EL CINE DOCUMENTAL HISTÓRICO ESPAÑOL
EN LA ACTUALIDAD: EL CASO DE
EXTRANJEROS DE SÍ MISMOS


Título original: Extranjeros de sí mismos. Producción: Cero en Conducta (España, 2000). Direccción: José Luis López-Linares y Javier Rioyo. Guión: Javier Rioyo. Fotografía: José Luis López-Linares y Teo Delgado. Sonido directo: Juan Carlos Cid. Montaje: Pablo Blanco. Documentación: Carmen Gullón. Narración: Emma Suárez. Personas entrevistadas: Luis G. Berlanga, Luis Teigell, Luis Ciges, Norma Jacobs, Ángel Salamanca, Dolores Núñez, Lise London, Guisseppe di Minicio, Milton Wolf, Lances Rogers y Carlos M. Idígoras. Blanco y negro/Color - 84 min. Estreno en España: 1-VI-2001

No es usual la exhibición de productos del género documental en las salas de cine de nuestro país. Las películas documentales parecen exclusivamente destinadas a su uso dentro de las cadenas televisivas específicas en los programas especiales o "noches temáticas" en los que se incluye un film de ficción y un reportaje, de una hora u hora y media de duración, sobre el tema elegido. No obstante, gracias al esfuerzo de algunos realizadores españoles en los que el gusto por el reportaje de calidad, la pasión por la historia bien narrada y bien filmada, con una banda sonora y un audio bien trabajado, han conseguido que amplios sectores de la población se sientan cada vez más cercanos del documental y lo prefieran a la hora de programar sus ratos de ocio frente al televisor o incluso en el cine. El documental no es un subgénero cinematográfico, es un género en sí mismo y su valor es igual o superior al del cine de ficción.

El documental español está haciéndose un sitio entre las producciones europeas y americanas. Se ha pasado ya del documental oceanográfico, de animales, etnográfico, turístico o de programas de treinta minutos de las cadenas televisivas locales o autonómicas al reportaje largo, fruto de una investigación detallada en cuanto a fuentes fílmicas y testimoniales. También se ha dado un paso gigantesco sobre el "cómo" se debe narrar una historia en un formato que no sea el escrito (artículos, libros, etc.), ya que se ha abandonado la narración exclusivamente cronológica y lineal, apareciendo formas alternativas de narración. Los realizadores han buscado el ritmo narrativo, la descripción de un hecho en forma calidóscópica -a partir de testimonios-, de fuentes escritas, de cámaras subjetivas, y todo un largo etcétera para que el espectador se sienta "enganchado" a la historia que se está contando. El documental está pasando de ser un género minoritario a estar en la calle, a ser comentado por el gran público o a aparecer reseñado al día siguiente de su emisión en los periódicos.

En los últimos años han aparecido varios documentales de calidad sobre nuestra historia reciente, desde el de TVE, realizado por Juan Gamero, Vivir la Utopía centrado en la percepción del movimiento anarquista español visto por sus protagonistas, a los de producción propia de Lala Gomá y Jordi Montanya sobre Granados y Delgado o Los niños de Morelia. También merecen destacarse algunos títulos del programa catalán 30 minuts dedicados a hechos del período bélico y la posguerra, como Els nens perduts del franquisme, asesorado por Ricard Vinyes. Sobre episodios recientes de nuestra historia contemporánea, sobresalen los filmes de Ariel Camacho, hijo de exiliados españoles, La otra Olimpiada de 1936 en Barcelona, o el documental en dos partes Ortiz, general sin Dios ni Amo acerca de las colectividades de Aragón y que fueron estrenados en la Cinematheque parisina. Asimismo, hemos de comentar la obra de Lisa Berguer y Carol Manzer dedicado a las mujeres en la Guerra Civil: De toda la vida. Como vemos, la mayoría de estos productos son de producción propia, al margen del encargo de estamentos oficiales. Los autores deben, en la mayoría de casos, pre-financiar su propio proyecto y conseguir ayudas o contratos que les permitan finalizar su obra. En muchas ocasiones, los documentales son fruto de horas y horas de trabajo que nunca serán remuneradas y son los hijos de la pasión por el narrar una historia que sólo está en la mente del realizador. Con la pasión y con la terquedad del genio aparecen estos productos elaborados que tienen uno de sus mejores exponentes en el trabajo del equipo de la madrileña Cero en Conducta, una productora que ha brindado algunos de los trabajos más interesantes de la historia del documental histórico español. Desde su Asaltar los cielos (1996), una bien trabada historia al entorno del asesinato del líder de la revolución de Octubre León Trotski por el catalán Ramon Mercader en México, con un trabajo de documentación extraordinario y con unos testimonios insólitos y atrayentes, a su A propósito de Buñuel (1999), viaje al mundo del genio de Calanda, con guiños surrealistas y con también un excelente trabajo de investigación.

Ahora, su ultima producción Extranjeros de sí mismos riza el rizo ya que el formato de este documental une tres vértices antagónicos bajo un mismo prisma: la juventud y la guerra. En un reto imposible nace este producto poliédrico del tandem Javier Rioyo, periodista, y José Luis López-Linares, reconocida director de fotografía. En este film la visión de tres hechos ligados a la guerra civil española: los Brigadistas Internacionales, los fascistas italianos que acuden en un autocar al Valle de los Caídos y se embarcan en una comida fraternal como los jubilados del Inserso, o los supervivientes de la mítica División Azul en los testimonios jocosos del director Luis García Berlanga -otro guiño al cine español- y del actor Luis Ciges. Todos estos elementos se aúnan para ofrecer un fresco político de las consecuencias de nuestra guerra civil. Los ecos de un conflicto que implicó a todo el mundo, ya que vinieron a España comunistas y fascistas, y el testimonio de los nuestros, de los que fueron de buen grado o forzados por las circunstancias al infierno de hielo en Rusia con la División Azul -ya que no a todos les fue tan bien como a Berlanga o a Ciges. Testimonios de dolor, de ideologías que en tiempos del post-modernismo y de la llamada "muerte de la historia" nos dejan de piedra al ver que jóvenes europeos eran capaces de morir o de matar por sus ideales.

En un primer momento, choca al espectador el tratamiento de igualdad de comunistas y fascistas, el hecho indigna a unos y a otros. Podría acusarse al documental de ser excesivamente "igualitarista", pero creo que en esto reside la gracia del trabajo, en mezclar y en comprobar en que quedó todo aquello por lo que murieron tantos seres humanos. En ver que ha pasado con la trayectoria vital de sus protagonistas, y en comprobar si aquellos que lucharon siguen teniendo las mismas ideas o sólo fue un ardor de juventud, un fanatismo ideológico.
La cámara muestra las acciones de todos ellos. Es impagable el testimonio cinematográfico de los fascistas en el Valle de los Caídos que se realiza en un estado democrático como el nuestro. Son entrañables los testimonios de los brigadistas que acudieron a luchar en lo que se ha llamado la última guerra romántica europea. Son interesantes las imágenes de la División Azul, parte de nuestra historia contemporánea más reciente. Todas sus vidas quedaron truncadas y después de la guerra ya todo cambió. Es gratificante ver que queda de todo aquello. La opción de López Linares y Rioyo ha sido la de no hacer un solo film con una de las tres partes y realizar fácilmente una apología, sino de confrontar, de mostrar, de hacer que el género documental muestre la vida tal como es, con sus contrastes y sus medias-verdades, de hacer que el cine -documental o no- nos haga meditar y no sólo divertirnos, sino aprender.

DOLORS MARIN