EL REGRESO DE MARTIN GUERRE,

O EL MISTERIO DE BERTRANDE DE ROLS

 

ROSA MONTAÑÀ

 

INTRODUCCIÓN

"Cuando leí por primera vez el relato del juez pensé que era un tema excelente para una película. No es frecuente que caiga en manos de un historiador una estructura narrativa tan perfecta sobre acontecimientos que sucedieron en el pasado, y que pueda tener tanta tensión dramática". 1

El 16 de septiembre de 1560, en un pequeño pueblo del sur de Francia, Artigat, un condenado fue ahorcado. El hecho en si no era extraño en aquellos tiempos, pero si lo era el crimen por el cual se le castigaba con la pena capital: haber usurpado durante años la identidad, los bienes y la esposa de otro hombre. El campesino por el que se había hecho pasar se llamaba Martin Guerre, el impostor, Arnaud du Tilh, y la esposa que durante tres años no se dio cuenta de la impostura, Bertrande de Rols.

En apenas un año salieron de la imprenta dos libros sobre el caso, uno de ellos escrito por el mismo juez que dictó la sentencia, Jean de Coras. A partir de ahí nunca fue olvidado del todo. En 1588 Montaigne lo cita en uno de sus ensayos. Entre los siglos XVI y XVIII circula incesantemente en recopilaciones de casos célebres y suplantaciones increíbles. Se transforma en obra de teatro en 1808. Alexandre Dumas lo reutiliza como trama secundaria de uno de sus folletines, Les deux Diane (1846). En 1938 una escritora americana, Janet Lewis, publica The Wife of Martin Guerre. Era sólo cuestión de tiempo que la historia fuese adaptada al cine, lo que ocurrió en 1981, mediante una producción francesa Le retour de Martin Guerre. La asesora histórica del film, Natalie Z. Davis (especialista en la cultura del s. XVI francés), escribió dos años después el primer (y de momento único) análisis histórico del caso. Hollywood decidió producir un remake en 1993, con el título de Sommersby. La última encarnación de la historia es un musical inglés estrenado sin demasiado éxito en 1996.

¿Qué tiene la historia de Martin Guerre que haya sobrevivido al olvido? En primer lugar llama la atención, pues aquí la realidad supera a la ficción. El incidente invita a una disección de la sociedad campesina francesa de la Edad Moderna, pero al mismo tiempo contiene una trama fácilmente trasladable a la novela, el teatro y el cine. Sin embargo, ¿están los dos ámbitos, la historia y la ficción, realmente separados?

 

LOS HECHOS SEGÚN CORAS

La principal fuente sobre el caso es el relato del juez, Jean de Coras (pues se han perdido las actas de los juicios). La historia comienza en 1538 en el pequeño pueblo de Artigat, cuando el hijo mayor de los Guerre, Martin, se casa con Bertrande de Rols (un matrimonio claramente arreglado por los padres de ambos). Los contrayentes son muy jóvenes (apenas adolescentes), y durante años el matrimonio no se consuma a pesar de presiones sociales y burlas sangrantes. Por fin el joven Martin es liberado de su "encantamiento" y la pareja tiene un hijo. Sin embargo Martin, no muy apegado a su vida de campesino, huye del pueblo en 1548, tras una disputa con su padre. Pasan los años y los padres mueren, mientras Bertrande educa a su hijo y espera... En 1556, unos ocho años después, un hombre que asegura ser "Martin Guerre" llega al pueblo. Su familia le acoge con alegría, y forma con su esposa Bertrande una pareja mucho mejor avenida que antes. Sin embargo hay dudas y rumores... quizá este hombre NO sea Martin Guerre. Pierre Guerre, su tío, ha administrado los bienes de la familia durante la ausencia de su sobrino, pero "Martin" le pide cuentas de su gestión y empieza a vender parcelas. Pierre sospecha que el impostor esta robando a la familia y presiona a Bertrande para que le denuncie. Esta cede al final y "Martin" es juzgado en Rieux y declarado culpable. Apela al Parlamento de Toulose, donde, después de interminables careos y testimonios enfrentados, los jueces deciden declararle inocente y restituirle sus bienes. Sin embargo en el último momento el verdadero Martin Guerre aparece ante la sorpresa general.

