros que protagonizaron
esos extraños trazos de la ambigüedad cuando el horror llega
a su máxima cúspide. La zona gris, de la que cobra nombre
el film, se refiere a esa línea de difícil definición
entre quienes no fueron ni exactamente víctimas ni tampoco verdugos.
Estos judíos húngaros del horno crematorio 1 eran quienes
realizaban las duras e ingratas tareas de recoger los cadáveres
de las cámaras de gas para trasladarlos a los hornos, y allí
incinerarlos -para borrar toda huella del crimen-, o bien despojarles
de la ropa, pelo, grasa, piel y todo lo que tuvieran de valor -incluidos
sus dientes de oro-. Y en prebenda por esta ingrata labor, los nazis
les prolongaban la vida no más de cuatro meses, dejándoles
disfrutar de una existencia, dentro de lo precario, cómoda y
con ciertas liberalidades que no tenían el resto de los condenados
del campo. En un tono muy sobrio y contenido, casi como una pieza teatral
(sobre todo, en sus diálogos directos y sin el empaque dialéctico
del cine), intenta visualizar el drama de estos judíos cuando
deciden actuar, sabiendo que sus vidas no tienen ningún sentido,
que van a morir y que no sacrifican su esperanza de sobrevivir porque
ya están condenados de antemano 2.