IORDANOVA, Dina
Cinema of Flames. Balkan Film, Culture and the Media.
London: British Film Institute, 2001, 322 pp.
Este
libro es una valoración de las películas realizadas sobre la crisis
de los Balcanes a partir de 1990, y en particular de la guerra de Bosnia y Herzegovina,
con el objetivo de mostrar como han reflejado estos acontecimientos y, en consecuencia,
como han influido social y culturalmente dada la gran repercusión que
posee el cine (junto a medios de comunicación audiovisual como la televisión)
como vehículo de transmisión de ideas e información de
alcance masivo.
Dina Iordanova, Lecturer en el Centre of Mass Communication en la Universidad
de Leicester, considera necesario partir para ello de un concepto global de
los Balcanes entendido no como un criterio geográfico, sino como una
entidad sociocultural heredera de la experiencia bizantina, otomana, austrohúngara,
así como de los procesos nacionalistas y del comunismo. Por otro lado,
afirma también que los Balcanes son vistos desde Europa occidental como
una región marginal del sureste europeo con sociedades y culturas homogéneas
(imagen fomentada por los medios de comunicación), mientras que estos
países no se conceptualizan a sí mismos juntos y se perciben como
una diversidad heterogénea.
A lo largo de la historia se ha ido desarrollando una dinámica de relaciones
y de percepciones en los que el cine ha mediado. Éste desempeña
una labor fundamental como documento histórico para el análisis
de la sociedad. La importancia de esta función, no exclusiva del texto
escrito, se pone también de manifiesto por su capacidad para la formación
de un discurso de cualquier tipo y, por ello, motivar una toma de conciencia.
En este sentido la autora aprovecha esta capacidad del cine para centrar su
estudio no en las crisis balcánicas acaecidas desde 1990 como un proceso
histórico, sino en las transformaciones de dichos discursos de carácter
histórico mediatizados por las representaciones visuales de todo tipo
de películas (de ficción, documentales, cortometrajes, de animación).
Se trata, en definitiva, de ver cómo ha evolucionado la manera de entender
los Balcanes por el cine.
Partiendo de esta premisa y teniendo en cuenta que la producción cinematográfica
sobre la crisis balcánica es de ámbito internacional, las películas
muestran un debate entre culturas: por ello Dina Iordanova las aborda desde
el mismo criterio contextual con el que define los Balcanes como entidad cultural.
No analiza minuciosamente los contenidos de la filmografía, sino como
ésta proporciona diferentes representaciones de la región y de
sus gentes. Tampoco se centra en los recursos estéticos propios del lenguaje
cinematográfico utilizado, sino en sus interpretaciones concretas del
ámbito sociopolítico y cultural, en cómo las películas
contribuyen a crear un discurso en dichos ámbitos.
Analiza, pues, las transformaciones del discurso cinematográfico en su
exposición global de los Balcanes a partir de 1990: cómo se perciben
ellos y cómo son vistos desde fuera después de la Guerra Fría.
Esto pasa por ver cómo se relacionan estas películas en el contexto
de la dirección, producción, distribución, exhibición
y recepción.
La especial atención que presta a la guerra de Bosnia y Herzegovina es
fruto de la relevancia mediática que tuvo dicho caso en el proceso de
desintegración de Yugoslavia. Explorando los numerosos compromisos creativos
surgidos a esta cuestión afloran películas de todo tipo, desde
las que analizan en profundidad el proceso de la ruptura yugoslava hasta las
que se contentan con reproducir tópicos sobre la brutalidad de la guerra.
Dentro de la primera categoría la autora destaca algunas, como Before
the Rain (Milcho Manchevski), La mirada de Ulises (Theo Angelopoulos)
y Underground (Emir Kusturica). A Underground le presta una especial
atención dado que para la autora recoge una serie de problemas morales
resultantes de la temática que analiza a lo largo del libro. La controversia
creada en torno a ella cuando en 1995 ganó la Palma de Oro en el Festival
de Cannes, en base a si había un contenido propagandístico nacionalista
serbio, forma parte de esta cuestión. En la segunda alude a Welcome
to Sarajevo (Michael Winterbottom) como ejemplo de una visión del
conflicto a partir de los corresponsales de guerra occidentales.
Por otro lado los medios de comunicación jugaron también un papel
muy activo en la creación de estereotipos a la hora de informar sobre
la violenta naturaleza del conflicto bosnio puesto que esta guerra, a diferencia
de la del Golfo, poseía un excelente formato televisivo: una cierta libertad
informativa, junto a un potencial bélico limitado, permitía filmar
atrocidades de todo tipo en directo (limpieza étnica, campos de concentración,
violaciones masivas de mujeres...).
Dina Iordanova concluye su trabajo buscando cómo queda reflejada la tipología de las gentes que vive el momento de la ruptura y hasta qué punto el pertenecer a un determinado colectivo implica ser salpicado por el conflicto y la elección de un bando: la representación de las etnias, de los villanos tratados individualmente frente a las víctimas que permanecen en el anonimato, de las mujeres violadas, de los gitanos, de la vida cotidiana en Sarajevo y de los emigrantes que encontraron refugio fuera de los Balcanes.
DANIEL SEGUER