El impostor, Arnaud du Tilh, fue colgado. Bertrande de Rols fue considerada inocente y su hija con Arnaud, legítima. Se supone que Martin Guerre y su esposa volvieron a Artigat y a su tranquila vida como campesinos. Coras escribió su "Arrest memorable..." y, no sabiendo como explicar tal impostura, llegó a pensar en una intervención diabólica. Sin embargo muchos se han preguntado a lo largo de cuatro siglos: ¿es posible que una mujer viva tres años con un hombre que no es su marido y no se de cuenta? ¿Cómo podía Arnaud conocer tantos detalles íntimos de la vida de Martin? En resumen, ¿realmente el papel de Bertrande fue el de una pobre y honesta campesina engañada por un pícaro extremadamente listo?

EL FILM

Título: Le retour de Martin Guerre (Francia, 1981)
Director: Daniel Vigne
Guión: Jean-Claude Carrière sobre la novela de Janet Lewis, The Wife of Martin Guerre.
Asesor histórico: Natalie Z. Davis.
Intérpretes: Gérard Dépardieu (Arnaud du Tilh/"Martin Guerre"), Nathalie Baye (Bertrande de Rols), Roger Planchon (Jean de Coras), Maurice Barrier (Pierre Guerre), Bernard-Pierre Donnadieu (Martin Guerre).

Sinopsis: sigue de manera bastante fiel la trama original, con ciertos cambios. El film empieza con un juicio en Artigat ante Coras, que interroga a Bertrande. Mediante diversos flash-backs asistimos a los hechos desde la boda de Martin y Bertrande hasta el momento que Pierre Guerre acusa "Martin" de ser un impostor. Coras absuelve a "Martin", pero Pierre esgrime una denuncia firmada por Bertrande y el juicio se traslada a Toulouse. Allí "Martin" refuta a sus acusadores y cuando esta a punto de ser declarado inocente llega un hombre con una pierna de madera que asegura ser Martin Guerre. El film termina con una confesión de Bertrande a Coras y con la ejecución de Arnaud du Tilh en Artigat.

 

Daniel Vigne, el director, había trabajado anteriormente con el historiador Le Roy Ladurie en una serie sobre la campiña francesa. Fue también gracias a la intervención de Ladurie que Natalie Z. Davis fue incluida como asesora. Davis, una historiadora norteamericana especializada en la historia cultural del s. XVI francés, conocía bien el caso de Martin Guerre y ansiaba llevarlo al cine. No estamos ante una historiadora académica (en el peor sentido del termino) sino ante una especialista interesada en la antropología y en el cine como medio de hacer llegar la historia a un público más amplio, como ella misma dice "To bring the sixteenth century to life before the eyes of millions of spectators" 2 .

Sin embargo, Davis descubrió muy pronto que incluso un asesor histórico comprensivo se topa con problemas en el mundo del lenguaje fílmico. El guionista era Jean Claude Carrière, un gran profesional autor de grandes adaptaciones cinematográficas de obras literarias 3. En principio, lo que es básicamente enmarañada trama judicial, se debió simplificar. Así el film empieza en un supuesto primer juicio, realizado en Artigat en presencia de Jean de Coras, y que habría absuelto "Martin". La realidad fue que el primer juicio fue realizado en Rieux, Coras no participó y, además "Martin Guerre" fue declarado culpable (aunque apeló inmediatamente al Parlamento de Toulouse).

Más grave es, a los ojos de la misma Natalie Z. Davis, los cambios introducidos respecto al crucial personaje de Bertrande. Se trata de un punto fundamental, ya que es en la actuación de la esposa donde radica todo el misterio de tal impostura. La tesis oficial que surge de los escritos del juez Coras es que la pobre mujer fue vilmente engañada por un desaprensivo impostor. El proceso judicial fue iniciado, además, gracias a una denuncia de la propia Bertrande (a instancias, al parecer muy violentas, de Pierre Guerre y parte de la familia). Durante el juicio parecía nerviosa y confusa, pero lo más importante es que nunca contradijo a su "marido" en los agotadores testimonios y careos.

Sin embargo la Bertrande del film es muy distinta. No inicia el proceso judicial, y, de hecho, la denuncia que esgrime Pierre Guerra a mitad del film resulta ser una burda falsificación. Se muestra segura y orgullosa en la defensa de su "marido", sus declaraciones no muestran la menor duda, y su alegría por la buena marcha del proceso (y su pena cuando aparece el verdadero Martin) es clara y diáfana. Esta Bertrande es cómplice del impostor Arnaud, y así lo forzaron los guionistas en una escena no solo inventada, sino bastante ahistórica: una entrevista privada entre Bertrande y Coras, en la que el juez le asegura que sabe que ella es culpable, pero que no la ha condenado, y le pide una explicación. Ella le responde que es cierto, y que proveyó a Arnaud de todos los datos necesarios para hacerse pasar por Martin durante tres largos años, y para ganar el juicio. Y que lo hizo porque Arnaud se comportó con ella "comme un vrai epoux", como un verdadero marido.

Davis tampoco cree en la versión oficial de la esposa engañada (después expondremos su propia tesis), pero se horrorizó de la Bertrande del film:

"They wanted her to be what I thought of as a nineteenth-century romantic woman, you know, always acting out of love for her man. I wanted her to be a person that I felt was truer to the sixteenth-century record of her life. I wanter the film to show something of her complexity and independence". 4

A duras penas logró que Bertrande declarara que lo había hecho porque Arnaud había sido un buen marido. En la primera versión del guión lo hacía porque Arnaud había sido un buen amante, una declaración totalmente fuera de lugar en la psicología de una campesina francesa del XVI.

De acuerdo con esta caracterización ciertos sucesos embarazosos (pero históricos) como la grave denuncia de Bertrande en contra del impostor quedan elegantemente desvirtuados. Así sospechamos durante unos minutos que realmente ella ha firmado (con una cruz) la denuncia. Pero la malicia de Pierre Guerre es vencida por el amor. "Martin" ha hecho un maravilloso regalo a Bertrande, la ha enseñado a firmar con su nombre. En el juicio Bertrande protesta, nunca habría firmado la denuncia con una cruz y para demostrarlo escribe ante todos su nombre. Es un delicioso detalle, pero no hay prueba histórica de que Bertrande supiera escribir, y, además, nunca se retractó de su denuncia.

Davis también dejo pasar otros dos errores menores, pero que revelan desconocimiento de las costumbres del siglo XVI. Uno es el personaje de Catherine Boëri, presentado en el film como la vieja criada de los Guerre. Los guionistas llegaron a esta conclusión al leer que era la persona que llevó una bebida a los jóvenes esposos en su noche de bodas. En realidad se trataba de un rito social, y debía ser realizado por una persona de igual rango, siendo Catherine en realidad una amiga de la familia. N.Z. Davis prefirió no presionar, ya que el personaje de Boëri como criada cuadraba admirablemente en el guión.

Por último, se preparó para la escena del juicio una amplia y bella sala en el Parlamento de Toulouse, y, ciertamente, el director no quería que apareciese vacía. Davis alegó que en el s. XVI los juicios no eran públicos, pero debió resignarse. En realidad es aún más admirable la capacidad de convencimiento del Arnaud du Tilh histórico cuando sabemos que estaba actuando sólo ante un circulo de desconfiados jueces.

Después de relatar estos problemas del guión parece como si se hubieran formulado muchas críticas a la historicidad del film. Nada más lejos de la realidad, puesto que es considerado una muy buena película histórica. Su valor reside no en un excelente decorado o en el relato de unos hechos, sino en la magnífica ambientación "social" o casi "antropológica" sobre la vida cotidiana de los campesinos franceses en la edad moderna. Así las gentes de Artigat siempre están trabajando, en los campos (segando hierba, recogiendo los frutos, prensando la uva...), en las calles (hilando, lavando ropa, afilando los utensilios...) en las casas (desgranando, cribando, haciendo queso o mantequilla..). Los hombres, mujeres y niños trabajan juntos, discuten juntos.

Nos damos cuenta de que para estas gentes el mundo es muy pequeño. Cuando entran en la gran ciudad de Toulouse, sus miradas son de admiración. Cuando el falso Martin vuelve se reúnen a su alrededor para escuchar las novedades del mundo exterior, o las maravillas de ese nuevo mundo en que las mujeres luchan y las personas van desnudas (pero que "según los frailes" sí tienen alma). El hecho de que "Martin" vuelva sabiendo leer y escribir despierta también sorpresa, pero mezclada con una cierta desconfianza.

Los ritos y costumbres también son distintos a los actuales. Vemos con claridad que los padres han arreglado la boda de Martin y Bertrande, y que el notario que escribe los detalles de la dote es tanto o más importante que el cura que bendice el matrimonio. Cuando éste no se consuma, los jóvenes del pueblo organizan un charivari de burla. Incluso la ejecución nos es extraña: Arnaud pasa su última noche en la iglesia, y antes de ser ahorcado pide ritualmente perdón al pueblo y la familia Guerre.

LA MONOGRAFIA HISTÓRICA

"Paradójicamente cuanto más disfrutaba con la creación de la película, más deseos tenía de hacer algo que fuera más allá. [...] Pero al mismo tiempo la película se desviaba del relato histórico y esto me preocupaba". 5

The return of Martin Guerre tuvo un apreciable éxito (tratándose de un estudio histórico), y muchos de sus lectores creen que en este libro se basó el film. Curiosamente el caso es el contrario. Natalie Z. Davis tuvo con la película una oportunidad de oro para hacer "antropología histórica". Pero al mismo tiempo comprobó que incluso el film más respetuoso con la historia (y Le retour de Martin Guerre lo es en gran manera) acaba tomándose licencias y olvidando detalles.

Tres eran los aspectos que Davis quería profundizar: el origen vasco de los Guerre, el problema del protestantismo rural y el doble juego de Bertrande. Las raíces vascas explicarían, según Davis, la furia de Pierre Guerre cuando el impostor empezó a vender propiedades familiares (las tradiciones vascas eran muy restrictivas al respecto). Davis cree también que Arnaud y Bertrande seguramente simpatizaron con el protestantismo (que tenía puntos de vista más comprensivos con el problema de las esposas abandonadas). Pero su tesis más espectacular se refiere al papel de la esposa, radicalmente distinto tanto de la versión oficial como de la versión fílmica.

Davis apuesta por una Bertrande cómplice pero al mismo tiempo profundamente consecuente con la moral de su época: el resultado es un arriesgado doble juego. Bertrande habría aceptado al impostor, es más, Davis supone que fue ella la que le proporcionó preciosos datos sobre el verdadero Martin Guerre y al mismo tiempo lo legitimó ante familiares y vecinos. Al actuar así, la mujer no actuaría por "amor" (aunque la pareja resultara ser un acierto) sino para remediar su triste situación (abandonada por su marido, con un hijo al que criar y en una casa sin hombres jóvenes). Cuando empezaron las murmuraciones y las presiones de Pierre Guerre, Bertrande sostuvo a su "marido" lealmente (hasta el extremo de protegerle físicamente de un ataque de sus parientes). Sin embargo al final firmó una denuncia en su contra. Este hecho no es contradictorio según Davis, a la luz de como se desarrolló el juicio. En éste, Bertrande se comportó de manera extraña para ser la denunciante, ya que se negó a señalar al acusado como impostor y nunca le contradijo. Al contrario, los careos entre el falso Martin y su "esposa" nunca tuvieron ni la más mínima contradicción. Davis señala lo fácil que habría sido para Bertrande sacar a la luz detalles desconocidos por el acusado y condenarlo. Así pues Bertrande estaba perdiendo el juicio a propósito. Las razones serían lógicas: "Martin" no sólo sería declarado inocente, sino legalmente proclamado como el verdadero Martin Guerre. Pierre Guerre sería derrotado (incluso fuertemente multado) y debería callar. Ella, Bertrande, saldría del asunto con una altísima reputación de mujer honesta (algo que Davis demuestra que era muy importante para una campesina del siglo XVI). Como sabemos el verdadero Martin apareció de improviso, destrozando este elaborado doble juego.

Se trata de una tesis interesante, muy en la línea de la nueva historia cultural debido a sus disquisiciones sobre el problema de la identidad en el s. XVI. Sin embargo no todo el mundo la cree acertada. Robert Finlay publico en 1988 en la prestigiosa American Historical Review una afilada crítica 6del libro de Davis (seguida de una no menos afilada replica de la historiadora 7). Finlay cree que la monografía de Davis es muy interesante, pero que la mayoría de sus tesis carecen de base, y que se basan más en elucubraciones de la autora que en hechos contrastados en las fuentes. Así desmonta toda la hipótesis de Davis sobre Bertrande (en realidad cualquier hipótesis de complicidad). Señala que el matrimonio Guerre tuvo una limitada vida sexual antes de que Martin se marchara, que Bertrande no tenía porque sospechar en este aspecto del nuevo Martin (atribuyendo cualquier cambio a los largos años transcurridos). Señala que las fuentes describen a Bertrande durante el juicio como nerviosa e insegura, y que no hay pruebas para demostrar que la honesta y leal mujer no fuese sino un desgraciado peón en el juego de intereses entre su familia política y el astuto impostor que se hacía pasar por su marido.

En el fondo la acusación es grave, puesto que Finlay acusa a Davis de haber escrito ficción, o, en el mejor de los casos, historia novelada:

"If historical records can be bypassed so thoroughly in the service of an inventive blend of intuition and assertion, it is difficult to see what distinguishes the writing of history from that of fiction." 8


EL REMAKE NORTEAMERICANO: SOMMERSBY

Título: Sommerby (USA, 1993)
Director: Jon Amiel
Guionistas: Sarah Kernochan, Nicholas Meyer, Anthony Shaffer.
Interpretes: Richard Gere ("Jack Sommersby"), Jodie Foster (Laurel Sommersby), Bill Pullman (Orin Meecham), James Earl Jones (Judge Isaacs).

 

Sinopsis: La acción se desarrolla en una pequeña localidad del Tenessee rural pocos años después de la Guerra Civil Americana. Jack Sommersby vuelve a casa después de haber estado preso en el Norte. Su esposa, Laurel, una mujer decidida y severa, estaba a punto de "autodeclararse" viuda y casarse con un amigo, Orin. Jack ha cambiado mucho, era un marido brutal y ahora es un atento enamorado. Además salva de la pobreza al pueblo introduciendo el cultivo del tabaco. Sin embargo hay cosas que no cuadran, y el despechado Orin sospecha que la aparentemente puritana Laurel ha aceptado gustosamente a un impostor en su cama. El "verdadero" Jack Sommersby mató a un hombre antes de irse a la guerra, y Orin promueve la acusación en contra del nuevo "Jack". Laurel intenta salvarlo de la horca confesando que no se trata de su verdadero marido, pero "Jack" se niega a renegar de su nueva identidad y convertir a la hija que Laurel le ha dado en una bastarda. Así que es colgado por asesinato. Laurel rechaza a Orin y vuelve al pueblo.

 

Acabar con el remake americano de la misma historia no es una frivolidad. Este film, deslavazado en su estructura, mal dirigido, con una pésima ambientación y un decepcionante final, no pasará a la historia del cine (aunque incluya también muy buenas interpretaciones). Sin embargo debemos fijarnos en él porque presenta otra versión (y ya van cuatro) de la actuación de Bertrande (aquí Laurel Sommersby). Y también en cierta manera nos muestra las posibilidades de la historia una vez descontextualizada.

Curiosamente el film americano incluye rasgos de los personajes que cuadran más con el libro de Davis que con el film francés en el cual se inspira. Así por ejemplo el hecho de que el falso "Jack" sea en realidad un estafador profesional (Arnaud du Tilh era también un hombre de "mala vida"), que pudiendo desaparecer con una gran cantidad de dinero vuelva junto a Laurel (Arnaud se dedicó al comercio y podría haber huido, pero siempre volvió junto a Bertrande), y, especialmente, el carácter de Laurel, decidido y al mismo tiempo severo en lo que concierne a su propia reputación, más parecida a la Bertrande de Davis que a la del film francés. ¿Los guionistas leyeron la monografía histórica o es simple casualidad? Imposible de saberlo.

De cara a la evolución de la trama lo más intrigante es el nuevo papel de Laurel/Bertrande. Ésta acoge con dudas al nuevo Jack, le apoya ante sus vecinos aunque no confía completamente en él, y al final lo acepta como marido. Durante todo el film el espectador se da cuenta que Laurel "sabe" que se trata de un impostor, y que incluso siente remordimientos por ello. Pero Laurel y Jack no son cómplices en el sentido que el film de Vigne y el libro de Davis suponen, puesto que no se han puesto de acuerdo para "actuar". Se trata de un juego de sobreentendidos, un pacto no hablado. Este enfoque es posible porque Sommersby huye de la trama judicial (en realidad la "courtroom scene" es la parte más débil del conjunto) y se centra en la relación de la pareja.

Así Jack no huye con el dinero porque ama a Laurel y confía que no le delatará. Laurel calla porque acaba enamorándose del impostor. Las gentes del pueblo le apoyan porque les ha devuelto la prosperidad. Sólo Orin, el pretendiente ahora rechazado, no está de acuerdo con esta farsa (muy comprensiblemente). Orin retoma el papel de Pierre Guerre del original. Pero ahora el motivo no es material (aunque se sospecha que también deseaba conseguir las tierras de los Sommersby), sinó sentimental: los celos.

La evolución es casi lógica. El nucleo, la trama "romántica" se consolida y magnifica, mientras el envoltorio desaparece. Toda la información sobre la vida quotidiana de los campesinos franceses del siglo XVI se pierde en favor de unos hechos ahora aplicables a cualquier país y época (mientras sea anterior a la generalización de la fotografía...). "Depurada" de su contexto, lo más lógico es que Pierre Guerre se transforme en un pretendiente despechado. Así vemos como Laurel acusa a Jack bajo las amenazas de Orin, igual como Bertrande acusa a Martin bajo las de Pierre. Este juego de amor y celos no hace sinó reforzar el romanticismo hacia el que tiende la historia.

CONCLUSIÓN

"El cine nos muestra la historia como el relato de un pasado cerrado y simple. No proporciona alternativas a lo que vemos en la pantalla, no admite dudas, todo lo afirma con el mismo grado de seguridad. Un film tan sutil como El regreso de Martin Guerre podría insinuar que existen otras interpretaciones, que no se muestran todos los hechos comprobados y que se silencian acontecimientos, pero estas posibilidades nunca son exploradas en la pantalla." 9

El caso "Martin Guerre" se ha transformado gracias al cine y a la historia en el caso "Bertrande de Rols". A la increíble suplantación de personalidad se le ha añadido la extraña actitud de la esposa. Ante el tribunal el verdadero Martin Guerre la increpó duramente. Le dijo con claridad que sus hermanas, su tío, sus vecinos podían haberse confundido, pero que una esposa debía conocer a su marido. Sin embargo el tribunal no acusó a Bertrande de adulterio, e incluso legitimó a la niña que había concebido con el impostor. ¿Creían realmente en su inocencia?

En el siglo XX el cine y la historia han intentado aclarar este misterio. El film francés de 1981 apostaba por una total complicidad, pero al precio de tergiversar los hechos. Natalie Z. Davis construye la teoría de un complejo doble juego, pero (segun algunas críticas) al precio de forzar las fuentes. Sommersby, que no tiene pretensiones de historicidad, nos habla de un acuerdo no escrito, sin necesidad de complejos planes. Y por último Robert Finlay nos recuerda que, dadas las cirscumstancias del matrimonio, tampoco seria tan descabellado que la versión oficial fuera cierta y que Bertrande actuara totalmente de buena fe. Claro que esta última posibilidad es muy poco romántica...

Mucho se ha hablado de la "linealidad" del cine versus los "quizá" de la historia. Es cierto que ningún film podria exponer la complejidad del estudio de Natalie Davis. Pero sin embargo su versión del papel de Bertrande es tambien lineal. Ante un problema así los historiadores también toman partido, construyen hipótesis y las defienden con fuentes. Otros historiadores pueden discrepar en base a las mismas fuentes, como podemos comprovar con el artículo de Robert Finlay. El cine no está obligado a defender sus tesis ante una comunidad científica quisquillosa, pero puede retomar la misma trama y filmarla desde otro punto de vista. El resultado es que tenemos dos films, dos historiadores, y cuatro versiones de un problema insoluble.

 

BIBLIOGRAFÍA

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BENSON, Edward. "Martin Guerre, the historian and the filmmakers: an interview with Natalie Zemon Davis", Film and History, Vol. 13 (1983): 49-65.

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DAVIS, Natalie Z. "Du conte et de l'histoire", Débat, No. 54 (1989): 138-143.

DAVIS, Natalie Z., "Interview with Natalie Zemon Davis", The Historian, Vol. 53 (1991): 406-422.

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HART, David. Daniel Vigne. The Return of Martin Guerre (1982). http://arts.adelaide.edu.au/person/DHart/Films/ReturnMartinGuerre.html

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STUMPO, Enrico. "Storia e microstoria. In margine a "Il ritorno di Martin Guerre" di Natalie Zemon Davis". Società e storia, No. 31 (1986): 134-156.

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VOELTZ, Richard A. "The Return of Martin Guerre, teaching history in images, history in words", Teaching history, Vol. 18, No. 2 (1993): 68-70.

 

ROSA MONTAÑÀ es licenciada en Historia por la Universidad de Barcelona.
Actualmente trabaja en la Biblioteca de la Universitat Pompeu Fabra.

e-mail: rmontanya@yahoo.com

 

NOTAS Y REFERENCIAS

 

1.DAVIS, Natalie Z. El regreso de Martin Guerre. Barcelona: Bosch, 1984, p. XI.

2.BENSON, Edward. "Martin Guerre, the historian and the filmmakers: an interview with Natalie Zemon Davis", Film and History, Vol. 13 (1983): 49-65.

3.Jean-Claude Carrière, conocido colaborador de Luis Buñuel, fue el guionista de films como Danton (dir. Andrzej Wajda, 1982), Un amour de Swann (Volker Schlöndorff, 1984), The Unbearable Lightness of Being (Philip Kaufmann, 1988), Valmont (Milos Forman, 1989), Cyrano de Bergerac (Jean-Paul Rappeneau, 1990), Le Hussard sur le toit (Jean-Paul Rappeneau, 1995), Le Ogre (Volker Schlöndorff, 1996).

4.BENSON, E. Op. cit., pp. 55-56.

5.DAVIS, Natalie Z. Op. cit., p. XII.


6.FINLAY, Robert. "The Refashioning of Martin Guerre", American Historical Review, Vol.. 93, No.. 3 (June 1988): 553-571.

7.DAVIS; Natalie Z. "On the Lame", American Historical Review, Vol.. 93, No.. 3 (June 1988): 572-603.

8.FINLAY, R. Op. cit., p. 569.

9.ROSENSTONE, Robert A. El pasado en imágenes. El desafío del cine a nuestra idea de la historia. Barcelona: Ariel, 1997, p. 51.